Azaleas
Necesito saber los cuidados de las azaleas el riego mejor sitio donde ponerla iluminación
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Respuesta de magnum3000
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magnum3000, Ing.Agronomo especializado en paisajismo, plantas ornamentales,...
Aquí te dejo una guía para el cuidado y mantenimiento general de las azaleas.
Las azaleas son arbustos perennes de la familia de las ericáceas, pertenecientes al género Rhododendron. Existen aproximadamente unas 800 especies de plantas pertenecientes a este género, la mayoría de ellas nativas del este de Asia y del Japón. Son arbustos que, en general, presentan hojas ampliamente elípticas y de tamaños muy variables, desde poco más de los 2 mm en ejemplares alpinos hasta los más de 60 en ejemplares tropicales. Destacan por sus flores agrupadas en inflorescencias muy vistosas. En jardinería podemos clasificar las plantas de este género en tres tipos diferentes:
- Azaleas
- Rododendros alpinos
- Rododendros tropicales
Flores: Las floración se produce en primavera, durante los meses de mayo a abril.
Riego: El riego debe ser abundante y frecuente. Es conveniente regar por debajo las plantas sin mojar las hojas o las flores. Una buena técnica consiste en colocar la planta sobre un plato lleno de agua que debe mantenerse durante los meses más calurosos, aunque hay que quitarlo un par de días a la semana para que la planta descanse.
No conviene utilizar agua del grifo si esta es dura. El agua más conveniente es la blanda, por lo que resulta muy adecuado recoger agua de lluvia, siempre que sea en zonas de poca contaminación aérea o bien juntar agua corriente y dejarla reposar 24-48 hs. Para que pierda las altas concentraciones de cloro.
Se deben pulverizar las hojas de tanto en tanto con el tipo de agua mencionada anteriormente y siempre que no se encuentre en época de floración, pues estropearíamos las flores manchándolas.
Ambiente y exposición:
Necesita un ambiente iluminado y bien ventilado, no directamente al sol, especialmente en climas cálidos. Una exposición a media sombra es la más adecuada, con una temperatura entre los 12-22 Cº. De no tratarse de un lugar de clima muy cálido, es conveniente protegerla al interior durante el invierno. Con la llegada de la primavera, se puede volver a sacar al jardín, sin exponerla al sol ni a condiciones lumínicas muy altas, dado que precisa unos 10 días de adaptación en un lugar sombrío. Después de este periodo, ya se puede colocar en un lugar iluminado, sin que le de el sol directo. A comienzos de otoño se tendrá que volver a guardar al interior.
Propagación y cuidados: Lo más adecuado es mediante esquejes que se llevarán a cabo los últimos días de primavera o los primeros del verano. Para que los esquejes arraiguen bien beberán introducirse durante unos 10 minutos en agua en la que se hayan añadido unas gotas de hormonas de crecimiento. Estas plantas echan raíces al cabo de unos 80 o 90 días. Durante todo este periodo deben mantenerse a la sombra en un lugar húmedo y cálido. Para mantener la humedad es conveniente realizar pulverizaciones con agua blanda.
Finalizado el periodo de enraizamiento, deberán plantarse en una maceta más grande con tierra ácida. Conviene colocar una capa de "mulch" o acolchado a base de virutas de madera o pedazos pequeños de corteza de pinos para evitar la evaporación.
Otra de las maneras de propagar la planta es mediante semillas, que deberán plantarse a finales de otoño. Las semillas deberán plantarse a muy poco profundidad y mantenerlas en condiciones húmedas y cálidas hasta que las nuevas plantas presenten unos 7 o 10 cm de altura, momento en que debemos trasplantarlas a una nueva maceta. Es conveniente mantenerlas en este nuevo emplazamiento durante todo el invierno.
El trasplante de los ejemplares jóvenes deberá realizarse cada dos años, o cada uno en caso de que la planta haya tenido un crecimiento muy grande y se encuentre incomoda en la maceta actual. A la hora de trasplantar, sobre todo en ejemplares adultos, deberá respetarse el cepellón, puesto que este sistema radicular tan especial que poseen los rododendros, es muy delicado y no debe dañarse bajo riesgo de muerte pues trasplante.
Para incentivar el crecimiento de nuevas flores, conviene quitar los capullos florales secos, utilizando la técnica del pinzado con los dedos pulgar o índice, o bien con una tijera bien afilada, justo por encima de la unión con la rama, sin dañar a esta. Si se pretende conseguir un crecimiento vertical conviene despuntar las ramas laterales y fijar la planta con tutores.
En ejemplares especialmente destinados a formar pequeños arboles deberán podarse las ramas inferiores para ir liberando el tronco e ir consiguiendo poco a poco el aspecto final. La poda se realizará a finales de verano.
Si lo que se pretende es crear un macizo de flores, o en ejemplares destinados a cubrir áreas despobladas, es conveniente espaciarlas a una distancia, más o menos, de 1 metro. Aunque combinan muy bien como ejemplares de bosque bajo, debemos evitar plantarlas debajo de árboles que presenten un sistema radical superficial, que terminaría por quitarles la humedad necesaria.
Terreno, abonado y enfermedades: Preferentemente terrenos bien ricos en materia orgánica, ácidos, con un HP entre 4.5- 5.5 y con un buen drenaje. Es conveniente abonarla cada dos semanas durante la época de la floración. Utilizar un abono líquido para plantas de suelo ácido. No debe abonarse en verano o después de trasplantar la planta en primavera. Debemos esperar a volver a abonarla en otoño.
Entre las enfermedades que afectan a la azalea, las más importantes son las siguientes:
Roya: Causada por hongos de los géneros Puccinia y Melampsora. El motivo principal se debe al estancamiento del agua y la falta de ventilación. Se deben quitar las partes afectadas, mejorar la ventilación y pulverizar con un fungicida adecuado.
Mildew o mildiu: Se desarrolla sobre las hojas en forma de capa blanca aterciopelada que deteriora las hojas al volverse amarillentas. Esta causada por hongos de las especies Sphaerotheca, Uncinata u Oidium. Se deben eliminar las partes afectadas y rociar con un fungicida adecuado.
Trips: Son insectos chupadores que atacan los capullos florales, chupando savia. Las flores al abrirse presentan manchas blancas y decoloración en general. Hay que evitar tener las plantas en lugares secos y cálidos.
Plaga de los pimpollos, causada por el hongo Pycnostysanus azaleae. El transmisor de esta enfermedad es el saltamontes Graphocephala fennahi, un insecto de cola verde y naranja de unos 6 mm, caracterizados por dar grandes saltos cuando se tocan. Se deben eliminar estos animales con el insecticida adecuado y eliminar los capullos afectados.
Agallas de azalea índica. Afectan al rhododendron simsi, causadas en las hojas por el hongo Exobasidium japonicum. Hay que deshacerse de las agallas y rociar la planta con el producto adecuado.
El peculiar sistema radicular de las azaleas: Los rododendros y entre ellos la azalea son unas plantas cuyas raíces carecen de pelos absorbentes. Su sistema radical está formado por una especie de bola, constituida por finas raíces que hacen que toda ella realice la misma función que los pelos absorbentes realizan en una raíz normal.
Este tipo de raíces hace que pierden rápidamente la humedad. Esto significa que deben vivir en ambientes muy húmedos. En jardinería significa que deben someterse a un riego muy habitual. Pero, si se mantienen inundadas, se pudren con mucha facilidad. Ellos significa que, si queremos que la planta prospere bien le debemos ofrecer un suelo con muy buen drenaje.
Carecen del poder de penetración de una raíz convencional. En jardinería debemos proveerle un suelo suelto, al mismo tiempo que no sea arenoso, puesto que este tipo de terreno, pierde la humedad demasiado rápidamente. Necesitará un suelo rico en turba de musgo sphagnum y ácido.
Carecen del poder de fijación que presentan las raíces "normales" en la que la raíz principal se ve ayudada por las secundarias, por lo que en la naturaleza necesitan cobijarse debajo de otra planta que las proteja del viento. De ahí que los rododendros, en general, sean especies de semi sombra. Al mismo tiempo no soportan aquellas especies con raíces superficiales que les roben la humedad. En jardinería una buena manera de respetar esta característica es colocarlas en un lugar protegido del viento, o formar pequeños macizos entre ellas para que se protejan mutuamente.
Las azaleas son arbustos perennes de la familia de las ericáceas, pertenecientes al género Rhododendron. Existen aproximadamente unas 800 especies de plantas pertenecientes a este género, la mayoría de ellas nativas del este de Asia y del Japón. Son arbustos que, en general, presentan hojas ampliamente elípticas y de tamaños muy variables, desde poco más de los 2 mm en ejemplares alpinos hasta los más de 60 en ejemplares tropicales. Destacan por sus flores agrupadas en inflorescencias muy vistosas. En jardinería podemos clasificar las plantas de este género en tres tipos diferentes:
- Azaleas
- Rododendros alpinos
- Rododendros tropicales
Flores: Las floración se produce en primavera, durante los meses de mayo a abril.
Riego: El riego debe ser abundante y frecuente. Es conveniente regar por debajo las plantas sin mojar las hojas o las flores. Una buena técnica consiste en colocar la planta sobre un plato lleno de agua que debe mantenerse durante los meses más calurosos, aunque hay que quitarlo un par de días a la semana para que la planta descanse.
No conviene utilizar agua del grifo si esta es dura. El agua más conveniente es la blanda, por lo que resulta muy adecuado recoger agua de lluvia, siempre que sea en zonas de poca contaminación aérea o bien juntar agua corriente y dejarla reposar 24-48 hs. Para que pierda las altas concentraciones de cloro.
Se deben pulverizar las hojas de tanto en tanto con el tipo de agua mencionada anteriormente y siempre que no se encuentre en época de floración, pues estropearíamos las flores manchándolas.
Ambiente y exposición:
Necesita un ambiente iluminado y bien ventilado, no directamente al sol, especialmente en climas cálidos. Una exposición a media sombra es la más adecuada, con una temperatura entre los 12-22 Cº. De no tratarse de un lugar de clima muy cálido, es conveniente protegerla al interior durante el invierno. Con la llegada de la primavera, se puede volver a sacar al jardín, sin exponerla al sol ni a condiciones lumínicas muy altas, dado que precisa unos 10 días de adaptación en un lugar sombrío. Después de este periodo, ya se puede colocar en un lugar iluminado, sin que le de el sol directo. A comienzos de otoño se tendrá que volver a guardar al interior.
Propagación y cuidados: Lo más adecuado es mediante esquejes que se llevarán a cabo los últimos días de primavera o los primeros del verano. Para que los esquejes arraiguen bien beberán introducirse durante unos 10 minutos en agua en la que se hayan añadido unas gotas de hormonas de crecimiento. Estas plantas echan raíces al cabo de unos 80 o 90 días. Durante todo este periodo deben mantenerse a la sombra en un lugar húmedo y cálido. Para mantener la humedad es conveniente realizar pulverizaciones con agua blanda.
Finalizado el periodo de enraizamiento, deberán plantarse en una maceta más grande con tierra ácida. Conviene colocar una capa de "mulch" o acolchado a base de virutas de madera o pedazos pequeños de corteza de pinos para evitar la evaporación.
Otra de las maneras de propagar la planta es mediante semillas, que deberán plantarse a finales de otoño. Las semillas deberán plantarse a muy poco profundidad y mantenerlas en condiciones húmedas y cálidas hasta que las nuevas plantas presenten unos 7 o 10 cm de altura, momento en que debemos trasplantarlas a una nueva maceta. Es conveniente mantenerlas en este nuevo emplazamiento durante todo el invierno.
El trasplante de los ejemplares jóvenes deberá realizarse cada dos años, o cada uno en caso de que la planta haya tenido un crecimiento muy grande y se encuentre incomoda en la maceta actual. A la hora de trasplantar, sobre todo en ejemplares adultos, deberá respetarse el cepellón, puesto que este sistema radicular tan especial que poseen los rododendros, es muy delicado y no debe dañarse bajo riesgo de muerte pues trasplante.
Para incentivar el crecimiento de nuevas flores, conviene quitar los capullos florales secos, utilizando la técnica del pinzado con los dedos pulgar o índice, o bien con una tijera bien afilada, justo por encima de la unión con la rama, sin dañar a esta. Si se pretende conseguir un crecimiento vertical conviene despuntar las ramas laterales y fijar la planta con tutores.
En ejemplares especialmente destinados a formar pequeños arboles deberán podarse las ramas inferiores para ir liberando el tronco e ir consiguiendo poco a poco el aspecto final. La poda se realizará a finales de verano.
Si lo que se pretende es crear un macizo de flores, o en ejemplares destinados a cubrir áreas despobladas, es conveniente espaciarlas a una distancia, más o menos, de 1 metro. Aunque combinan muy bien como ejemplares de bosque bajo, debemos evitar plantarlas debajo de árboles que presenten un sistema radical superficial, que terminaría por quitarles la humedad necesaria.
Terreno, abonado y enfermedades: Preferentemente terrenos bien ricos en materia orgánica, ácidos, con un HP entre 4.5- 5.5 y con un buen drenaje. Es conveniente abonarla cada dos semanas durante la época de la floración. Utilizar un abono líquido para plantas de suelo ácido. No debe abonarse en verano o después de trasplantar la planta en primavera. Debemos esperar a volver a abonarla en otoño.
Entre las enfermedades que afectan a la azalea, las más importantes son las siguientes:
Roya: Causada por hongos de los géneros Puccinia y Melampsora. El motivo principal se debe al estancamiento del agua y la falta de ventilación. Se deben quitar las partes afectadas, mejorar la ventilación y pulverizar con un fungicida adecuado.
Mildew o mildiu: Se desarrolla sobre las hojas en forma de capa blanca aterciopelada que deteriora las hojas al volverse amarillentas. Esta causada por hongos de las especies Sphaerotheca, Uncinata u Oidium. Se deben eliminar las partes afectadas y rociar con un fungicida adecuado.
Trips: Son insectos chupadores que atacan los capullos florales, chupando savia. Las flores al abrirse presentan manchas blancas y decoloración en general. Hay que evitar tener las plantas en lugares secos y cálidos.
Plaga de los pimpollos, causada por el hongo Pycnostysanus azaleae. El transmisor de esta enfermedad es el saltamontes Graphocephala fennahi, un insecto de cola verde y naranja de unos 6 mm, caracterizados por dar grandes saltos cuando se tocan. Se deben eliminar estos animales con el insecticida adecuado y eliminar los capullos afectados.
Agallas de azalea índica. Afectan al rhododendron simsi, causadas en las hojas por el hongo Exobasidium japonicum. Hay que deshacerse de las agallas y rociar la planta con el producto adecuado.
El peculiar sistema radicular de las azaleas: Los rododendros y entre ellos la azalea son unas plantas cuyas raíces carecen de pelos absorbentes. Su sistema radical está formado por una especie de bola, constituida por finas raíces que hacen que toda ella realice la misma función que los pelos absorbentes realizan en una raíz normal.
Este tipo de raíces hace que pierden rápidamente la humedad. Esto significa que deben vivir en ambientes muy húmedos. En jardinería significa que deben someterse a un riego muy habitual. Pero, si se mantienen inundadas, se pudren con mucha facilidad. Ellos significa que, si queremos que la planta prospere bien le debemos ofrecer un suelo con muy buen drenaje.
Carecen del poder de penetración de una raíz convencional. En jardinería debemos proveerle un suelo suelto, al mismo tiempo que no sea arenoso, puesto que este tipo de terreno, pierde la humedad demasiado rápidamente. Necesitará un suelo rico en turba de musgo sphagnum y ácido.
Carecen del poder de fijación que presentan las raíces "normales" en la que la raíz principal se ve ayudada por las secundarias, por lo que en la naturaleza necesitan cobijarse debajo de otra planta que las proteja del viento. De ahí que los rododendros, en general, sean especies de semi sombra. Al mismo tiempo no soportan aquellas especies con raíces superficiales que les roben la humedad. En jardinería una buena manera de respetar esta característica es colocarlas en un lugar protegido del viento, o formar pequeños macizos entre ellas para que se protejan mutuamente.
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