Una persona infectada por el VIH que, sin recibir ningún tratamiento, pongamos que a los 2-3 meses tras la infección presente unos niveles indetectables del virus en sangre, presentaría niveles de anticuerpos detectables y, por tanto daría positivo. Tenga en cuenta que normalmente nadie recibe tratamiento hasta que no se diagnostica, con la excepción de las medidas preventivas que se aplican a quienes han estado en contacto con material infectado, y que el motivo del descenso de la carga viral es precisamente la existencia de una respuesta inmune.
Si la carga viral en una persona que no sigue tratamiento sigue estando por debajo de lo detectable a lo largo del tiempo, y tenga en cuenta que las técnicas de detección actuales son muy sensibles, cabría pensar que el sistema inmune está eliminado completamente al virus. En ese caso, una vez eliminado el virus, disminuirá la respuesta inmune, como ocurre con el resto de infecciones que se superan. ¿Sería fiable en ese caso la detección de anticuerpos? Depende de lo que quiera determinar: si quiere determinar si hay una infección activa, la ausencia de anticuerpos en ausencia de síntomas será un indicador fiable de que no la hay. Si la carga viral es indetectable, pero el test de anticuerpos da positivo, es indicador de que hay una infección activa, y de que el virus se encuentra localizado en otro tejido.
En resumen: si tras 1-2 meses después de haber estado en contacto con el virus una prueba de anticuerpos da negativa, y se repite a los 4-6 meses y sigue dando negativa, no le de más vueltas: el motivo no es que el virus haya pasado a niveles indetectables, si no que no se ha infectado.