La idea de emplear magnetotérmicos regulables es para la previsión de futuras ampliaciones, ya que al poder regular la intensidad térmica lo que estás limitando es la intensidad máxima que va a circular por la línea que protege.
Te pongo un ejemplo para que lo veas más claro: Imagina que tenemos una instalación (el de una industria, por decir algo) la cual tiene un consumo máximo de 80 amperios, podríamos instalar una magnetotérmico de 80 amperios y a funcionar. Pero al cabo del tiempo la fábrica hace ampliaciones de maquinaria y ahora el consumo aumenta hasta alcanzar los 90 amperios, ¿qué pasa? Que debemos de cambiar el automático general ya que el que tiene instalado no sirve. En cambio si hubiéramos instalado desde el principio un magnetotérmico de protección general de 100 amperios regulado a 80, no hubiera pasado nada, ya que con haber cambiado la regulación térmica a 90 amperios hubiéramos resuelto el problema y aún así tenemos otros 10 amperios de margen de ampliación ya que la intensidad máxima que puede soportar el magnetotérmico es de 100 amperios.
En cuanto a la regulación magnética esta vendrá en función de la corriente de cortocircuito de la línea así como de los picos de corriente que se esperen en la instalación (arranque de motores, conexión de condensadores...)
La regulación térmica y magnética no tiene que ver nada una con la otra.
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Creo que ha quedado claro tu duda ¿verdad?.