Vd. Mismo lo explica bien.
Los equipos electrónicos siguen cumpliendo las funciones básicas, que no han variado, pero han mejorado en posibilidades de control, en menor peso y volumen, y sobre todo en un mejor rendimiento.
Por en contrario han empeorado por su mayor complejidad en accesibilidad, en posibilidades de reparación en campo, y en radiación electromagnética.
Las mejoras han sido debidas a la inclusión del control digital, basado en el microprocesador, cuyo programa admite variantes y la vigilancia de más parámetros con los sensores adecuados. En resumen más flexibilidad, incluyendo el auto-diagnóstico en caso de problemas o averías.
También la facilidad en cambiar la frecuencia manejada por las etapas de potencia, ha mejorado fuertemente el rendimiento de las transformaciones de tensión, y la utilización generalizada de nuevos semiconductores más eficientes, más rápidos y más seguros, han elevado fuertemente el rendimiento energético.
En resumen, más opciones y un mejor rendimiento. Se ha impuesto el ahorro de energía.
Por el contrario, el empleo de frecuencias elevadas ha empeorado la generación de armónicos y con ella la radiación de más energía interferente a las comunicaciones inalámbricas. Para combatirlas se han incluido filtros, que han pasado a ser una parte importante del equipo.
Los equipos se han hecho más compactos pero mucho más complejos, haciendo la sustitución de los componentes discretos, en caso de avería, prácticamente imposible. El servicio tiene que realizarse por sustitución de funciones en lugar de componentes. En otras palabras, en cambio de tarjetas, de las que debe haber siempre en reserva.
No sé que más incluir, sin tener información particularizada sobre el sistema, pero puedo añadir, que dentro de muy poco la reparación de los viejos equipos será imposible, pues van a desaparecer del mercado sus componentes.