Metodologías

Debemos tener en cuenta un dato antes de nada: la moral de los niños en la etapa de infantil es una moral heteronoma. Esto quiere decir que todos los juicios de valor que establecen respecto a determinadas situaciones dependen de como los valore el adulto.
Pese a que pueda parecer lo contrario, los niños son capaces de diferenciar perfectamente entre la violencia ficticia y la violencia real... No es lo mismo (y ellos así lo aprecian) una pelea entre los muñecos del guiñol que las barbaridades que aparecen en televisión a diario...
Debemos tener siempre presente que hay que proteger a los niños de la violencia que aparece en estos casos de manera gratuita entelevisón...
Si esto lo conjugamos con el hecho de que nos encontramos en una etapa del desarrollo infantil en la que la función simbólica está en pleno apogeo, nos lleva a decantarnos por tratar el tema de la violencia siempre desde actividades en las que el niño afronte la violencia de un modo lúdico y vivencial, pero TENIENDO SIEMPRE EN CUENTA QUE NO ES UN JUEGO...
Debemos partir de situaciones en las que haya violencia para establecer junto con ellos un juicio de valor y llegar a la conclusión inequívoca de que la violencia es mala y hay que evitarla a toda costa...
Actividades para tratar este tema hay tantas como podamos imaginar:
*Partir de un cuento en el que los personajes se enfrenten y cambiarlo para que se hagan amigos (los 3 cerditos y el lobo, Hansel y Gretel y la bruja...)
*Al final de etapa podemos hacer collages o murales relativos al tema (SIEMPRE SELECCIONANDO CUIDADOSAMENTE EL MATERIAL GRÁFICO QUE LES VAMOS A DAR)
*Suelen disfrutar bastante con la figura del mediador. Igual que hay encargado para pasar lista, regar las plantas, repartir material... Cada semana elegimos un alumno que hace de "juez" y en la asamblea de las tardes resolvemos conflictos ocurridos por la mañana.
*Podemos organizar charlas o reuniones con los padres para informarles al respecto...
*Hacemos una obra de teatro o un guiñol relacionado con el tema...
Y debemos tener siempre en cuenta que se trata de un tema delicado en el que tenemos que poner toda nuestra sensibilidad como padres o educadores y actuar siempre dentro de un clima de respeto hacia la libertad del niño, actuando como filtros para separar esa violencia agresiva de la violencia ficticia o simbólica con la que intentaremos trabajar en el aula.