Personalmente, creo que esta pregunta te la podría responder mucho mejor un pediatra o un médico o enfermero que yo misma que solo soy maestra.
Es obvio que los excesos nunca son buenos. No es malo que los niños coman algún dulce de vez en cuando, el problema está cuando esos dulces se convierten en parte de la dieta diaria del niño y sustituyen otros alimentos más necesarios como la fruta o la verdura. Tampoco hay que olvidar que tan necesario es tener una buena alimentación como una actividad diaria que evite el sedentarismo. Reducir las horas de televisión o videojuegos y permitir que los niños salgan al exterior y realicen ejercicio físico es tan o más importante que supervisar la ingesta de calorías, grasa y azúcares de los niños.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta la parte genética o metabólica, que puede predisponer los niños a la obesidad.
Te recomiendo que te pongas en contacto con un experto más formado en este tema, que te pueda ayudar y asesorar.