Adiestramiento de agapornis

Las limitaciones de un agapornis son pocas. Sólo su tamaño. ¿Virtudes? Un agapornis bien adiestrado puede ser casi, como un perro pequeño con plumas. Te seguirá a todas partes, te robará la comida, se subirá a ti, te acicalará el pelo... Tal vez su única limitación es que son más torpes para aprender a hablar que otros loros más grandes. Los agapornis no son muy habladores, pero puedes conseguir que digan alguna cosa. Bien repitiendo una palabra constantemente o con alguna cinta de casete puesta una y otra vez. Pero recuerda, no todos hablan. Ahora vamos a su entrenamiento. Al igual que respecto al habla, cuanto antes empieces, mejor, ya que los agapornis, cuanto más mayores, retienen menos y son más torpes. El adiestramiento debe ser hecho con paciencia y las clases deben ser cortas, ya que las aves pierden con rapidez la atención. Que duren unos minutos, y cuando veas que ha perdido el interés, dejalo para otro rato u otro día. Prémialo siempre con alguna golosina, como trozos de fruta. Pon la jaula en una habitación con la puerta cerrada y las ventanas también (y las cortinas echadas para que no se golpee en el cristal). Abre la puerta de la jaula y mete la mano. SÓLO metela. El ave chillará y tal vez intente picarte. Si lo hace, NO le pegues. Solo di un rotundo NO. Que nunca coja miedo a tu mano. Cuando la mano ya no lo asuste, puedes intentar tentarlo con alguna golosina (fruta como manzana, uva, pera, lechuga... cada ave tiene sus gustos). Cuando se acerque a comer déjale. Intenta colocar un dedo debajo de su estomago y encima de sus patas, para que se suba a él. Si se resiste, empuja suavemente. Recuerda que si te pica, no le pegues. Después, cuando consigas que se suba, ya puedes sacarlo fuera. Todo este proceso es largo. Intenta hacerlo dos o tres veces al día y al final conseguirás resultados. Suerte