Quiero recuperar la relación con mi pareja
Buenas. Hace un año que mantengo una relación con una chica. Yo tengo 25, ella 31. Ha sido una relación de ir y venir de dudas casi desde el principio, pues somos muy intensos en nuestro modo de querernos. Ella siempre ha tratado de que yo confiase en su amor por mí, sin embargo muchas veces me reprochaba mi modo de ser y yo creía que me dejaría. Yo tengo devoción por su modo de ser, por ella, pero a veces la sentí egoísta; como si el mundo tuviera que detenerse por ella si no se sentía bien por algo. Así pues, también tenía mis reproches. Mucha pasión, sin embargo, e ilusión en poder estar bien juntos.
Hace dos meses, me dejó, convencida de que no debíamos vernos más, y creo que estuve de acuerdo en el momento, pero no recuerdo por qué fue exactamente. No debió ser nada concreto, y apostaría a que ella tampoco sabe la razón exacta.
Por supuesto desde el día siguiente traté de solucionarlo pero no había modo. Ni vernos ni hablar más era su idea. Dos semanas insistiendo así y una noche me acosté con una chica. Ojalá no lo hubiera hecho, pero me deje llevar. No lo buscaba.
Poco después, ella, quiso quedar conmigo una mañana, y hablamos sobre nosotros. Amigos, dijimos, pero sabíamos que no era así y esa noche nos vimos y nos acostamos. Yo estaba muy cntento de ello, así que cuando ella me preguntó si había estado con alguien en ese tiempo le dije que sí, con afán de ser sincero. Me precipité, me lo preguntó con tanta naturalidad... Así que me echó de casa y pasé una insufrible semana, tratando de volver desesperadamente con ella. Me ignoraba, me odiaba. Cuando quiso verme ya casi no lo esperaba. Ella había planeado irse fuera una semana para escaparse un poco de todo, así que volviendo juntos un par de días antes, de nuevo apasionadamente, le propuse ir cinco días después y pasar una semana más los dos solos, cuando los demás volvieran. Nos hablamos cada día con ilusión, y estuvimos allí esa semana... Discutiendo casi cada día, pero por pequeñas cosas. Todo se solucionaba pero había un punto de tensión más elevado debido a lo sucedido anteriormente. Propuse que nos diérmaos un poco de aire al volver, que no nos presionáramos tanto 24 horas al día, y quizá todo marcharía mejor. Estuvo de acuerdo, hasta 8 horas después de llegar. De nuevo no quería volver a verme. De nuevo sufrir y más sufrir, e insistir por la vuelta, por el perdón.
Poco a poco otra vez juntos pero con pies de plomo, tanteando. Yo quería intentarlo de verdad, sobreponernos, encontrar el modo. ¿Esfuerzos diarios, preocupaciones constantes, sabes? Miedo de volver a perderla, y casi no sabía cual era la situación. Una noche, viendo juntos una película, aquella chica con la que me había acostado, me llamó por teléfono. No supe como reaccionar, y por miedo colgué. Luego le dije que me había llamado, pues ya algo feo había en el aire. Y habiendo el resto, ya te imaginas lo que sucedió. Nunca la había visto tan convencida del final de lo nuestro. Cree que la volví a ver. Pero no quiere que le importe, quiere olvidarme. Quiere que yo desaparezca. Esta vez, no me cuelga el teléfono. Lo coge con naturalidad y habla conmigo mientras me pide que no vuelva a llamarla, por favor. Pero también dice que me quiere, y que haga mi vida, y que ojalá hubiera ido bien, y que soy un mentiroso, y que ya no hay nada que hacer.
¿Realmente ya no hay nada que hacer? Todas mis ilusiones giran en torno a ella.
Lo último que hice fue escribirle una carta para poder decir todo lo que debía, todo lo que sentía. Y la ha leído, y por primera vez tras todo me ha escrito para darme las gracias, pero segura aun de su decisión. Sé que le influyen cosas como mi situación actual, no me ve futuro, no me ve fuerza... Creo que cree que no puedo darle nada de lo que necesita, y que no sé entregarme a ella totalmente y exclusivamente. Pero yo sé que sí. Convencerla, no puedo así como si nada. ¿Debo seguir luchando, o dejar pasar el tiempo? ¿Y de que modo? Eso me pregunto, quisiera tener una buena opinión. Gracias, de verdad.
Hace dos meses, me dejó, convencida de que no debíamos vernos más, y creo que estuve de acuerdo en el momento, pero no recuerdo por qué fue exactamente. No debió ser nada concreto, y apostaría a que ella tampoco sabe la razón exacta.
Por supuesto desde el día siguiente traté de solucionarlo pero no había modo. Ni vernos ni hablar más era su idea. Dos semanas insistiendo así y una noche me acosté con una chica. Ojalá no lo hubiera hecho, pero me deje llevar. No lo buscaba.
Poco después, ella, quiso quedar conmigo una mañana, y hablamos sobre nosotros. Amigos, dijimos, pero sabíamos que no era así y esa noche nos vimos y nos acostamos. Yo estaba muy cntento de ello, así que cuando ella me preguntó si había estado con alguien en ese tiempo le dije que sí, con afán de ser sincero. Me precipité, me lo preguntó con tanta naturalidad... Así que me echó de casa y pasé una insufrible semana, tratando de volver desesperadamente con ella. Me ignoraba, me odiaba. Cuando quiso verme ya casi no lo esperaba. Ella había planeado irse fuera una semana para escaparse un poco de todo, así que volviendo juntos un par de días antes, de nuevo apasionadamente, le propuse ir cinco días después y pasar una semana más los dos solos, cuando los demás volvieran. Nos hablamos cada día con ilusión, y estuvimos allí esa semana... Discutiendo casi cada día, pero por pequeñas cosas. Todo se solucionaba pero había un punto de tensión más elevado debido a lo sucedido anteriormente. Propuse que nos diérmaos un poco de aire al volver, que no nos presionáramos tanto 24 horas al día, y quizá todo marcharía mejor. Estuvo de acuerdo, hasta 8 horas después de llegar. De nuevo no quería volver a verme. De nuevo sufrir y más sufrir, e insistir por la vuelta, por el perdón.
Poco a poco otra vez juntos pero con pies de plomo, tanteando. Yo quería intentarlo de verdad, sobreponernos, encontrar el modo. ¿Esfuerzos diarios, preocupaciones constantes, sabes? Miedo de volver a perderla, y casi no sabía cual era la situación. Una noche, viendo juntos una película, aquella chica con la que me había acostado, me llamó por teléfono. No supe como reaccionar, y por miedo colgué. Luego le dije que me había llamado, pues ya algo feo había en el aire. Y habiendo el resto, ya te imaginas lo que sucedió. Nunca la había visto tan convencida del final de lo nuestro. Cree que la volví a ver. Pero no quiere que le importe, quiere olvidarme. Quiere que yo desaparezca. Esta vez, no me cuelga el teléfono. Lo coge con naturalidad y habla conmigo mientras me pide que no vuelva a llamarla, por favor. Pero también dice que me quiere, y que haga mi vida, y que ojalá hubiera ido bien, y que soy un mentiroso, y que ya no hay nada que hacer.
¿Realmente ya no hay nada que hacer? Todas mis ilusiones giran en torno a ella.
Lo último que hice fue escribirle una carta para poder decir todo lo que debía, todo lo que sentía. Y la ha leído, y por primera vez tras todo me ha escrito para darme las gracias, pero segura aun de su decisión. Sé que le influyen cosas como mi situación actual, no me ve futuro, no me ve fuerza... Creo que cree que no puedo darle nada de lo que necesita, y que no sé entregarme a ella totalmente y exclusivamente. Pero yo sé que sí. Convencerla, no puedo así como si nada. ¿Debo seguir luchando, o dejar pasar el tiempo? ¿Y de que modo? Eso me pregunto, quisiera tener una buena opinión. Gracias, de verdad.
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Respuesta de yolga
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