Dejar a la pareja y no morir en el intento II

De pronto me vine arriba, empecé a fantasear con vivir solo, con conocer otras mujeres, con recuperar la alegría del sexo, la alegría de vivir con ilusión, de tener planes de vida, de aprender a vivir con uno mismo (cosa que es jodidamente complicada, la verdad) para poder aprender a vivir con los demás después, y poder darte como compañero, no como ser dependiente o como ser controlador...
  Y una mañana de domingo... La dejé.
  Aunque al principio me sentí bien, al poco empecé a arrepentirme de lo hecho. Habíamos tenido algunas broncas últimamente porque yo le decía que quería saber que planes teníamos juntos, si quería tener hijos, si ambicionaba algo más en la vida que estar metidos en ese piso, si quería hacer carrera profesional... En fin, saber que planes de futuro tenía ella en la cabeza, o al final, qué deseos albergaba para ella y los dos. Pero ella me decía que ella no pensaba nunca en esas cosas, que ella vivía al día, y que no se lo planteaba. Yo me desesperaba, porque yo quería saber si merecía la pena seguir o no, y al final opté por el que no.
  Otro tema que yo quería ver resuelto era el tema del sexo, ella no parecía tener interés alguno en el, y sólo le interesaba si lo buscaba yo, siendo su reacción muy pasiva y a veces hasta fría. El sexo es una de las cosas más importantes de la pareja para mí, sí, ya sé que como soy tío soy un salido, lo sé, pero es así, confío en que haya mujeres a las que también les parezca un tema importante (por cierto, ¿dónde os metéis?)
  Como os decía, en el primer momento me arrepentí y mi ex-cuñada me hizo reflexionar, haciéndome ver que con la "depre" que tenía en el cuerpo no podía tomar decisiones razonables al respecto. No le faltaba razón, así que le pedí a mi novia que me diera tiempo para pensar. Yo me fui a casa de un hermano y pusimos silencio y distancia de por medio, así como un tratamiento con ansiolíticos y antidepresivos suavecitos para mi.
  He seguido con el psicólogo trabajando y dándome cuenta de que el amor es un tema que se cultiva, que es un arte, un día a día, y me he dado cuenta de que eso es precisamente lo que no hemos hecho nosotros. Me he dado cuenta de que la relación que teníamos antes de venirnos al piso era como la de los chavales de 15 años, todo el día haciendo el ganso, sin tomarse las cosas muy en serio, sin capacidad de hablar las cosas, con inseguridad, con desconocimiento mutuo. Y claro, al final de todo esto te das cuenta que no tienes una pareja, y que lo que tienes es ... Una superamigaquetecagas, requetemajetona y supersalada con la que tenías roce corporal y momentos divertidísimos. Nos hemos querido, pero de una forma muy básica, de pura dependencia, por necesidad.