Podría ser timidez o simplemente una de la fases del cortejo. Una mujer no piensa igual que un hombre, simplemente porque nosotros no nos podemos quedar embarazados y ellas sí. Su pensamiento es más agudo, más mordaz e hipersensible. Ellas tamizan las ideas con las más dulces travesuras. Lo importante son la naturaleza de los sentimientos, lo que detrás de ellos hay de puro y en qué momento podrían convertirse en sólo un medio para conseguir un fin depredador, sin compromisos. Antropológicamente ellas han necesitado tener la protección constante de un hombre que les suministrara comida cuando salían a cazar mientras ellas cuidaban del asentamiento y elaboraban la ropa, la comida y los medicamentos. El hecho de ser ellas las que tienen un vínculo más estrecho con las crías les une más al asentamiento, mientras que los hombres son más autónomos, tienen un campo de acción que les obliga a estar más tiempo fuera. Eso conllevaba unirse al espíritu del hombre para permanecer siempre a su lado, mentalmente o psicológicamente. Es lo mismo. Ellas exploran mucho más la personalidad del hombre para integrarse en su espíritu y ser parte de ellos. Y nosotros valoramos en ellas otras aptitudes que nos permiten sentirnos fuertes y confiados. Creo que esos silencios son parte del análisis mutuo sobre cómo construir un sólido vínculo afectivo. Para eso existen trucos, existen actitudes y existen planteamientos que producen en ellas una total entrega hacia nosotros. Esos silencios, amigo Andrevs, suelen ser poéticos. Disfrútalos. Un saludo. Psicólogo Ignacio B.S. Colegiado A-1241 | El diván de los deseos | www.ciberpsicoterapia.com |