Perdida total de confianza
Hola, quería contaros mi caso a ver si me podéis echar una mano con algún consejo. Después de dos relaciones fallidas en las que después de darlo todo, fui engañada y también unas amistades que resultaron ser por interés, me he vuelto muy desconfiada y me da mucho miedo no poder volver a confiar en la gente, ni siquiera contemplo el hecho de poder volver a tener pareja porque se que no podría confiar y lo pasaría muy muy mal y prefiero no tener que pasar por eso de nuevo. También he visto afectado mi autoestima, igual que la confianza en los demás he perdido la confianza en mi misma, a pesar de que se que soy una mujer de éxito que consigo todo lo que me propongo, inteligente, con valores, fuerte y luchadora, en el fondo solo soy una niña asustada que tiene miedo de que le hagan daño y prefiere no abrir su corazón a arriesgarse a volver a ser herida... No se como voy a poder solucionar esto porque cada vez va a peor y los psicólogos son carísimos... Pero no me gusta ser así, quiero volver a confiar en la gente y darme aúna oportunidad de ser feliz. Muchas gracias por escucharme
2 respuestas
Si vuelves a leer tu escrito verás que tu misma te das la respuesta:
"... En el fondo solo soy una niña asustada que tiene miedo de que le hagan
Daño y prefiere no abrir su corazón a arriesgarse a volver a ser
herida..."
Por eso lo único que puedes hacer para mejorar es averiguar los motivos... ¿Qué te ha pasado en la vida (muy probablemente en tu infancia) para que, después de algunos desengaños, no puedas confiar en nadie? Necesitas saber quién te hirió por primera vez (¿tu madre? ¿Tu padre?) Y expresar la tristeza y el dolor acumulado. Sólo de esta manera tu inconsciente no buscará personas parecidas a las que te dañaron y poco a poco, cuando descubras que no todo el mundo es tan decepcionante, empezarás a confiar...
En cuanto al precio de las terapias... son caras depende de como lo mires. Puedes encontrar buenos profesionales a precios razonables (40-50€), sesiones quicenales y también terapias de grupo que siempre son mucho más económicas... Cuando uno sufre de verdad recorta gastos de dónde sea para mejorar su vida.
Mi consejo es Suhaizaean es que no te resignes y que busques ayuda. Ninguna persona puede ser feliz si no puede confiar en nadie.
Te deseo lo mejor!
Valora y Finaliza.
Ante todo, comprendo tu sufrimiento por esas experiencias que has tenido últimamente y que han deteriorado tu autoestima, a muchas personas nos hace hasta dudar si el problema es nuestro o de los demás.
La clave para superarlo es siempre trabajar para convertir cada una de las experiencias que vivimos en un aprendizaje adaptativo, es decir, qué podemos sacar de ello para enriquecernos. Te pongo un ejemplo: "De mi relación fallida aprendí a no reducir mis actividades a una sola persona, pues después de él me quedé sin hobbies ni compañeros de actividades, de manera que a partir de ahora, voy a hacerlas sagradas!!".
Otra de las claves es darte tiempo para pasar el bache, durante el cuál debes trabajar el segundo concepto importante: orientación a soluciones, no a problemas. Cuando una situación te atormente, busca diferentes alternativas para salir de ella o disminuir su impacto sobre tus emociones. Ejemplo: "Como he dejado de fumar, estoy engordando. Solución: Con el dinero que me ahorro, me apunto al gimnasio, y no sólo combatiré esos kg de más, sino que aliviaré el estrés y mejorará mi autoestima."
En este momento en el que estás, tienes todas las posibilidades al alcance; empezar nuevas actividades, nuevas amistades, etc. La mente tiene el poder de transformar cada fin de etapa en otra nueva, sólo depende de ti querer dejar de mirar atrás y empezar a luchar por este nuevo capítulo. Y recuerda: Cada golpe que no nos derriba, nos da más impulso!
Una apreciación; no todos los psicólogos somos caros. Puedo atenderte en Madrid o por Skype, si estás interesada en trabajar juntas en este proyecto tuyo. Contáctame y hablamos de precios y posibilidades.
Mucho ánimo!
María
Hola María,
Ante todo muchas gracias por tu tiempo y tu respuesta, y gracias por ayudar a la gente a través de este sitio desinteresadamente. La verdad que por mi mensaje se podría deducir que acabo de pasar por una ruptura o algo así, pero que va no es el caso... Yo hace como 4 años que estoy soltera, soy una chica muy independiente, he vivido en dos países en el extranjeros, viajo mucho, ahora mismo vivo en otra provincia y estoy "contenta", tengo un buen trabajo, tengo muchos amigos y amigas con lo que hago muchas actividades y me siento querida por ellos y ahora mismo acabo de cambiarme de ciudad y tengo muchas ilusiones por conocer gente nueva y hacer nuevos amigos, nunca me ha costado hacer amigos porque soy simpática y abierta. Pero últimamente mas que nunca (sobretodo después de lo que comento, que me he encontrado con gente que después de abrirles mi corazón pues me han hecho daño..., me cuesta abrirme del todo, fiarme de la gente, a ver no es una cosa exagerada, pero si es verdad que dudo de si estarán siendo sinceros o de si se estarán aprovechando de mi buena fe muchas veces..., a veces pienso si seré una paranoica!!!especialmente con los chicos... estoy totalmente cerrada a una posible nueva relación porque tengo miedo de que me vuelvan a hacer daño, cuando se me acerca un chico siempre estoy a la defensiva y mi actitud anula cualquier posibilidad de comenzar una relación. Y en alguna ocasión que he intentado no estar tan cerrada y dar la opción, al final siempre acabo pensando que soy poca cosa, que no estoy lo suficientemente guapa, o no soy lo suficientemente algo, y que me van a acabar dejando y corto antes de que haya podido ir a nada mas....Y lo peor es que se que soy una chica atractiva, y que soy inteligente, culta, y divertida... pero desde hace unos años es como si no me lo creyera...que mi amor propio ha desparecido, y si yo no me quiero a mi misma se que nadie va a poder quererme... Y no se como puedo hacer para no se tan desconfiada, volver a abrirme, volver a darme la oportunidad de ser feliz...
Muchas gracias María.
Siempre suelo decir que uno es lo que da, no lo que recibe. Eres una persona que se implica en las relaciones personales, ¿qué da generosamente y cree que merecerá la pena... y? ¿No te hace eso una persona maravillosa? Ser capaz de ver a los mejor de las personas y confiar en ellas es un valor muy positivo. La cuestión es no pensar en qué pasará, no tener en cuenta las posibles consecuencias, ya que no suelen depender solamente de uno mismo. Muchas personas pasan por nuestra vida y algunas de ellas se quedan, sin embargo, siempre siempre dejamos huella. Seguramente aquellos que pasaron pero luego se fueron, en algún momento sintieron que les diste algo valioso y posteriormente notaron el aguijonazo de la culpa o de la nostalgia, incluso arrepintiéndose en silencio de haber hecho mal las cosas... y fuiste tú la que les enseñó esa lección.
Cuando iniciamos una relación del tipo que sea con alguien que creemos que merece la pena, hay que apostar, llegado el momento. Y no preocuparse por "qué pasará", pues nunca se sabe si será un compañero de viaje o de etapa, pero eso sí, siempre sacaremos algo, un aprendizaje, compartir un momento, unas buenas risas, complicidad, un sentimiento, etc.
Gandhi decía que siempre debemos actuar como si alguien nos estuviera mirando, aun cuando estamos solos. Es una forma de decir que nuestra guía ha de ser la de hacer lo correcto. Siempre habrá alguien viendo cuál es nuestra actitud, nosotros mismos. Nada como la paz de conciencia para una vida libre de culpa y de arrepentimiento. ¿Y si das y luego te dan la espalda? Compadece a ese pobre que no sabe corresponder, que tiene una dificultad para ser justo o conservar algo valioso, y déjalo ir porque es una batalla que ha de librar él mismo. Si realmente te aprecia, volverá. Si no vuelve, es que te miró pero no te vio. Tú hiciste lo que te dictó tu conciencia, y bien hecho está.
Disfruta de cada día como si fuera el último, de cada persona como alguien que ha aparecido en tu camino con un propósito, temporal o indefinido, pero siempre siempre, sé tú misma. Jamás te arrepentirás de caminar sin miedo.
Un abrazo,
María