Baño de oro

Hola, me gustaría saber como puedo hacer un baño de oro mediante electrolisis, sobre que metales se puede hacer y que materiales necesito,
GRACIAS

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Nociones generales de galvanoplastia. La electrometalurgia o galvanoplastia tiene dos ramas principales que se diferencian entre sí por la preparación de las superficies que se trata de recubrir.
La electroplastia es la producción de capas metálicas adherentes sobre la superficie de los objetos, y su éxito depende de la limpieza perfecta de dicha superficie, que debe tratarse previamente.
La electrotipia es la producción de depósitos no adherentes sobre moldes metálicos o no metálicos, cuya adherencia se evita cubriendo su superficie con plombagina o frotándola con trementina que contenga un poco de cera. La preparación de los objetos depende: primero, de la clase de depósito que se desee, y segundo, de la clase y naturaleza del objeto. En todos los casos hay que quitar toda suciedad, óxido, etcétera, ya que toda la copia obtenida por electrotipia reproduce todo detalle, hasta la señal de los dedos sobre la superficie del modelo.
Preparación de los objetos
Limpieza
El cobre, el latón, el zinc y los metales preciosos se limpian con los ácidos que los atacan, preparándose el baño del modo siguiente, según la clase de metal:
Agua Ácido Ácido Ácido
Nítrico sulfúrico clorhídrico
Para cobre y latón 100 50 100 2
Hierro 100 3 8 2
Fundición 100 3 12 3
Zinc 100 - 10 -
Plata 100 10 - -
Es mejor preparar siempre dos soluciones, reservando una para dar al metal un segundo baño que actúa más enérgicamente sobre su superficie ya limpia. Este segundo baño puede emplearse después de usado, como primero para otros objetos, acompañado de un fragmento con arena, etc; según la clase de objeto de que se trate.
El plomo, el estaño y el metal Britania no debe echarse en ácido alguno, sino limpiarlos con sosa cáustica.
Si los objetos han de pasar a soluciones de oro o de plata, debe quitárseles toda traza de ácidos; si el objeto se ha limpiado con sosa, no hay que tener tanto cuidado, ni tampoco cuando el objeto tratado con ácido a de pasar a una solución ácida de encobrar. En estos casos lo mejor es sumergir el objeto en agua limpia y pasarlo enseguida a la cuba electrolítica.
La operación más importante en la electroplastia es la limpieza química de la superficie del metal sobre el cual se ha de depositar otro, porque de no llevarla a cabo con todo rigor, no queda adherida esta capa al objeto.
Claro está que los distintos metales requieren generalmente diferente tratamiento. La superficie de casi todos los metales, cuando se limpia, no tarda en cubrirse de una película de óxido al exponerse al aire, sobre todo si dicha superficie ha quedado húmeda; para evitar este inconveniente es, de ordinario, preciso proceder al baño galvanoplástico al terminar la limpieza del metal.
Antes de limpiar los objetos, se suelen armar éstos con alambres de cobre, para no tener que tocarlos con las manos hasta terminar todas las operaciones. A veces basta tocar ligeramente con los dedos el objeto para verse en la necesidad de limpiarlo nuevamente.
Si el objeto que se trata de recubrir tiene su superficie lisa o bruñida, el depósito resultará brillante. Al contrario, si dicha superficie es rugosa o mate, la capa depositada será más bien mate. Si se deja mucho tiempo el objeto en el baño ácido, la superficie pulimentada puede resultar chapeada mate. Las operaciones de limpieza deben hacerse seguidamente, sin interrupción alguna.
A continuación pueden verse distintos tratamientos para diferentes metales.
Cobre y sus aleaciones
Potasa cáustica½ kg, agua potable 4 litros. Se calienta hasta ebullición en una vasija de hierro provista de tapa; se acepilla el objeto para quitar todos los cuerpos extraños adheridos, se arma o rodea con alambre, y se suspende algún tiempo en la lejía caliente; ordinariamente bastan unos cuantos minutos; si alguna de las partes del objeto presenta soldaduras no debe tenerse mucho tiempo en el baño, ya que la potasa cáustica ataca a la soldadura, y la solución ennegrece el cobre. Al sacar el objeto de esta lejía se lava bien en agua corriente.
Si el objeto estuviera muy oxidado se limpia en un baño compuesto de 4 litros de agua y½ litro de ácido sulfúrico, hasta que desaparezca la parte más oscura; se lava después en agua corriente y se sumerge en la siguiente solución: 4 litros de cianuro potásico comercial 240 gm., se saca de este baño y rápidamente se cepilla todo muy bien con un cepillo y piedra pómez en polvo muy fino humedecida en la solución de cianuro. Hay quien prefiere dar al objeto un baño previo en ácido nítrico, para dar brillo a su superficie, o en una mezcla de ácidos nítricos y sulfúricos, seguido de un lavado en agua corriente; pero el cianuro y la acción mecánica de la piedra pómez y el cepillo dan muy buenos resultados sin necesidad de dicho baño previo.
Después del baño ácido, se sumerge por un momento el objeto en la solución de cianuro, se lava con rapidez en agua corriente y se lleva enseguida al baño electrolítico. Cuando se trata de dorar o platear, se acostumbra amalgamar la superficie del objeto, para asegurar la adherencia del metal depositado. La amalgamación se verifica sumergiendo el objeto, después del baño de cianuro durante unos segundos, en una solución de 30 a 210 gr de nitrato mercúrico, 30 a 150gr de ácido sulfúrico y 4 litros de agua agitándola hasta que quede bien clara. Se lava rápidamente el objeto en agua al salir del baño de mercurio, y se lleva a la cuba electrolítica.
Los baños de ácido, cianuro y mercurio deben conservarse en tarros de cristal o porcelana (sin esmalte de plomo), provistos de tapa para evitar la evaporación.
A los objetos de cobre o de alguna aleación de este metal, se les da un acabado mate teniéndolos unos minutos en un baño compuesto de 10kg de ácido nítrico (36º), y 5 kg de ácido sulfúrico (66º), de½ a 5 kg de sal común, y la misma cantidad de sulfato de zinc. Se mezclan los ácidos poco a poco, se agrega la sal de zinc, después la de cocina, poco a poco, se agita bien el líquido y se espera a que se enfríe antes de usarlo. Se lava el objeto muy bien en agua y se pasa por el baño de cianuro antes de llevarlo al galvanoplástico. Mientras se prepara el baño ácido deben tenerse las puertas abiertas para evitar el respirar de vapores ácidos combinados.
Hierro y fundición
Se le quita la grasa al hierro fundido, sumergiéndolo en una solución alcalina caliente semejante a la empleada para el cobre, y lavado después muy bien con agua; se tiene luego unas cuantas horas en agua acidulada con el 1 por 100 de ácido sulfúrico, y se lava con agua, terminando frotándolo con arena o piedra pómez y un cepillo de fibra. Se vuelve a lavar y se echa otro poco de tiempo en el baño ácido, se lava y se pasa ya por el baño galvánico. Si se usa un baño de más de 1 por 100 de ácido, hay que reducir la duración, por que de no hacerlo así el hierro queda muy corroído y el carbón que el metal contiene, y que no es atacado por el ácido, no sede ni con mucho trabajo a la arena y al cepillo. El hierro fundido no se dora o platea bien por simple deposición los depósitos de cobre o bronce son mejores aunque no perfectos, pero si se estaña el hierro, la capa es adherente y recibe con toda confianza los otros metales.
Hierro forjado
El hierro forjado, si esta muy oxidado, se limpia del mismo modo que la fundición, pero requiere un baño ácido más concentrado y de más duración. El hierro blanqueado, limado o bruñido, se trata como el acero.
Acero
Se limpia en la lejía que se emplea para el cobre, se lava bien, se frota con piedra pómez húmeda, se lava y se sumerge en un baño compuesto de 4 litros de agua por 2 kg, de ácido clorhídrico. Se vuelve a lavar con agua muy rápidamente, y se pasa a la cuba de galvanizar.
Todo el acero como el hierro forjado se dora bien, sin ningún metal intermedio, en baños electrolíticos calientes. Es difícil obtener una capa adherente plata sobre estos metales, sin el intermedio de una capa de cobre o latón, que facilita grandemente el plateado.
Zinc, estaño y plomo
El zinc se limpia teniéndolo unos momentos (por que el álcali atacar con rapidez al metal) en la lejía caliente de potasa, lavándolo y echándolo en agua que contenga un 10 por 100 de ácido sulfúrico; a los pocos momentos se lava con mucho agua caliente, y si es preciso se frota con piedra pómez y un cepillo duro mojado en una solución diluida de cianuro, o se acepilla con una grata. Esta ultima operación es muy eficaz cuando hay partes soldadas con estaño.
El estaño, el plomo y la aleaciones de estos metales son más difíciles de limpiar que el zinc y el hierro. Se frota rápidamente con un cepillo y potasa caliente, se lava enseguida con agua y se acepilla, o se frota con un trozo de madera blanda y limpia. Es muy difícil obtener un depósito satisfactorio de oro o plata directamente sobre estos metales o sus aleaciones. Sus resultados son mucho mejores dándoles primero una capa de cobre.
Grasas o cepillos metálicos
Se emplean para abrillantar y suavizar los objetos metálicos. Están hechos ordinariamente de alambres finos de latón o acero, y son de formas muy variadas según la forma del objeto. Las ruedas de pelos de acero (cepillos o gratas circulares) se emplean en el torno, acercando los objetos a las mismas, puesta en rápido movimiento de rotación. Mientras se trabaja con estos cepillos se mantienen mojados con un pequeño chorro de agua.
Baño ácido
Se llama así ordinariamente a una mezcla que se emplea con mucha frecuencia para dar una superficie brillante a los objetos de latón. Cuando se trata de niquelar el latón, el baño ácido se compone de dos kg, de ácido sulfúrico, y 1 kg de ácido nítrico y 2 litros de agua. Al preparar este baño debe primero echarse el ácido nítrico en el agua, y después se va agregando poco a poco el ácido sulfúrico, agitando la mezcla con una varilla de vidrio. El baño se usa en frío. Esta mezcla debe conservarse en una vasija de porcelana, que ha de taparse con una placa gruesa de cristal. Los metales deben tratarse en este baño en sitio abierto o cerca de chimenea, para que puedan salir con facilidad los vapores, que irritan mucho los pulmones cuando se respira. En el mismo instantes de sacar los objetos del baño ácido, deben echarse en agua.
Baño corrosivo
El hierro fundido, antes de niquelarlo, tiene que ser tratado en un baño ácido frío, para disolver o desprender el óxido de la superficie. El baño puede prepararse en una cuba de madera, y consiste de ordinario en una mezcla de 625 gr de ácido sulfúrico por 10 litros de agua; el hierro sumergido en este baño durante 20 minutos a media hora, queda con la capa de oxido tan desprendida que puede separarse fácilmente con un cepillo duro, arena y agua. Cuando es preciso que el objeto salga brillante del baño en vez de presentar su superficie negra como sucede con la solución anterior, se emplea doble proporción de ácido, es decir, se disuelven 1250 gr en 10 litros de agua en este baño se disuelven 150 gr de zinc, en forma granulada, y después se agregan 625 de ácido nítrico, agitando bien la mezcla.
El mayor cuidado hay que ponerlo al limpiar antes de niquelar.
Recubrimientos galvánicos
A continuación pueden verse fórmulas y procedimientos para depositar sobre los metales capas metálica adherentes, en baños electrolíticos.
Níquel
Preparación del baño para electroniquelar
Solución. Las sales de níquel que ordinariamente se emplean son: el sulfato doble de níquel y amonio, que es de aspecto cristalino y de color verde esmeralda, y el cloruro correspondiente. También se emplean otras sales, como el cianuro de níquel y potasio, el acetato y el sulfato, pero ninguna de tan buen resultado como el sulfato doble mencionado.
La solución de esta sal se hace en la proporción de 9 kg de la misma por 100 litros de agua echando primero la sal en una cuba limpia, de madera, donde se le echa una cierta cantidad de agua hirviendo, se agita bien con una varilla durante uno minutos, se echa la solución verde formada en el baño o cuba electrolítica, y se agrega más agua caliente para disolver los cristales que queden, sin dejar de agitar hasta que no quede ninguno sin disolver. Se agrega después agua fría para completar los 100 litros. Es conveniente pasar la solución caliente por un colador antes de echarla en la cuba, para quitarle las impurezas.
El cloruro doble se disuelve en la proporción de 3 kg por cada 100 litros.
El baño debe tenerse en sitio donde no pueda caerle polvo ni materia extraña alguna. Expuesto al aire, se evapora el agua, que hay que reponer con adiciones frecuentes. Por esta razón y para evitar la entrada de polvo conviene tapar la cuba. La solución debe espumarse alguna que otra vez, y removerse con frecuencia para que su concentración sea igual en todos los puntos.
Cuba. La vasija en que se verifica la electrolisis, llamada cuba electrolítica, esta echa ordinariamente con tablas de pino de 5 cm de ancho, bien encajadas y apretadas entre sí, y enlucida por dentro con una tapa de asfalto de buena calidad, aplicado en estado de fusión.
En vez de cubas de esta forma, se puede emplear medio tonel, con un aro más, aunque a causa de la forma de este recipiente hay una gran parte del mismo llena de líquido que no se utiliza.
Para baños pequeños se usa una cubeta de hierro esmaltado, de dimensiones apropiadas.
Ánodos. Es mejor emplear placas de níquel puro fundido, que ánodos de metal granulado. Los tamaños más corriente están comprendidos entre 4 x 10 cm y 20 x 30 cm.
Los ánodos se suspenden en la cuba, siguiendo las paredes de la misma, o atravesados delante y detrás del objeto, pero cuidando siempre que no estén tan próximos a éste que en modo alguno puedan llegar a ponerse en contacto con el mismo. Pueden suspenderse, mediante pinzas de cobre (que no lleguen a tocar el líquido), de las varillas gruesas de cobre que están en conexión eléctrica con la batería.
Batería
En casi todos los grandes talleres de galvanoplastia se emplean dinamos en vez de baterías por ser más limpias, necesitar menos cuidados, ocupar menos espacio y dar una corriente más adecuada al trabajo y aun precio mucho más bajo. Pero como su coste inicial es considerable y requiere fuerza motriz, no están aún tan extendidas como las baterías, que se encuentran en todos los talleres pequeños. La pila de carbón o de ácido crómico es la más corriente, ya que con menor número de elementos hace el trabajo con más rapidez; pero como la corriente que da es muy intensa es preciso con frecuencia introducir en el circuito carretes de resistencia (reóstatos) para reducir la intensidad al niquelar objetos pequeños.
Muy buenos servicios da también la pila de dos o tres elementos Smee (o de sulfato de cobre) en serie. Para saber el número de elementos necesarios, hay que tener en cuenta que la superficie (sumergida) de zinc de la batería ha de ser aproximadamente igual a la superficie del objeto que se quiere niquelar, aparte de la multiplicación en serie para obtener la tensión necesaria. Es decir, que si un elemento tiene una superficie de zinc (sumergida) de cien centímetros cuadrados y el objeto tiene quinientos, hay que disponer cinco elementos en paralelo para la intensidad, y tres en serie para la tensión (si está ha de ser de tres voltios al empezar). O sea, que habrá que montar la batería con quince elementos.
Claro esta que esta batería es equivalente a la de tres elementos grandes, en que cada uno tenga quinientos centímetros cuadrados de superficie sumergida de zinc (es decir, una placa cuadrada de zinc, de casi 16 cm de lado, mojada por ambas caras). Son muy convenientes por este motivo las baterías grandes, que admiten la inmersión de la superficie necesaria de zinc.
Si la corriente es demasiado intensa, el metal depositado presenta un aspecto empañado; y si es demasiado débil, queda la capa en forma granular o semicristalina.
Hay que procurar que el polo cobre o carbón (positivo) de la batería vaya siempre conectado (con alambres gruesos o varillas de cobre) con los ánodos o placas de alimentación de la cuba, pues si se cambian los polos resultan dañados, el objeto y el baño, por corrosión o solución parcial del primero en el segundo.
Preparación del objeto
Se limpia perfectamente para quitarle toda traza de aceite, grasa, óxidos, barniz y otras impurezas. El aceite, la grasa etc., se quitan con una solución acuosa concentrada y caliente de potasa acústica, y después de lavado el objeto para separar la potasa adherida, se le quita el oxido en un baño ácido, y si se trata de latón, cobre o plata alemana, se frota con piedras pómez fina y una solución acuosa concentrada de cianuro potásico. El hierro se limpia en una solución de ácido sulfúrico o clorhídrico al 10 por 100 aproximadamente y se frota con arena silícea blanca y fina, o con piedra pómez. El latón y el cobre se abrillantan a veces, antes de ponerlos en el baño electrolítico sumergiéndolos un instante en ácido nítrico diluido con unas veinte veces su volumen de agua y lavándolos con rapidez en agua corriente; inmediatamente se pasan a la cuba.
Después de limpio el metal con el álcali no debe tocarse con la mano para nada.
Al sacar el objeto ya niquelado de la cuba, se lava rápidamente con agua fría (pro sin tocarlo); después se echa en agua caliente, que hace que, una vez fuera de la misma, se seque pronto y bien. Si se quiere que el objeto presente una superficie bruñida después de niquelado, debe bruñirse antes de entrar en la cuba. El níquel es muy duro y no es a propósito para el bruñido.
Al ponerse el objeto en circuito dentro del baño (no debiendo transcurrir más que un momento entre su inmersión y la puesta en circuito), se mueve a uno y otro lado para que no se formen burbujas en su superficie.
El niquelado es muy sencillo, y con un poco de practica y atención, puede utilizarse el baño meses y meses, obteniéndose depósitos de níquel que nada dejan que desear.
Fórmulas para componer las soluciones
a) Sulfato doble de níquel y amonio de 5 a 8 partes, agua 100. Se disuelve el sulfato en el agua, al calor; con cuidado se agrega amoniaco o sulfato amónico hasta que la solución sea neutra al papel de tornasol. Esta solución es conocida con el nombre de solución Adams.
b) Sulfato doble de níquel y amonio 10 partes, ácido bórico refinado de 2.5 a 5 parte, agua de 150 a 200 partes.
Esta solución (de Weston) da un niquelado de color argentino, denso homogéneo y tenaz, y se conserva en condiciones de niquelar bien y con uniformidad, durante mucho tiempo.
La sal de níquel y el ácido bórico se disuelven por separado en agua hirviendo; se mezclan las dos soluciones, y se agrega agua hasta completar el volumen indicado en la fórmula. También pueden disolverse a la vez los dos ingredientes.
c) Acetato de níquel 2.75 parte, acetato de calcio 2.5 partes, agua 100 partes. Por cada litro de esta solución se le agregan 7 cm3 de ácido acético de densidad 1.047. Se prepara este baño empezando por disolver carbonato de níquel (igual cantidad que la dada en la fórmula para el acetato) en ácido acético, que se agrega poco a poco a la sal, y se calienta la solución hasta que termine la efervescencia y toda la sal se haya disuelto. El acetato de calcio se puede preparar disolviendo la misma cantidad que la indicada en la fórmula, pero de carbonato cálcico (polvos de mármol), o la mitad de cal, procediendo lo mismo que con el carbonato de níquel. Se mezclan las dos soluciones, se agrega agua hasta completar la cantidad total dada por la fórmula, y se agrega el ácido acético en la proporción indicada.
d) Fosfato de níquel 10 parte, citrato de níquel 6 parte, pirofosfato sódico 10.5 parte, bismuto sódico 1.5 parte, ácido cítrico 3 partes, amoniaco diluido 15 parte, agua 400 parte.
e) Sulfato de níquel 6 partes, amoniaco 3 partes, agua 100 partes. Una vez disuelto el sulfato de níquel se agregan 20 partes de amoniaco.
Este baño es muy propio para aficionados, dando buenos resultados hasta con ánodo de platino. Se mantiene a una temperatura de 38ºC y la corriente debe ser moderada.
Este baño es preciso renovarlo de cuando en cuando con sal de níquel para reparar la perdida de este metal; también debe mantenerse siempre alcalino, agregando amoniaco.
f) Sulfato de níquel y amonio 10 partes, sulfato amónico 2 partes, agua 250 partes. Se disuelven las sales en agua hirviendo, y se espera a que se enfríe la solución. Esta proporción esta muy indicada para niquelar objetos de fundición y acero.
g) Sulfato de níquel y amonio 10 partes, sulfato amónico 2 partes, agua 300 partes. Se procede como en la fórmula anterior. Este baño se emplea para niquelar objetos de latón, cobre, estaño, metal ingles, plomo, zinc, etc. si presenta alguna acidez al papel de tornasol, se agrega un poco de amoniaco.
h) Sulfato de níquel y amonio 675 gr, sal amoniaco 375 gr, agua 17 litros. Se disuelven las sales en agua hirviendo, y se hace el líquido ligeramente alcalino agregándole 625 gr de amoniaco.
i) Se prepara actualmente una solución, que da muy buenos resultados, mezclando el líquido obtenido por disolución, en 1 kg de amoniaco, de la masa pastosa obtenida por evaporación prolongada de la solución de 30 gr de níquel en agua regía con el resultante de tratar la misma cantidad de níquel con una solución de 120 gr de cianuro potásico en 1 litro de agua. Aumentado la dosis de cianuro resulta el deposito más blanco y aumentado la de amoniaco, más gris.
j) Método de Powell. Según este inventor, el ácido benzoico agregado a cualquier sal de níquel impide la tendencia de estas a producir un deposito defectuoso, evita la descomposición de la solución y por lo tanto la formación de sales derivadas. La proporción de ácido benzoico es de 1 gr por cada litro de solución. Las dos fórmulas siguientes son de este mismo autor:
J1) Sulfato de níquel y amonio 10 partes, sulfato amónico 4 partes, ácido cítrico 1 parte, agua 200 partes. Se prepara la solución al calor, y una vez fría, se le agrega un poco de carbonato amónico hasta que sea neutra al papel de tornasol.
J2) Sulfato de níquel 6 partes, citrato de níquel 3 partes, ácido benzoico 1.5 partes, agua 200 partes.
k) Niquelado de objetos de aluminio. Cloruro de níquel 6 partes, fosfato sódico 7 partes, agua destilada 100 partes. Se calienta el baño a 60-70ºC y se mantiene esta temperatura mientras dura el niquelado.
l) Niquelado de objetos pequeños. Sulfato doble de níquel y amonio 7 Kg bicarbonato sódico 800 gr, agua 100 litros. Se agrega el bicarbonato a la solución caliente del sulfato, y poco apoco, por que de no hacerlo así la efervescencia producida haría rebosar el líquido. El baño se conserva muy cerca del punto de ebullición. Si después de haber trabajado algún tiempo, resulta el deposito de color oscuro, se agrega un poco de sulfuro sódico.
Desniquelado
Cuando hay que niquelar por segunda vez un objeto, siempre es mejor quitarle la capa primera de níquel con una solución corrosiva, ya que el níquel no se adhiere bien a una capa del mismo metal. Un buen baño corrosivo es el siguiente: ácido sulfúrico 8 kg, ácido nítrico 2 kg, agua 2 litros. Se agrega poco apoco el ácido sulfúrico al agua (nunca lo contrarío, que es muy peligroso) y una vez fría la mezcla, se agrega el ácido nítrico, y se agita el líquido con una varilla de cristal. Esta solución se emplea en frío. Los objetos a que se quiere despojar de la capa vieja de níquel se sujetan con un alambre grueso de cobre o latón y se echan en dicha solución; al cabo de unos instantes se observan, ya que no deben permanecer en el líquido ni un momento después de disuelta la capa de níquel, si no sacarlos inmediatamente y echarlos en agua fría.
Según otro procedimiento, los objetos que hay que desniquelar se sumerge en un baño de bicromato potásico 5 partes, ácido sulfúrico 5 partes, agua 100 partes, y se retiran del baño en cuanto desaparece todo vestigio del niquelado.
Tratamiento de la sarna de níquel
Esta enfermedad de la piel es bien conocida de todo los galvanizadores, a pesar de que sólo ataca a determinados individuos habiendo otros que son completamente inmunes. Lo mejor no es emplear en trabajos con níquel a los propensos adquirir dicha infección, pero si esta sobre viene, se aplicara el siguiente tratamiento: las manos atacadas se sumergen durante 5 a 10 minutos en una disolución acuosa de perborato sódico. Se seca y se unta con una pomada de vaselina o lanolina y perborato de zinc. Es muy recomendable el empleo, al terminar el trabajo, de la llamada pomada de galvanizador o del jabón del mismo nombre, pues con ello se proviene en absoluto la enfermedad que nos ocupa.
Oro
Generalidades sobre el dorado galvánico
Los baños que se emplean para el dorado electrolítico son de ordinario calientes, pues de este modo el depósito obtenido es más homogéneo, tenaz y duradero, y de hermoso color, además de que a igualdad de tiempo se deposita más cantidad de metal que con el baño frío.
A causa del alto precio del oro, es raro el caso de tener que dorar grandes objetos; y como los baños no tardan en gastarse y deben renovarse con nuevas cantidades de líquido, se emplean cubas lo más pequeñas posible, que pueden ser de cristal, porcelana o hierro esmaltado. Estos recipientes se calientan en baño maría o de vapor.
El mismo baño no sirve para todos los metales, por lo cual tiene que modificarse según el metal, o cubrirse este previamente con otro metal para adaptarlo al baño. El oro se deposita con más facilidad sobre la plata y el cobre o sobre sus aleación, y sobre todo metal recubierto con aquellos. Con estos metales se obtienen buenos resultados con un baño caliente (a unos 77 ºC) y con una corriente algo intensa con aleaciones, como la plata alemana, los mejores resultados se obtienen con un baño débil, muy poco caliente. El hierro y el acero, si no se cubren previamente con cobre, requieren una corriente muy intensa y un baño muy caliente. Las aleaciones de plomo, zinc, estaño, antimonio y bismuto, es preferible encobrarlas antes de proceder a su dorado galvánico.
Las vasijas que se quieren dorar interiormente se llenan con la solución ordinaria, se suspende un ánodo de oro en el líquido y se hace pasar la corriente. Los bordes de las tazas y de las vasijas de perfil irregular se doran haciendo pasar la corriente por un ánodo de oro y un paño empapado en la solución, que siga el borde en cuestión.
A veces sucede que, al dorar por dentro ciertos objetos (copas, etc.) muy repujados o cincelados, las partes más entrantes no reciben del todo bien el depósito de oro. En este caso, debe lavarse el objeto con agua y cepillase muy bien, agregando después un poco más de cianuro a la solución. El ánodo debe moverse continuamente y se aumenta la corriente hasta que los puntos más recónditos queden bien dorados.
Cepille con frecuencia el objeto (con el cepillo de pelo de latón) resulta mejor el dorado, a causa de la ligera película de latón que se forma sobre la superficie.
Los objetos quedan dorados de muy diversa manera si se mueven o no durante la operación.
Por ejemplo, si se coloca una tapa de reloj en la cuba de dorar y se deja quieta durante unos instantes, es probable que adquiera un color rojo oscuro si la solución ha actuado bastante tiempo; pero si se mueve rápidamente, cambia de color, tomando un color rojo paja pálido. De aquí resulta que el color del dorado puede regularse por el movimiento del objeto en el baño, siendo este un punto muy digno de tener en cuenta.
Al dorar cadenas, alfileres, anillos, etc., u otros objetos que haya habido necesidad de soldar, se encuentra, a veces, que el oro no se deposita bien sobre las partes soladas; en estos casos, es muy conveniente frotar la soldadura con un cepillo de pelo metálico, habiéndose encontrado que muchas veces estos cepillamos en seco (sin el chorro de cerveza que ordinariamente se emplea) hacen a la superficie metálica mejor conductora y de conductibilidad más uniforme, por lo cual el oro se deposita mucho mejor. Se aplica esta propiedad cuando haya objetos sobre los cuales se deposita el oro o la plata con mucha dificultad, si no se les cubre con una película muy tenue de latón, que es el efecto que produce el cepillo. Al cepillar sin cerveza u otro líquido hay que tener mucho cuidado en no prolongar demasiado la operación, ya que las partículas metálica tan pequeñas desprendidas por el cepillo son muy perjudiciales a la salud cuando se respira en cierta cantidad.
Dorado parcial
Cuando sólo se trata de dorar determinadas partes de un objeto, se resguardan las demás con el siguiente barniz: resina clara 10 partes, cera amarilla 6 partes, lacre rojo bueno 4 partes, peróxido de hierro 3 partes. Se derriten los tres primeros ingredientes juntos, agitando bien la mezcla, y se agrega el peróxido de hierro poco apoco y sin dejar se agitar. El objeto parcialmente cubierto de este modo no debe introducirse en el baño (ni frío ni caliente) antes de haberse secado y endurecido el barniz.
Baño caliente
Mientras los objetos están en el baño deben moverse continuamente, y hay que conectarlos con la batería antes o inmediatamente después de entrar en el baño. En muchos casos es preferible emplear una cinta de alambre de platino en ves de un ánodo soluble de oro: dicho alambre o cinta no sufre alteración alguna en el baño, e introduciéndole más o menos en el líquido puede variarse el color del depósito; por ejemplo, cuando se saca casi del todo de manera que sólo quede un poco dentro, resulta un dorado de color amarillo pálido; si se sumerge un poco más, se obtiene otro amarillo claro, y si se introduce del todo, resulta de color rojizo. La concentración del baño puede mantenerse constante con adiciones sucesivas de cloruro de oro con la proporción correspondiente de agua y de las demás sales; pero es preferible gastar el baño del todo y preparar uno nuevo, ya que no tarda en cargarse de cobre o plata si se doran muchos objetos de estos metales en el baño. En un baño casi agotado que contenga disuelto cobre, el depósito resulta de <<oro rojo>>, <<oro verde>>. El oro y el cobre, o el oro y la plata, se depositan a la ves como una aleación, dependiendo el color resultante de la proporción relativa de los metales, de la intensidad de la corriente, de la concentración del baño, etc.
El dorado mate se tiene por deposición lenta de una cantidad considerable de oro, dando a la superficie del objeto un acabado mate, con ácidos, antes de dorarlo: primero se le da una capa de plata deslustrada, o se deposita el oro sobre una densa capa de cobre producida por una corriente débil en un baño de sulfato de cobre.
Pare que el dorado resulte bueno es de todo punto necesario que el objeto no tenga la menor traza de oxido, grasa, aceite u otra impureza cualquiera, lo cual se consigue por los métodos de limpieza antes indicados.
A continuación se dan varias fórmulas para dorar con baño caliente.
a) Para cobre, plata o aleaciones ricas en estos metales. Agua destilada 4 litros, fosfato sódico cristalizado 285 gr, bisulfito sódico 45 gr, cianuro potásico puro 5 gr, cloruro de oro 10.5 gr.
Se disuelve el fosfato sódico en parte del agua caliente, y en otra parte se disuelve el bisulfito sódico y el cianuro potásico.
El cloruro de oro de disuelve en el resto del agua, se mezcla la solución con la de fosfato, y se agrega la de cianuro y bisulfito. El baño debe ser incoloro.
b) Para bronce y latón.
1) Agua destilada 4 litros, fosfato sódico cristalizado 190 gr, disulfito sódico 45 gr, bicarbonato potásico 24 gr, sosa cáustica 24 gr, cianuro potásico puro 6 gr, cloruro de oro 10 gr. Se disuelve todo menos el cloruro de oro, en el agua caliente; se filtra, se enfría y se agrega poco a poco, y sin dejar de agitar, el cloruro de oro disuelto en un poco de agua. Se calienta al baño a 50-60º C para dorar. La corriente debe ser intensa.
2) Agua destilada 4 litros, ferrocianuro potásico 55 gr, carbonato potásico puro 50 gr, sal amoniaco 20 gr, cloruro de oro 20 gr. Se prepara como el baño anterior, se hierve media hora, se repone el agua evaporada y ya queda en condiciones de uso.
3) Agua destilada 4litros, cianuro potásico 75 gr, cloruro de oro 30 gr. Se disuelve el cloruro de oro en el agua, se agrega el cianuro y se agita hasta que la solución se haya completado. Estos baños tan fáciles de preparar tienen el inconveniente de no trabajar con uniformidad, desde luego ganan con el uso.
c) Para hierro y acero sin encobrar. Agua destilada 4 litros, fosfato sódico cristalizado 235 gr, bisulfito sódico 60 gr, cianuro potásico puro 13 gr, cloruro de oro 10.5 gr.
Se hace la solución como queda dicho en las fórmulas anteriores. Se calienta 80-82ºC. Para dorar el acero, se pasa por un baño de potasa caliente, después por otro de ácido clorhídrico diluido (1 parte de ácido por 15 de agua), se cepilla y se conecta con la batería. Al principio es preciso una gran intensidad de corriente.
Baño frío
Agua destilada 4 litros, cianuro potásico puro 95 gr, cloruro de oro 90 gr. Se disuelve el cianuro en parte del agua, y se agrega poco a poco el cloruro de oro disuelto en el resto del agua. Se hierve media hora, se enfría y ya puede emplearse, en cuba de madera forrada de gutapercha o (si el objeto es pequeño) de hierro esmaltado. Los ánodos son placas finas de hierro laminado, completamente sumergidas en el líquido (mientras sé esta dorando) por medio de alambres de platino suspendidos a su vez de varillas de platón bien limpias conectadas con el polo carbón o cobre de la batería, las varillas de donde cuelga el objeto están conectadas con el zinc de la misma. Procediendo como es debido, el color de la capa depositada es amarillo. Si el depósito resulta negro o rojo oscuro, se agrega más cianuro ( disuelto en agua) al baño, y se reduce la intensidad de la corriente.
Si hay un exceso de cianuro, el dorado se efectúa con gran lentitud o de modo incompleto, o, como a veces sucede, los objetos pierden el oro después de dorados: en este caso se agrega un poco más de cianuro de oro o se aumenta la intensidad de la corriente.
El dorado con baño frío debe hacerse lentamente, y requiere una gran cantidad por parte del operador. Los objetos deben observares con frecuencia para descubrir los depósitos irregulares o las manchas oscuras ( se quitan con el cepillo de pelo metálico, colocando otra vez el objeto en el baño). Con frecuencia es necesario también agregar o quitar un elemento de la batería, sobre todo si se introducen o se sacan objetos del baño. Con demasiada intensidad de corriente, el depósito resulta negro o rojo; en cambio, si es demasiado reducida, las partes opuestas al nodo quedan muy mal doradas. Para dorar plata alemana hay que emplear un baño diluido y poca superficie de ánodo sumergida. Con esta aleación se obtienen los mejores resultados calentando lago la solución.
Baño especial para aficionados
La solución mejor y más barata para un aficionado, y también para dorar doraderos en pequeña escala, es la de cianuro doble de oro y potasio, que contiene algo de oxido potásico, pero que si se hace con oro puro y con cianuro potásico puro al 90 x 100, da muy buenos resultados durante años enteros, si se conserva en buenas condiciones. Esta solución se prepara del modo siguiente: Se procuran 8 gr de oro puro, en panes, cinta o alambre, y 5 gr de cianuro potásico blanco y puro a 98 x 100; se disuelve el cianuro en 1 litro de agua destilada caliente, en vasija esmaltada, y se mantiene casi hirviendo, mientras se prepara la solución de oro. Se dispone una batería de dos pilas Bunsen, o de tres Daniel, en serie. El alambre o cinta de oro se divide en dos partes, cada una de las cuales se une a un alambre que parte de uno de los polos de la batería. Se llena casi del todo con un baso blanco, pequeño y poroso, de los empleados en las baterías, con la solución de cianuro, y se coloca en la vasija esmaltada: en este vaso poroso se suspende el alambre de oro conectado con el polo zinc de la batería, el otro trozo de oro se suspende en la solución de cianuro exterior, y se hace pasar la corriente de uno a otro durante dos o tres horas. En este tiempo, parte del oro del ánodo se disuelve o combina con el cianuro potásico, formando el cianuro doble de oro y potasio, sin que haya sufrido perdida alguna el oro de dentro. Si al cabo de este tiempo se suspende un objeto en la plata alemana del cátodo en la solución exterior y recibe una capa de oro en pocos momentos, el baño esta en condiciones de dorar enseguida. El contenido del vaso poroso puede echarse en la solución de fuera, usando las dos tiras o alambres de oro como ánodos. Puede utilizarse uno o más elementos de la batería, según sea preciso. Al principio hay demasiado cianuro libre, y el depósito puede resultar muy oscuro, pro este defecto se corrige pronto sumergiendo completamente los ánodos mientras se está dorando. Al contrario, si hubiera muy poco cianuro, o los ánodos no se disolvieran bien o estuvieran sucios, se agrega un poco más de cianuro.
Esta solución es de poco coste, por no haber perdida de material en su preparación. Aunque toda la tira de oro se disuelva en la solución de cianuro, el baño no será muy rico en oro, ya que tiene 3 gr de oro por litro de solución, pudiéndose hacer más cantidad con la misma proporción.
Dorado en color
Pueden obtenerse diversos tonos de rojo y verde en el dorado de objetos de arte, del modo siguiente: si quiere obtenerse dorado rojo, de diferentes tonos, se sumerge una placa de cobre puro en un baño de oro algo concentrado (al 5 ó 6 por 100), que se conecta con la batería de modo que el oro se deposite sobre el objeto de que se trate. La corriente eléctrica hace que se disuelva el cobre de la placa, y a la vez que el oro se deposite sobre el objeto, formando una aleación cobre-oro, de color dependiente de las cantidades de cobre y oro que contenga. Una vez conseguido el tono de color deseado se saca la placa de cobre y se sustituye por otra compuesta de aleación de oro-cobre, obtenida también por electrolisis, y se vuelve a dorar el objeto en este baño. En algunas fabricas importantes de artículos de oro se colorean de este modo los objetos de oro puro, para darles un aspecto más agradable. Para producir un dorado verde, se emplea una placa de plata en vez de la de cobre, resultando una aleación oro-plata sobre el objeto de que se trate. Después se cambia la placa de plata por otra de oro-plata, del color buscado, y se dora nuevamente el objeto con esta placa.
También se puede dorar en verde por el siguiente procedimiento: se prepara un baño electrolítico, con los ánodos de platino, y la composición que sigue: agua 10000 partes, fosfato sódico 200 partes, sulfato sódico 35 partes, carbonato potásico 10 partes, oro (del cloruro) 1 parte, cianuro potásico (al 100 por 100) 20 partes. Se disuelven las tres primeras sales en 10000 partes de agua fría y se agregan, con agitación continua, el cloruro de oro y el cianuro potásico. Se hierve la solución hasta reducirla a la mitad, se repone el agua evaporada y se filtra después de fría si se ha formado algún sedimento. A este baño de oro se agrega con cuidado un poco de baño de plata. Los ánodos son tiras de platino de 4 cm de longitud, 8 mm de anchura y 0.25 mm de grueso; con estos ánodos puede regularse el tono del dorado, introduciéndolos más o menos en la solución mientras se esta dorando. La corriente empleada debe tener una tensión de 3 a 4 voltios. Si se emplean pilas, basta con tres elementos Bunsen.
Es difícil dar una capa de oro viejo a la plata, sobre todo cuando las partes más salientes han de aparecer verdes. En este caso resulta más ventajoso encobrar primero ligeramente la plata, quitando el cobre de los puntos más salientes con piedra pómez, y sumergiendo después el objeto en la solución anterior. Si las partes de relieve quedan demasiado mates, se abrillantan un poco frotándolas con un cepillo fino de pelo de latón. De este modo resulta un color castaño en las partes bajas y verde en las elevadas. Este procedimiento requiere bastante práctica, y por producir un dorado muy fino, conviene dar a los objetos una mano de barniz incoloro.
Dorado de los diversos metales
Aluminio. Cloruro de oro, cianuro potásico y fosfato sódico 2 partes de cada una, agua destilada 100 partes.
Acero bruñido. Se mezcla una solución casi neutra de cloruro de oro con éter sulfúrico y se agita bien. El éter al oro. Y la solución así formada flota sobre el resto del líquido. Si esta solución se aplica con un pincel de pelo de camello sobre acero o hierro bruñido, el éter se evapora, y el oro, que se adhiere con más o menos firmeza, queda reducido al estado metálico sobre su superficie, y puede bruñirse o pulimentarse. El acero queda recubierto de oro con gran rapidez, aun empleando una corriente eléctrica muy débil.
Hierro y acero. Los objetos de hierro y acero bruñido pueden encobrarse primero en una solución de 5 partes de sulfato de cobre y 2 partes de ácido sulfúrico en 1000 partes de agua. Después se sumergen en una solución de 6 partes de cloruro de oro y 22.5 partes de sosa cristalizada en 75 partes de agua. Este dorado puede bruñirse.
Latón. Sobre el latón puede depositarse el oro con gran economía empleando soluciones diluidas. El depósito resulta muy fino, pero es bastante fijo. Las mejores proporciones para asegurar la adherencia y uniformidad del dorado son las que siguen:
a) Fosfato sódico 5 partes, potasa acústica 3 partes, disuélvanse en 750 partes de agua, y en sitio aparente se disuelven 1 parte de cloruro de oro y 16 partes de cianuro potásico en 250 partes de agua se mezclan las dos soluciones y se hierve el líquido resultante, sumergiendo después en el mismo los objetos de latón. El oro que hay en el baño se utiliza sin perdida alguna.
Cuando la solución ya no dora bien, se agrega un poco de cianuro potásico y se emplea para dar un baño previo a los objetos, que después se doran en un baño recién preparado. Esta solución es muy débil. Pudiéndose preparar otra más concentrada disolviendo dos o tres partes de cloruro de oro en muy poco agua, a la que previamente de haya agregado 1 parte de salitre. En esta solución se mojan trapos de hilo, que se ponen a secar en sitio oscuro y después se reducen a cenizas en un plato o cubeta de porcelana. En los polvos que así resultan se impregna un tapón de corcho ligeramente quemado y humedecido con vinagre (o simplemente con los dedos), y se frota el objeto de latón.
La misma solución primera sirve para dorar cobre.
b) Dorados de objetos de bisutería (broches, dijes, etc.). Primero se sumergen los objetos un momento en una mezcla compuesta de partes iguales de ácidos sulfúrico y nítrico, con un poco de sal común; enseguida se echan en agua fría. Se lavan en dos o tres aguas y se introducen en el baño de dorar, donde al cabo de poco toman el color deseado de oro. Se lavan después en agua caliente, y se secan por último en aserrín caliente de boj.
c) Baño de Roseleur. Pirofosfato sódico o potásico 800 gr, ácido cianhídrico (prúsico) 8 gr, cloruro de oro cristalizado 20 gr, agua destilada 10 litros. El pirofosfato de sosa es el que más se emplea y puede prepararse fundiendo al blanco, en un crisol, fosfato cristalizado ordinario. La cantidad de oro dada en esta fórmula presenta los gramos de metal puro disuelto en agua regia. Para preparar el baño se agrega el pirofosfato a 9 litros de agua, en una vasija de porcelana, agitándose un poco de cuando en cuando y calentando algo para que se disuelva la sal. Se filtra la solución y se enfría. Después de cristalizado el cloruro de oro se disuelve en un poco de agua destilada y se filtra la solución. Se agrega esta solución a la de pirofosfato, ya fría, después se agrega el ácido prúsico y se calienta todo casi asta ebullición.
Con este baño se obtiene un dorado muy fino sobre objetos bien limpios, que deben pasarse previamente por una solución muy diluida de nitrato de mercurio, sin lo cual el depósito de oro resultaría rojo e irregular. Los objetos deben moverse continuamente en el baño, suspendidos con un gancho o dentro de una cuchara de porcelana agujereada.
d) Baño de Rod. Fosfato sódico cristalizado 60 partes, bisulfito sódico 10 partes, cianuro potásico 1 parte, cloruro de oro 2.5 partes, agua destilada o de lluvia 1000 partes. Para preparar este baño se divide el agua en tres porciones, 1 de 700 partes y las otras dos de 150 cada una. Se disuelve el fosfato sódico en la primera porción, el cloruro de oro en la segunda y el bisulfito sódico en la tercera. Se mezclan las dos primeras soluciones poco a poco, y se agrega la tercera. Con esta solución, que debe emplearse entre 50 y 80ºC, se usa ánodo de platino (alambre o cinta), agregando nuevas cantidades de cloruro de oro, a medida que la solución se va agotando.
e) Baño frío. Se emplea a veces el baño frío para objetos de mucho tamaño, para evitar el tener que calentar grandes cantidades de líquido, siendo su composición la siguiente: ferrocianuro potásico 20 partes, carbonato potásico puro 30 partes, sal amoniaco tres partes, cloruro de oro 15 partes, agua 1000 partes. Se agregan todas las sales al agua, excepto el cloruro de oro; se hierve la mezcla y se filtra. Se disuelve el cloruro de oro en un poco de agua destilada y se agrega a la mezcla anterior. El dorado que se obtiene con los baños fríos es muy variable en color; cuando estos están en las mejores condiciones y se emplea una corriente algo intensa, el dorado debe ser de color amarillo puro.
f) Baño de Briant. Se disuelven 34 gr de oro en agua regía, y se evapora la solución asta que resulte cloruro de oro neutro: se disuelve este cloruro en 1 litro de agua caliente y se agregan 200 gr de magnesia, precipitándose el oro que se filtra y lava con agua clara; se digiere el precipitado en 40 partes de agua, se mezcla con 3 partes de ácido nítrico para quitar la magnesia, se lava el oxido de oro resultante con agua, asta que esta no de reacción ácida con el papel de tornasol. Se disuelven entonces 400 gr de ferrocianuro potásico y 100 gr de potasa cáustica en 4 litros de agua se agrega el oxido de oro y se hierve la solución durante unos 20 minutos. Una vez disuelto el oxido de oro, queda una pequeña cantidad de hierro precipitado que puede hacerse desaparecer por filtración, quedando el líquido, de color de oro fino, en condiciones de empleo, lo cual puede hacerse en frío o en caliente.
g) Baños de Fizeau. 1 grado. Cloruro de oro seco 1 parte; se disuelve en 160 partes de agua destilada, agregando poco a poco una solución de un carbonato alcalino en agua destilada, hasta que el líquido quede turbio, pudiéndose emplear inmediatamente. 2 grados. Cloruro de oro 1 gr, hiposulfito sódico 4 gr, agua destilada 1 litro.
h) Baño de Wood. Cianuro potásico 120 gr, cianuro de oro 30 gr, agua destilada 4 litros. Se emplea la solución a la temperatura de unos 30º C, con una corriente de dos elementos cuando menos.
i) Imitación. Para dar al latón color de oro se tiene en la siguiente solución caliente hasta que se obtenga el tono deseado; sosa cáustica 4 partes, lactosa 4 partes, agua 100 partes; después de hervir esta solución durante un cuarto de hora se le agregan 4 partes de sulfato de cobre disuelto en la menor cantidad posible de agua.
Plata Alemana. La plata alemana tiene la propiedad de reducir el oro de la solución del cianuro (sobre todo sí la solución es concentrada), sin necesidad de corriente eléctrica; por esta razón, para dorar esta aleación con batería, hay que emplear la solución tan diluida, que aquélla no haga por si sola depositar el oro en su superficie; de no hacerlo así, el oro se deposita con tanta rapidez, que se desprende al bruñir o acepillar el dorado. Por otra parte, la superficie expuesta del ánodo debe ser pequeña.
Plomo, metal Britannia, etc. Cuando hay que dorar objetos hechos de plomo, estaño, metal ingles, hierro o acero, lo mejor es darles primero una capa de cobre en un baño alcalino, o enlatonados por electrolisis, después de lo cual se pueden dorar perfectamente.
Zinc. Cloruro de oro 2 partes, cianuro potásico 5 partes, sulfito sódico 10 partes, fosfato sódico 60 partes, agua 1000 partes. Esta solución se emplea caliente.
También puede hacerse uso de un baño frío compuesto de 7 partes de cloruro de oro, 30 partes de ferrocianuro potásico. 30 partes de potasa, 30 partes de sal común y 100 partes de agua.
Dorado de la seda
Se hace primero que el tejido sea conductor impregnándolo con una solución de nitrato de plata y reduciendo ésta con glucosa y álcali diluido, o mejor aún con sal reductora de Raschig. En vez del nitrato de plata, puede emplearse una solución de acetato de plomo o de cobre. Se trata la seda, así impregnada, con una solución de un sulfuro alcalino (el sódico o el amónico, por ejemplo) o con ácido sulfhídrico, resultando así una capa conductora de un sulfhídrico, resultando así una capa conductora de un sulfuro metálico, sobre la cual se deposita electrolíticamente el oro, como si se tratara de dorar un metal.
Incrustaciones del oro
Se bruñe primero muy bien el objeto, y las partes que se trata de dorar se cubren con una mezcla de blanco de España y agua de goma, que se aplica, en estado pastoso, con una pluma o pincel. Las partes no cubiertas de este modo, se pintan con barniz de asfalto, compuesto de una solución de asfalto en bencina a la que se agrega aguarrás para que sea menos volátil. Se echa después el objeto en agua, para que desaparezca el blanco de España, y se pasa al baño de dorar, en el que el oro se deposita sobre las partes descubiertas del objeto. Cuando la capa de oro es bastante gruesa, se saca el objeto, se lava y después de seco se echa en una vasija llena de benzol, que disuelve al asfalto, quedando bien marcado el dibujo en oro sobre el metal de que esté hecho el objeto.
También puede hacerse esta clase de dorados, llamados incrustaciones, cubriendo todo el objeto con barniz de asfalto, y haciendo el dibujo con un punzón romo, que solo quite el barniz, sin rayar el metal. Sobre estas partes así descubiertas se deposita el oro electrolíticamente, y después se quita la capa de barniz.
Renovación del dorado mate
Para renovar recubrimientos de oro mate (lo cual es en general imposible, porque el oro mate es muy flojo), es lo mejor encobrarlos antes de dorarlos. Una vez depositado el cobre, se limpia y pule bien el objeto, y se pasa al baño de dorar. De este modo se ahorra mucho tiempo y trabajo, adquiriendo además el objeto un aspecto nuevo sin el menor defecto.
Para preparar el baño de cobre dan excelentes resultados estas dos fórmulas:
a) Agua destilada hirviendo 2000 partes, sulfato sódico 10 partes, cianuro potásico 15 partes, acetato cúprico 15 partes, carbonato sódico 20 partes, amoniaco 12 partes.
b) Cardenillo cristalizado 20 partes, cianuro potásico 42 partes, agua hirviendo 1000 partes.
Paladio
a) El paladio, que es un metal más ligero y más blanco, más fusible que el platino, se emplea desde hace poco tiempo para recubrir piezas de los mecanismos de relojería con excelente resultado. Según M. Pilet, basta con cuatro miligramos de paladio para cubrir todas las piezas de un reloj de bolsillo de tamaño corriente; la fórmula que aconseja como mejor es la que sigue: Agua 2 litros, cloruro de paladio 10 gramos, fosfato amónico 10 gramos. Con este baño se pueden electropaladiar todos los metales, menos el zinc.
b) También puede depositarse el paladio de una solución de cianuro doble de paladio y potasio, o del cloruro doble de los mismos.
Plata
Generalidades sobre el plateado galvánico.
Para electroplatear se emplea un baño compuesto de cianuro de plata y potasio, preparado precipitando una solución de nitrato de plata con cianuro potásico, y volviendo a disolver el precipitado lavado en un exceso de cianuro potásico disuelto, resultando la composición final la siguiente: cianuro potásico 360 gr, agua 4 litros, cianuro de plata unos 30 gr se filtra y usa en un recipiente de porcelana o esmaltado. Para preparar el baño de blanqueo, se disuelven 500 gr de cianuro potásico en 4 litros de agua, se agregan 8 gr de cianuro de plata y se filtra la solución. Los baños van provisto de placas de plata como ánodos, de tamaño proporcionado al del objeto que se quiere platear. Estas placas se unen eléctricamente con el polo positivo de la batería: los objetos, bien limpios, se unen mediante un alambre de cobre con el polo zinc de la batería; se tienen uno o dos minutos en el baño blanqueo, y una vez cubiertos con una capa uniforme de plata. Se pasan al baño de plata, donde basta con veinte o treinta minutos para que los objetos queden bien plateados.
Los objetos de cobre, latón o plata alemana que se trate de platear, se limpian primero teniéndolos varios minutos en potasa cáustica concentrada e hirviente, para que desaparezca toda taza de aceite o grasa, y después de lavados con agua, se pasan por ácido nítrico diluido, para quitar todo óxido, y por ultimo se lavan bien otra vez. Después de limpios, no deben tocarse con los dedos.
Inmediatamente antes de introducir los objetos en el baño, se sumergen por un instante en ácido nítrico concentrado o en una mezcla de partes iguales de nítrico y sulfúrico, y se lavan bien con agua clara, pero muy rápidamente. Después se sumerge, a veces, por un momento en una solución acuosa de nitrato mercurioso y se vuelven a lavar. De este modo queda el metal cubierto con una película de mercurio que asegura una adherencia perfecta de la plata.
Preparación del baño
Los baños indicados en el párrafo anterior se pueden preparar como sigue. Agua 4 litros, cianuro potásico (puro) 240 gr, nitrato de plata 255 gr. Se disuelve el nitrato de plata en suficiente cantidad de agua destilada o de lluvia y se agrega poco a poco y sin dejar de agitar, ácido cianhídrico (prúsico), hasta que la plata se precipite en forma de cianuro, lo cual se conoce en que agregando a una porción del...

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