En una persona normal, sin enfermedad cardiovascular, la función del sistema circulatorio es mantener un gasto cardíaco adecuado a una presión que permita la llegada de sangre a todo el organismo. Y la presión importante es la presión media. Eso significa que si en reposo el gasto es de 5 litros/minuto, con el ejercicio se puede duplicar. Esto se consigue de muchas formas: la primera es subir la frecuencia cardíaca, pero con el límite del tiempo de diastole, que si se acorta mucho no permite un llenado completo del corazón. Después aumentamos la velocidad de la contracción (llamada dp/dt). Esto produce una subida de la presión sistólica, sin aumentar la diastólica, que depende más de la contracción de los capilares, aumentando la presión media. Y todos estos cambios, está provocados por estímulos hormonales y nerviosos. Por último, tras el entrenamiento, el corazón aumenta su tamaño, y por tanto el volumen de cada latido, pudiendo mantener el gasto cardíaco en reposo con frecuencias y presiones más bajas que en personas sin entrenar. La tensión sistólica no puede bajar mucho sin comprometer el riego cerebral, por lo que baja es la diastólica fundamentalmente.
Muchas gracias por la respuesta. Ahora puedo complementarlo con lo que ya tenía entendido: debido a una mayor capilarización que el sujeto consigue mediante el entrenamiento aeróbico, la resistencia periférica disminuye y por lo tanto la presión diastólica también, la cual depende de esta resistencia periférica.