El principal problema de tener altos los niveles de colesterol es el aumento de riesgo de sufrir un accidente cardiovascular como por ejemplo un infarto. Cuando un paciente presenta elevado el nivel de colesterol (>200-240 mg/dL), la primera opción es la dietoterapia. Si esta no funciona debe añadirse el tratamiento farmacológico. El colesterol es una sustancia de carácter lipídico que circula por la sangre unido a otras sustancias de carácter lipídico como los triglicéridos, formando unas sustancias llamadas lipoproteínas. Existen varios tipos de lipoproteínas en función de su composición:VLDL, LDL´, HDL, etc. Las LDL son las que popularmente se conocen como "colesterol malo". Su principal problema es que se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos, bloqueando estos vasos, dificultando el paso de sangre y por tanto provocando la aparición de un infarto o trombosis o similar. Cuando una persona presenta elevados niveles de colesterol es debido a que las moléculas encargadas de retirarlo de la sangre (receptores LDL) no están en número suficiente. Las estatinas son un grupo de fármacos que actúan impidiendo la síntesis de colesterol interno al actuar sobre la HMG CoA que es una proteína fundamental para su síntesis. Al bloquearse la síntesis interna de colesterol, solo se utiliza el externo, disminuyen algo sus niveles. Además se estimula el aumento en número de los receptores LDL, lo que permite la retirada de lipoproteínas LDL de la circulación y por tanto la disminución de sus niveles. Sus contraindicaciones son: Alergia a la simvastatina. En pacientes con insuficiencia hepática o elevación persistente de transaminasas, colestasis, miopatías. Puede requerirse un ajuste de dosis. Uso de otros fármacos hipolipemiante (tales como fibratos y estatinas) se ha asociado con casos de rabdomiolisis (degradación del músculo)y fallo renal (1 caso/100.000 tratados año), más frecuente en pacientes con insuficiencia renal y posiblemente hipotiroidismo. La administración concomitante de con ciclosporina, puede incrementar el riesgo de toxicidad muscular. Suspender la medicación. ¿La panacea?. De momento son la mejor opción frente a la hipercolesterolemia. La prevención de accidentes cardiovasculares puede ser primaria o secundaria (cuando ya se ha producido el infarto). Para la prevención secundaria está demostrado científicamente que su uso disminuye el riesgo de sufrir un segundo infarto un 30%. Sin embargo su uso en prevención primaria debería reservarse para aquellos pacientes que presenten otros factores de riesgo: tabaco, obesidad, etc.