Seguro has escuchado lo maravillosas que son las dietas altas en proteínas. Es cierto, bajas rapidísimo de peso, pero para que den resultados sin efectos colaterales, hay que saber llevarlas. Las dietas hiperproteicas se basan en la eliminación de nuestra fuente de energía primaria: los carbohidratos. Al eliminar casi en su totalidad los hidratos de carbono (ojo, ¡Nunca los debes desaparecer del todo!), tu cuerpo, para obtener la energía que requiere para llevar a cabo tus actividades diarias, se ve obligado a obtenerla de tus depósitos de grasa, de una forma mucho más apremiante que con una dieta baja en calorías tradicional. Ése es el gran secreto de esta dieta, con la que bajas hasta un kilo y medio por semana. Recuerda que los primeros kilos perdidos, en ésta y en muchas otras dietas, son prácticamente de agua, así que en realidad estarás empezando a disminuir grasa a mediados o finales de la segunda semana. Ten presente también que la irritabilidad y el malestar en este régimen pueden ser mayores, por lo menos al inicio, mientras tu metabolismo entiende que debe recurrir y procesar las grasas para obtener la energía que requiere. Como en todas las dietas para bajar de peso -pero más en ésta porque es un poco más agresiva-, es indispensable hacer ejercicio, no sólo aeróbico, sino en especial pesas o cualquier otro ejercicio anaeróbico. La razón es que la tendencia inicial de tu organismo será obtener la energía de los tejidos que menos requieras, y como él interpreta que tus músculos no son necesarios para tu actividad diaria, pues se va sobre ellos antes que tocar sus "valiosas" (así lo ve él) reservas de grasa. La única forma de impedir este autocanibalismo es darle a entender que el tejido muscular sí es necesario. ¿Cómo? Pues haciendo pesas. Es importante hacer este tipo de dietas bajo la supervisión de un nutrólogo o médico y ser consciente de en qué momento y de qué manera hacerla, por cuánto tiempo y con qué finalidad. El tema de los carbohidratos es relevante: debes reducirlos al mínimo (una fruta, un rebanada de pan y la ensalada cruda que quieras), pero nunca eliminarlos, ya que sin ellos le es imposible al cuerpo convertir la grasa excedente en energía, además de que la ausencia de glucosa -la cual proviene de los carbohidratos- puede ocasionarte mareos, debilidad y fatiga. Algunos nutrólogos todavía recomiendan acompañar esta dieta con altas cantidades de grasa, más que nada para que una se sienta más satisfecha, pero es preferible evitarlas y mucho más aconsejable comer un filete de pescado que un bife de chorizo, entre otras razones porque este tipo de alimentos (ricos en grasas saturadas) pueden contribuir a aumentar tus niveles de colesterol. Si quieres una solución ideal: dieta semiproteica. Si te interesa conocer algo más del tema no dudes en plantearme tus cuestiones.