Mi hijo tiene 2 años y medio. Desde que nació tiene problemas de respiración y apneas ( grado 2 nos dijeron en el hospital). La placa de nariz afirma que tiene el conducto de paso del aire estrecho, no obstante las pruebas de oxigenación ( el aparato que le ponen en los dedos), salen correctas. Nunca ha tenido cuadro de amigdalitis. Nuestra sorpresa fue que para operar el otorrino nos dijo que normalmente se hace a estas edades las 2 cosas - vegetaciones y amígdalas-, y por eso nos echamos atrás de operarle. Puntualmente le hemos dado por la noche unas gotas de cortisona que le contraen nos dijeron las mucosas. Estamos preocupados, pues creemos que sí sería necesario operar de vegetaciones pero no de amígdalas. ¿Cuál es su criterio para hacer las dos cosas? Agradecería saber si puedo darle algo para contraer mucosas por la noche que no sea antihestamínicos sino algo que efectivamente le deje respirar, le hacemos limpieza nasal con suero varias veces al día... Ya no sabemos como ayudarle.
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Anónimo
Antes que ofrezco una disculpa al estar respondiendo hasta ahora por motivos de trabajo. En el caso del pequeño, lo que ustedes comentan resulta un tanto confuso. Confuso, en el aspecto de que se habla de vegetaciones, que comúnmente se relacionan a hipertrofia de las amígdalas o el sistema linfático orofaríngeo, y por otro lado, quisiera entender también que las "vegetaciones" de las que hablan, parecen coincidir más precisamente con la región nasofaríngea, más que con la oral. En este caso, pensando en que por lo visto estemos ante un caso de Poliposis nasal, la cual es una enfermedad caracterizada por la formación de masas grisáceas, pedunculadas o en forma de saquitos que habitualmente son múltiples y dispuestos en ambas fosas nasales produciendo así la obstrucción nasal ya que, como bien comenta, hacen más angosto el conducto nasal hasta estrecharlo, pero que también muy a menudo, son el resultado de las alergias nasales crónicas (parece que el niño eso ha tenido), aunque nunca debemos descartar el origen o infecciones repetitivas bacterianas a este mismo nivel. De ser ésta la lesión que su pequeñito presente, y si efectivamente se descarta un cuadro de crecimiento del tejido amigdalino (aquel que se encuentra en la cavidad oral) que también pueda ser causa de la sintomatología que ha presentado, y si ésta última consiste sobretodo en infecciones repetidas de oídos o sinusitis, obstrucción severa de la respiración nasal que se caracterice por respiración bucal continua, ronquido nocturno o rinitis persistente, pausas de apnea, que son segundos en los que el niño deja de respirar, seguido generalmente de una entrada brusca y ruidosa de aire, y que las pausas de apnea son frecuentes o prolongadas, impidiendo que el oxígeno del aire no llegue al pulmón ocasionándole el llamado Síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) haciendo que el niño respirare por la boca, favoreciendo el desarrollo de sinusitis y de secreción nasal purulenta., entonces deberá ser sometido a extirpación quirúrgica, la cual en base a ésto, estaría muy bien justificada. El tiempo en que es recomendable el procedimiento, dependerá de la magnitud de la obstrucción respiratoria y de la edad del niño. La cirugía puede consistir en la extracción sólo de las adenoides (adenoidectomía) -lo que es más frecuente en niños menores de cinco años- o en la extirpación simultánea de este órgano y las amígdalas (adenoamigdalectomía), si estos tejidos también están comprometidos. Se realizan con anestesia general y el niño está en el quirófano entre 30 y 60 minutos, dependiendo de si es extracción sólo de adenoides o adenoamigdalectomía. Si la remoción de la adenoides no ha sido completa, especialmente cuando se operan niños menores de dos años, es posible que estos tejidos vuelvan a crecer. Si la adenoides residuales no son obstructivos ni producen otro tipo de problemas al menor, no es necesario volver a operar. Por otro lado, tampoco debemos descartar, de acuerdo a lo que me comenta del tipo de terapia de mantenimiento a base de esteroides, de que también presente a la par o quizás poco después por lo prolongado de la terapia, otro cuadro patológico llamado Rinitis medicamentosa, que es una congestión crónica de la mucosa nasal (aparte de que existan vegetaciones o no), debido a un abuso de medicamentos o sustancias intranasales, ya sea en gotas, pulverizadas o inhaladas. La rinitis medicamentosa, se caracteriza por un cuadro de congestión de la nariz en donde el medicamento proporciona un alivio temporal (aunque sean medianos o más avanzados en su eficacia), pero se presenta siempre una recurrencia en la obstrucción, necesitándose así volver a aplicar el medicamento de manera repetida, creándose así un ciclo vicioso a manera de congestión, descongestión, congestión; lo cual termina dañando inevitablemnte la mucosa nasal, trastornada por estos ciclos. El tratamiento, si es que se descarta algo más, es suprimir el medicamento al que incluso ya se le tenga dependencia (como la cortisona, precisamente). En ocasiones es difícil la suspensión del medicamento que está causando el rebote, dado que se ha utilizado por mucho tiempo, aparentemente por haber sido bien aceptado. Es por ello que los medicamentos intranasales e incluso preparaciones naturales (solución salina y algunas otras), no deberán emplearse más de 1 semana, si es que no se someten antes a revisión médica que indique lo contrario, bajo sus características o modificaciones como método terapéutico. En espera de que la información que amplío les sea de utilidad, y si éste es el cuadro que corresponde con lo que actualmente padece su pequeñito, sí debemos considerar entonces la opción quirúrgica, la cual su médico deberá explicar detalladamente, si es que la decisión se toma. Seguimos a sus órdenes. Dr. carlos a. castanedo México