Neutropenia
Necesitarìa saber què es la neutropenia, cuàl es el tratamiento que requiere, cual es su origen y la gravedad de la enfermedad. Muchas gracias por tu tiempo. Claudia
Respuesta de eyelit
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eyelit, Educacíón Estudios Primarios: Escuela Normal Domingo Faustino,...
Estimada: Se denomina "Neutropenia" al descenso de granulocitos o neutrófilos en la sangre periférica. Es decir los glóbulos blancos.
Los pacientes con neutropenia tienen un mayor riesgo de padecer infecciones, lo cual va a depender de dos factores: por un lado la severidad del trastorno y por otro la duración del mismo.
La intensidad hace referencia al número de neutrófilos, donde el riesgo de infección aumenta significativamente cuando la cifra de éstos se encuentra por debajo de 500/mm3 y de especial peligro cuando son menos de 100/mm3. Por otra parte, cuanto más dure la neutropenia, mayor será la probabilidad de desarrollar trastornos, motivo por el cual el médico tratante deberá recomendar a su paciente una serie de cuidados para evitar los riesgos de infección. Dentro de éstos se pueden citar los siguientes:
1.- Evitar el contacto con personas que tengan resfriados u otras infecciones hasta que el recuento de sus glóbulos blancos vuelva a la normalidad.
2.- Lavado de boca y dientes tres o cuatro veces por día.
3.- Baño diario con jabón suave.
4.- Aseo de manos antes de las comidas y después de cada visita al sanitario.
5.- Acudir al Servicio de Urgencias de un hospital si se presenta fiebre de 38°C o más, escalofríos (tiritonas) y síntomas de infección respiratoria, urinaria o gastrointestinal.
El desarrollo de fiebre en un paciente con neutropenia es una urgencia que necesita una valoración médica inmediata. La evaluación médica de un individuo con fiebre y neutropenia debe incluir en primer lugar la realización de una historia clínica completa y una exploración física minuciosa, que incluya la revisión de todos los orificios corporales (boca, nariz, ano, etc.).
En la persona con neutropenia la respuesta inflamatoria está disminuida y, en consecuencia, algunas infecciones pueden producir escasos síntomas o pasar desapercibidas; por ello es necesario realizar un análisis general de sangre que incluya un estudio de leucocitos con determinación del número de neutrófilos, así como una radiografía de tórax.
Asimismo se procederá a hacer cultivos de sangre (hemocultivo) y de cualquier otro fluido orgánico (orina, líquido cefalorraquídeo, ascitis) o región del organismo (piel, boca) que se sospeche que pueda estar infectada.
La neutropenia se puede producir por múltiples causas y a través de distintos mecanismos etiopatogénicos: disminución de la producción, distribución anormal o supervivencia reducida de los neutrófilos. Las causas más frecuentes son los fármacos y las infecciones, que suponen un 90% del total.
Se admite que cualquier fármaco es capaz de originar neutropenia, bien por toxicidad dependiente de la dosis (quimioterápicos, antitiroideos, cloranfenicol) o bien por un mecanismo inmunológico. La neutropenia secundaria a fármacos se produce con mayor frecuencia en mujeres entre 40 y 70 años de edad, consumidoras de ansiolíticos o antiinflamatorios y con historia de reacciones alérgicas a otros fármacos. La presencia de un síndrome febril asociado a neutropenia orienta hacia un proceso infeccioso viral (herpes, varicela, hepatitis B y C, síndrome de Epstein-Barr, VIH), bacteriano (brucelosis, tuberculosis, salmonelosis) o parasitario (leishmaniosis). La neutropenia puede ser el único signo biológico que oriente hacia una hepatopatía crónica con o sin hiperesplenismo. Si la neutropenia se asocia a síntomas inespecíficos (astenia, decaimiento) puede orientar a una endocrinopatía (hipo o hipertiroidismo, síndrome de Adisson). En un 50% de los enfermos con lupus eritematoso se observa una neutropenia. En general, en todos los casos anteriores la neutropenia suele ser moderada y carente de significado clínico. La neutropenia por estrés o "de los ejecutivos", cuyo mecanismo de producción es desconocido, es moderada y suele recuperarse tras un período de descanso.
Conducta diagnóstica
La existencia de otras citopenias asociadas, con o sin alteraciones en el frotis, es una indicación clara de derivación al área especializada. Ante una neutropenia aislada y confirmada, la anamnesis irá dirigida, en primer lugar, a descartar el consumo de fármacos o tóxicos y, posteriormente, se deben buscar signos o síntomas de enfermedad infecciosa que pueda justificarla.
La realización de un frotis puede detectar la presencia de blastos o alteraciones morfológicas, que obligarían a derivar al paciente.
En los casos de neutropenia sin una etiología clara es necesario realizar otras pruebas complementarias en función de la historia clínica.
El seguimiento de los pacientes asintomáticos y con neutropenias leves o moderadas de causa conocida se puede realizar de forma ambulatoria vigilando la evolución del proceso con hemogramas periódicos (cada 15 días durante los primeros 2 meses y posteriormente una vez al mes hasta 6 meses). La neutropenia por fármacos puede persistir varias semanas, pero la regeneración se inicia cuando cesa la administración del mismo, siendo el primer signo de recuperación celular un aumento del número de monocitos. Es importante la vigilancia periódica de los recuentos celulares de los pacientes tratados con medicamentos. En el caso concreto de la ticlopidina el control es más estricto (hemograma quincenal en el primer trimestre, trimestral el resto del año y anual posteriormente). Por el contrario, si la neutropenia es grave, dado el riesgo de infecciones severas, se remitirá al paciente para su estudio desde el inicio.
Cuando no se identifique la causa de la neutropenia tras el estudio, el paciente será derivado al especialista para un estudio de médula ósea.
Desde ya la enfermedad puede tener un pronostico muy variable, siempre dependiendo de la causa que la genere.
Si con la información que te estoy dando no te alcanza, por favor repíteme la pregunta con más datos sobre tu caso.
Atentamente.
Dr. Juan Cobos
PD: Si das por finalizada la pregunta favor de puntualizar.
Los pacientes con neutropenia tienen un mayor riesgo de padecer infecciones, lo cual va a depender de dos factores: por un lado la severidad del trastorno y por otro la duración del mismo.
La intensidad hace referencia al número de neutrófilos, donde el riesgo de infección aumenta significativamente cuando la cifra de éstos se encuentra por debajo de 500/mm3 y de especial peligro cuando son menos de 100/mm3. Por otra parte, cuanto más dure la neutropenia, mayor será la probabilidad de desarrollar trastornos, motivo por el cual el médico tratante deberá recomendar a su paciente una serie de cuidados para evitar los riesgos de infección. Dentro de éstos se pueden citar los siguientes:
1.- Evitar el contacto con personas que tengan resfriados u otras infecciones hasta que el recuento de sus glóbulos blancos vuelva a la normalidad.
2.- Lavado de boca y dientes tres o cuatro veces por día.
3.- Baño diario con jabón suave.
4.- Aseo de manos antes de las comidas y después de cada visita al sanitario.
5.- Acudir al Servicio de Urgencias de un hospital si se presenta fiebre de 38°C o más, escalofríos (tiritonas) y síntomas de infección respiratoria, urinaria o gastrointestinal.
El desarrollo de fiebre en un paciente con neutropenia es una urgencia que necesita una valoración médica inmediata. La evaluación médica de un individuo con fiebre y neutropenia debe incluir en primer lugar la realización de una historia clínica completa y una exploración física minuciosa, que incluya la revisión de todos los orificios corporales (boca, nariz, ano, etc.).
En la persona con neutropenia la respuesta inflamatoria está disminuida y, en consecuencia, algunas infecciones pueden producir escasos síntomas o pasar desapercibidas; por ello es necesario realizar un análisis general de sangre que incluya un estudio de leucocitos con determinación del número de neutrófilos, así como una radiografía de tórax.
Asimismo se procederá a hacer cultivos de sangre (hemocultivo) y de cualquier otro fluido orgánico (orina, líquido cefalorraquídeo, ascitis) o región del organismo (piel, boca) que se sospeche que pueda estar infectada.
La neutropenia se puede producir por múltiples causas y a través de distintos mecanismos etiopatogénicos: disminución de la producción, distribución anormal o supervivencia reducida de los neutrófilos. Las causas más frecuentes son los fármacos y las infecciones, que suponen un 90% del total.
Se admite que cualquier fármaco es capaz de originar neutropenia, bien por toxicidad dependiente de la dosis (quimioterápicos, antitiroideos, cloranfenicol) o bien por un mecanismo inmunológico. La neutropenia secundaria a fármacos se produce con mayor frecuencia en mujeres entre 40 y 70 años de edad, consumidoras de ansiolíticos o antiinflamatorios y con historia de reacciones alérgicas a otros fármacos. La presencia de un síndrome febril asociado a neutropenia orienta hacia un proceso infeccioso viral (herpes, varicela, hepatitis B y C, síndrome de Epstein-Barr, VIH), bacteriano (brucelosis, tuberculosis, salmonelosis) o parasitario (leishmaniosis). La neutropenia puede ser el único signo biológico que oriente hacia una hepatopatía crónica con o sin hiperesplenismo. Si la neutropenia se asocia a síntomas inespecíficos (astenia, decaimiento) puede orientar a una endocrinopatía (hipo o hipertiroidismo, síndrome de Adisson). En un 50% de los enfermos con lupus eritematoso se observa una neutropenia. En general, en todos los casos anteriores la neutropenia suele ser moderada y carente de significado clínico. La neutropenia por estrés o "de los ejecutivos", cuyo mecanismo de producción es desconocido, es moderada y suele recuperarse tras un período de descanso.
Conducta diagnóstica
La existencia de otras citopenias asociadas, con o sin alteraciones en el frotis, es una indicación clara de derivación al área especializada. Ante una neutropenia aislada y confirmada, la anamnesis irá dirigida, en primer lugar, a descartar el consumo de fármacos o tóxicos y, posteriormente, se deben buscar signos o síntomas de enfermedad infecciosa que pueda justificarla.
La realización de un frotis puede detectar la presencia de blastos o alteraciones morfológicas, que obligarían a derivar al paciente.
En los casos de neutropenia sin una etiología clara es necesario realizar otras pruebas complementarias en función de la historia clínica.
El seguimiento de los pacientes asintomáticos y con neutropenias leves o moderadas de causa conocida se puede realizar de forma ambulatoria vigilando la evolución del proceso con hemogramas periódicos (cada 15 días durante los primeros 2 meses y posteriormente una vez al mes hasta 6 meses). La neutropenia por fármacos puede persistir varias semanas, pero la regeneración se inicia cuando cesa la administración del mismo, siendo el primer signo de recuperación celular un aumento del número de monocitos. Es importante la vigilancia periódica de los recuentos celulares de los pacientes tratados con medicamentos. En el caso concreto de la ticlopidina el control es más estricto (hemograma quincenal en el primer trimestre, trimestral el resto del año y anual posteriormente). Por el contrario, si la neutropenia es grave, dado el riesgo de infecciones severas, se remitirá al paciente para su estudio desde el inicio.
Cuando no se identifique la causa de la neutropenia tras el estudio, el paciente será derivado al especialista para un estudio de médula ósea.
Desde ya la enfermedad puede tener un pronostico muy variable, siempre dependiendo de la causa que la genere.
Si con la información que te estoy dando no te alcanza, por favor repíteme la pregunta con más datos sobre tu caso.
Atentamente.
Dr. Juan Cobos
PD: Si das por finalizada la pregunta favor de puntualizar.
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1 comentario
Hola hic unos análisis en enero porque estaba con bronquitis .y m salieron los glóbulos blancos bajos 2600 m los volvieron a repetir y m salió 5000 .después de un mes m volvieron hacer y m sale 2800 y ahora de nuevo y sale 6300 .. a que se debe ya m hicieron muchos análisis y no tengo nada ..por favor alguien que contestw - Cyntia Roldan