En mi iglesia dicen que es malo masturbase, ¿Equivale eso a cualquier cosa que cause placer?

No dice que que iglesia pertenece, pero seguramente debe ser una de esas sectas de las múltiples que existen derivadas del cristianismo y que hacen más hincapié en los aspectos más truculentos, tétricos y disparatados del cristianismo, que cómo se sabe es de origen judío.
Masturbarse solo produce placer y relajación, no causa perjuicio alguno, y, no es motivo de enfermedad alguna.
El conflicto surge en el Antiguo Testamento, donde el pueblo de Israel acosado una veces y acosador otras precisa de la fuerza de los hombres, referido como sexo, es decir machos para el combate y para las duras labores de la agricultura y de la ganadería.
Así pues cualquier practica que se alejase del fin último de la práctica sexual: la reproducción, era censurada y la más evidente es la masturbación que logra el mismo placer sexual que la cópula, pero en solitario.
Trata al mismo tiempo de influir en la copula fértil y cómo censurar la cópula no acababan de encontrar la forma, resulta que la hallaron, haciendo impuras a las mujeres durante dos semanas después del inicio de la menstruación, por lo que debían abstenerse de relaciones sexuales, con lo cual cuando podían hacerlo coincidían dos circunstancias concretas: de una parte el hombre se había contenido, si lo había hecho y así su esperma estaba más maduro y ella estaba ovulando, con lo que se lograba el fin perfecto: embarazos mil.
Y tampoco estaba mal visto copular con criadas y sirvientas de la casa y aquellas cuñadas y otras que pudieran enriquecer el feudo varonil y de gentes que engrosasen los bienes de la casa.
Así los hombres disponían siempre de mujer con quien vivir y desahogarse.
Si ha aprendido a masturbarse, no se preocupe, verá qué bien se lo pasa y no se preocupe no se quedará ni ciega, ni se le secará la médula, ni se volverá loca ni nada de eso.
Todas esas prevenciones se inventaron para contribuir a la evitación de la masturbación por el miedo y por amenazas inmediatas, pues las del infierno no se las cree nadie en su sano juicio.