Los tratados de libre comercio
Así de simple creen que para los países latinoamericanos son oportunos o de real ayuda, yo en lo personal pienso que al ser tartados de estadoa estado se deja una representación importante de negocios del pueblo a parte. No lo veo como lo mejor preferiría negocios de pueblo a puebo y no de estado a estado
Respuesta de grandfather
1
¿Y cuál sería la pregunta?
Pero te adelanto que los tratados en cuestión no son para que los utilicen sólo los utilicen los Estados firmantes, de hecho, se hacen para que los utilicen básicamente las empresas radicadas en esos Estados y, por tanto, la sociedad civil. Otra cosa es que tú pienses que esa sociedad civil debería estar más democráticamente representada, pero estamos hablando de negocios, no de elecciones a parlamentos, y no se puede esperar que no sean las empresas las que aprovechen ese instrumento jurídico que son los tratados de libre comercio.
Pero te adelanto que los tratados en cuestión no son para que los utilicen sólo los utilicen los Estados firmantes, de hecho, se hacen para que los utilicen básicamente las empresas radicadas en esos Estados y, por tanto, la sociedad civil. Otra cosa es que tú pienses que esa sociedad civil debería estar más democráticamente representada, pero estamos hablando de negocios, no de elecciones a parlamentos, y no se puede esperar que no sean las empresas las que aprovechen ese instrumento jurídico que son los tratados de libre comercio.
Otra vez. Perdona, ahora acabo de darme cuenta de cuál era tu pregunta: sobre la utilidad de los Tratados de Libre comercio. Pues yo creo que sin ninguna duda, sobre todo para países con una larga tradición de proteccionismo económico implantado por gobiernos populistas y nacionalistas, como es el caso de los hispanoamericanos en las últimas décadas. Es decir, estos tratados lo que consiguen es que, al ampliarse el ámbito territorial de los mercados en que pueden actuar los actores económicos (las empresas), aumente la competencia y, de ahí, la productividad y el control de los precios, con el resultado final de mayor crecimiento. No hay alternativa a los tratados en cuestión, y como paso intermedio hacia un mercado realmente mundial, constituyen pasos paulatinos y, por tanto, prudentes, para no dejar desasistidos de golpe a ciertos sectores económicos no acostumbrados a la competencia internacional. La cuestión para hacer a dichos tratados más perfectos es negociarlos bien y no claudicar a intereses corporativistas o de las grandes multinacionales. Pero que en principio son útiles, no te quepa la menor duda.
