Exégesis bíblica y pecado original
Ya que JRRF, cobardemente, ha rehusado contestar, te ruego que lo hagas tú.
Daniel.
* * *
Saludos JRRF,
He leído tus respuestas a las diversas cuestiones planteadas por los usuarios. La impresión que me he llevado ha sido la siguiente: careces por completo de nociones teológicas y, en consecuencia, eres incapaz de ofrecer una interpretación no distorsionada de la Biblia. No tendrás problemas en admitir que un libro de física no puede leerse como uno de cocina, sino que exige conocimientos previos. De modo similar, la Biblia requiere o bien conocimientos esenciales sobre teología (y no pienso en áridos tratados de escolástica, sino en la más elemental hermenéutica), por los cuales se distingue el competente en la materia, o bien la humildad necesaria para aceptar como en depósito aquello que actualmente no comprendemos, actitud que se espera del creyente. Está claro que a ti te faltan ambas cualidades, que suples, no obstante, con la petulancia del entendido y un batiburrillo de asociaciones históricas y semánticas que nada tienen que ver con la intención de los que escribieron la Biblia. Podría decirse que hay dos Biblias: la de todos y la revisada por JRRF, siendo distintas en lo esencial. JRRF, pues, comenta su Biblia, la que a él le conviene, no la Biblia histórica que ha cimentado la fe de millones de creyentes.
Aclarado esto, para que nadie pueda pensar que te acuso sin fundamento, tendré a bien el ponerte a prueba. Me gustaría saber qué significación entraña, según tu parecer, el mito del pecado original que aparece relatado en el Génesis. Ya he visto que en el mensaje titulado "Sobre Yaveh" haces tus pinitos teológicos y hablas de "sexo", "envidia", "sabiduría", "tecnología" y autosuperación del hombre como ingredientes principales de ese pecado. Elijo este tema, el del pecado original, ya que no en vano lo encontramos al comienzo de la Biblia. A su luz, como alegoría fuera de la historia, hasta su abolición por Cristo, debe leerse toda la narración ulterior concerniente al pueblo hebreo. Éste, sumido en el pecado y la muerte, aspira a su redención mediante la búsqueda del Dios Viviente. Dios, por su parte, lo utiliza como instrumento o matriz del que ha de ser el Mesías universal, tal como está profetizado. En su progresivo mostrarse, el Ser Supremo se adapta a la sensibilidad y a la capacidad de comprensión de sus interlocutores humanos, siendo primero un Dios de justicia y finalmente un Dios de amor. El amor no excluye la justicia, sino que la perfecciona. La muerte y el crimen, pues, de los que tanto partido sacas en tus collages bíblicos, no son más que una consecuencia del pecado original, atribuible sólo al hombre, aunque Dios lo tolere. Si la muerte no existiera, sería absurdo luchar por la salvación que es la inmortalidad, lucha en la que se halla involucrado el pecado, pero que no tiene el pecado como fin, sino más bien su superación.
Te quedas en la burda letra, JRRF. Pero, por si esto fuera poco, ni la misma letra eres capaz de interpretar con solvencia. Porque, ¿cómo es posible que el pecado original sea el sexo, que al fin y al cabo es reproducción, cuando en el primer capítulo del Génesis se registra la siguiente orden de Dios a los hombres: "Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra." (Gn 1,28)? ¿Y cómo va a ser la sabiduría dicho pecado, siendo Dios infinitamente sabio? ¿Es acaso también infinitamente pecador? ¿Cómo va a envidiar, por otro lado, que el hombre se haga racional, si lo creó a su imagen y semejanza? Finalmente, ¿de qué modo podría oponerse Dios al progreso del hombre cuando forma parte de su primer mandato el que éste se sitúe por encima de las demás criaturas y las someta? Todo lo que dices no se sostiene, y ocultas, además, alevosamente los grandes elogios que los libros sapienciales dedican a la sabiduría:
"Da al sabio, y se hará más sabio todavía; enseña al justo, y crecerá su doctrina" (Pr 9,9)
"Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, tú solo lo tendrás que pagar" (Pr 9,12)
"El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio entristece a su madre" (Pr 10,1)
"La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la muerte" (Pr 13,14)
"El que anda con los sabios será sabio; quien frecuenta los necios se hará malo" (Pr 13,20)
Por dar sólo una pequeña muestra.
¿Qué tienes que decir ahora, JRRF? Reitero mi pregunta, que yo mismo me he contestado en parte, pero que quiero comparar con la solución que me des: ¿Cómo entiendes el mito del pecado original en la Biblia?
Daniel.
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Saludos JRRF,
He leído tus respuestas a las diversas cuestiones planteadas por los usuarios. La impresión que me he llevado ha sido la siguiente: careces por completo de nociones teológicas y, en consecuencia, eres incapaz de ofrecer una interpretación no distorsionada de la Biblia. No tendrás problemas en admitir que un libro de física no puede leerse como uno de cocina, sino que exige conocimientos previos. De modo similar, la Biblia requiere o bien conocimientos esenciales sobre teología (y no pienso en áridos tratados de escolástica, sino en la más elemental hermenéutica), por los cuales se distingue el competente en la materia, o bien la humildad necesaria para aceptar como en depósito aquello que actualmente no comprendemos, actitud que se espera del creyente. Está claro que a ti te faltan ambas cualidades, que suples, no obstante, con la petulancia del entendido y un batiburrillo de asociaciones históricas y semánticas que nada tienen que ver con la intención de los que escribieron la Biblia. Podría decirse que hay dos Biblias: la de todos y la revisada por JRRF, siendo distintas en lo esencial. JRRF, pues, comenta su Biblia, la que a él le conviene, no la Biblia histórica que ha cimentado la fe de millones de creyentes.
Aclarado esto, para que nadie pueda pensar que te acuso sin fundamento, tendré a bien el ponerte a prueba. Me gustaría saber qué significación entraña, según tu parecer, el mito del pecado original que aparece relatado en el Génesis. Ya he visto que en el mensaje titulado "Sobre Yaveh" haces tus pinitos teológicos y hablas de "sexo", "envidia", "sabiduría", "tecnología" y autosuperación del hombre como ingredientes principales de ese pecado. Elijo este tema, el del pecado original, ya que no en vano lo encontramos al comienzo de la Biblia. A su luz, como alegoría fuera de la historia, hasta su abolición por Cristo, debe leerse toda la narración ulterior concerniente al pueblo hebreo. Éste, sumido en el pecado y la muerte, aspira a su redención mediante la búsqueda del Dios Viviente. Dios, por su parte, lo utiliza como instrumento o matriz del que ha de ser el Mesías universal, tal como está profetizado. En su progresivo mostrarse, el Ser Supremo se adapta a la sensibilidad y a la capacidad de comprensión de sus interlocutores humanos, siendo primero un Dios de justicia y finalmente un Dios de amor. El amor no excluye la justicia, sino que la perfecciona. La muerte y el crimen, pues, de los que tanto partido sacas en tus collages bíblicos, no son más que una consecuencia del pecado original, atribuible sólo al hombre, aunque Dios lo tolere. Si la muerte no existiera, sería absurdo luchar por la salvación que es la inmortalidad, lucha en la que se halla involucrado el pecado, pero que no tiene el pecado como fin, sino más bien su superación.
Te quedas en la burda letra, JRRF. Pero, por si esto fuera poco, ni la misma letra eres capaz de interpretar con solvencia. Porque, ¿cómo es posible que el pecado original sea el sexo, que al fin y al cabo es reproducción, cuando en el primer capítulo del Génesis se registra la siguiente orden de Dios a los hombres: "Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra." (Gn 1,28)? ¿Y cómo va a ser la sabiduría dicho pecado, siendo Dios infinitamente sabio? ¿Es acaso también infinitamente pecador? ¿Cómo va a envidiar, por otro lado, que el hombre se haga racional, si lo creó a su imagen y semejanza? Finalmente, ¿de qué modo podría oponerse Dios al progreso del hombre cuando forma parte de su primer mandato el que éste se sitúe por encima de las demás criaturas y las someta? Todo lo que dices no se sostiene, y ocultas, además, alevosamente los grandes elogios que los libros sapienciales dedican a la sabiduría:
"Da al sabio, y se hará más sabio todavía; enseña al justo, y crecerá su doctrina" (Pr 9,9)
"Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, tú solo lo tendrás que pagar" (Pr 9,12)
"El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio entristece a su madre" (Pr 10,1)
"La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la muerte" (Pr 13,14)
"El que anda con los sabios será sabio; quien frecuenta los necios se hará malo" (Pr 13,20)
Por dar sólo una pequeña muestra.
¿Qué tienes que decir ahora, JRRF? Reitero mi pregunta, que yo mismo me he contestado en parte, pero que quiero comparar con la solución que me des: ¿Cómo entiendes el mito del pecado original en la Biblia?
2 respuestas
Respuesta de apologista
1
Respuesta de Ricardo Marino