Libertad humana

No tengo muy clara la concepción de libertad que Dios dio a los hombres al crear a Adán y Eva. Se supone que Dios lo sabe todo, es omnisciente gracias a su infinita sabiduría. Entonces, lógicamente sabrá pasado, presente y futuro. Ahora bien, Dios dio a los hombres la posibilidad de elegir entre el bien y el mal libremente. Pero aquí surge mi duda. Si Dios lo sabe todo, también sabe que buena parte de los hombres pecarán cuando les dé la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Es más, si Dios nos conoce uno a uno, antes incluso de que naciéramos sabía que fulanito o menganito en su vida cometería tal o cual pecado que lo condenaría irremediablemente al infierno, que modernamente la Iglesia reduce a la no contemplación de Dios. ¿Entonces dónde está la capacidad de elección, dónde la libertad si Dios ya sabe de antemano lo que vamos a hacer? ¿Acaso no sería más fácil hacer a la humanidad de tal manera que sólo pudiera elegir el bien? ¿Quién desea la capacidad de poder condenarse? Yo desde luego no la quiero si Dios me la ofrece, pues es una trampa claramente.
Yo creo que cualquier persona en su sano juicio a su propio hijo le quitaría todos los obstáculos que pudiera encontrar eventualmente en su camino. Nadie puede ser tan cruel de saber que su hijo se va a caer en un hoyo y aún así dejarle que elija si sigue caminando o da un rodeo para evitar descalabrarse.
Por favor, aclárame esta duda que corroe mi alma. ¿Somos o no somos libres?

3 Respuestas

Respuesta
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Usted, se trata de un libre albedrío, la libertad que usted menciona. Sí, somos libres, tenemos una libertad de autodeterminación.
Dios permite que los seres humanos elijamos lo que queramos.
En efecto, él lo sabe todo, sin embargo, el cuerpo no es lo importante, sino el alma.
Adicionalmente, usted en cada momento puede decidir algo nuevo.
Dios no es adivino, simplemente deja que fluya la vida. Usted es responsable de lo que hace o deja de hacer.
Porque si no fuera así, no tendría caso portarse bien o mal y Cristo no hubiera tenido razón de venir al mundo.
La perefección de la creación de Dios permite que cada uno elijamos algo.
Él puede saberlo todo, pero usted es LIBRE de cambiar su propio futuro.
Es decir, Él sabe lo que va a ocurrir, pero mientras usted vaya por determinado camino, pero si usted cambia de decisión, su futuro será diferente y Dios también lo sabe, pero eso es producto de su propia decisión, no la de Dios. Dios sabrá lo que ocurrirá, pero a partir de que usted toma una decisión.
Dios, en su infinita bondad y en su perfección, permite que uno misma dirija su futuro y Él permite que así sea porque nos permite ser libres.
El cuerpo no es lo importante, pues lo que se salvará a final de cuentas es el alma.
Le recomiendo la lectura de San Agustín: "Civitas Dei", "Confessiones", "De Magister", "De Trinitate", "De la gratia", sólo por mencionar los principales.
En esos textos aborda a profundidad preguntas como la que me plantea y otras muchas. Es Doctor y Padre de la Iglesia moderna. Le valió ser santo por sus grandes reflexiones al respecto.
Yo humildemente sólo reproduzco una mínima parte de todo lo reflexionado por él.
Cualquier duda o pregunta adicional, permítame saberlo.
Respuesta
1
Que Dios lo sepa todo no te quita por ello la libertad.
Pongamos un ejemplo de la vida diaria: un Padre le suplica a su hijo que por favor termine de actuar de forma tan egoísta e inmadura y que deje de juntarse con esas malas amistades por que lo llevara a la droga y a la muerte.
El padre a pesar de su insistencia no es escuchado, y su previsión sobre el destino de su hijo se cumple. Este, cae al tiempo en la droga y casi se muere por una sobredosis de heroína. La pregunta es: ¿De quién es la culpa? ¿Del padre por el hecho de saber de antemano el destino en el que caería su hijo o la culpa es de su hijo adulto por ser indiferente a los cuidados de su padre? ¿La previsión de padre eliminó la libertad del hijo?.
Espero que la respuesta le haya dejado de 'corroer' su alma.
Querido apologista, mi mujer y yo hemos llegado a la conclusión de que tu respuesta es harto inocente e irreal. En el ejemplo que das tú, el padre que aparece es tremendamente irreal. ¿Acaso podemos imaginar que pueda existir un padre que sólo se limite a decirle a su hijo que no se junte con malas compañías? ¿No es verdad que cualquier padre movería tierra, mar y aire para preservar la salud de su hijo? ¿O es que tú, ante el peligro serio de que tu hijo cayera en las garras de la droga dura, como es la heroína, no le prohibirías incluso que saliera a la calle y lo vigilarías más de cerca? Porque no me digas que tú le dirías: hijo mío, la droga es mala. Pero ahí tienes la libertad de consumirla o no. Esa es la grandeza de mi amor que siento por ti, el hecho de que te dé a elegir entre tener una vida digna o sumirte en la mayor de las desgracias.
Creo que cualquier padre que actuara así sería un mal padre. Yo no permitiría que mi hijo pudiera hacer el mal. Actuaría de tal manera que mi hijo no entrara en contacto con el mal.
Expuesto esto, me reitero en lo dicho anteriormente. Hubiera sido más lógico que Dios no le diera la posibilidad de pecar al hombre. Puesto que nos hizo a todos a su imagen y semejanza, puesto que es nuestro padre, le pido que no me dé esa posibilidad de pecar. Si es verdad lo que dicen de que nos dio esa libertad por amor, pues yo digo que no la quiero. No quiero que me amen tanto hasta el punto de que me den la libertad de achicharrarme en el infierno. Hay amores que matan... ¿No crees? Saludos desde Murcia.
Tus ojos, Señor son demasiados puros para estar mirando el mal, no puedes estar contemplando la opresión: ¿Por qué, pues, contemplas en silencio a los traidores, al culpable que devora al inocente? (Hab 1, 13)
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Estimado Diego. Ud. pretende que me inmiscuya en la intimidad misma de Dios
Muchas veces desconocemos y no tomamos conciencia del misterio infinito de Dios y lo "antropomorfisamos". Dios es inaccesible en cuanto a lo que es. No podemos saber lo que es, a lo sumo algo de lo que no es.
Si el mismísimo hombre es un absoluto misterio, que podemos suponer de ese ser al que llamamos Dios.
Jesús, siendo Dios, nació pobre, sufrió el miedo, el frió, el enojo, la traición de un amigo y el abandono del resto. Fue hecho prisionero por proclamar el amor de Dios a los pecadores y oprimidos; proclamarse con la autoridad de perdonar los pecados y ser Hijo de Dios.
Por ello fue azotado, crucificado y atravesado por una lanza. Fue muerto en la vergüenza de la cruz. En la muerte más deshonrosa tanto para judíos como romanos. Jesús en la cruz sintió en su humanidad el abandono de su Padre... ¿Cómo puede explicarse esto? ¿Cómo puede Dios sufrir en Jesús? ¿Cómo pudo ser crucificado el que redime al mundo? ¿Por qué el Padre no lo bajó de la cruz? ¿Por qué Jesús salvo a muchos y no se salvo a si mismo? Al menos un poco de anestesia en las manos no vendría nada mal.
¡Parece todo una locura!
Pero no podemos responder a ello. En la debilidad de Jesús se demuestra la grandeza y el misterio de Dios. El sufrimiento de Jesús da sentido al nuestro.
Siempre estaremos 'más aquí' de la realidad abrumadora de Dios. No podemos hablar de El sino solo en comparaciones limitadas de nuestra realidad humana.
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"¡Sálvanos, Señor, que nos hundimos! Y Jesús les dijo ¿por qué tenéis miedo hombres de poca fe? (Mt. 8, 25-26)
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La Biblia esta llena de quejas del hombre para con Dios (Sal 13, 2-4), es una reacción muy humana a la que hay que venerar con un respetuoso silencio.
"Nuestro ser, que se ha hecho adulto, nos lleva a reconocer realmente nuestra situación ante Dios. Dios nos hace saber que hemos de vivir como hombres que logran vivir sin Dios. ¡El Dios que está con nosotros es el Dios que nos abandona! (Mc 15, 34: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?).
Ante Dios y con Dios vivimos sin Dios. Dios clavado en la cruz, permite que lo echen del mundo, y solo así está Dios con nosotros y nos ayuda (Mt 8, 17). Cristo no nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y sus sufrimientos"
Parece querido Diego que Dios respeta más nuestra libertad que el mismo ser humano que se encarga en coartarlo.
Si Dios parece no actuar o callarse, aun en el corazón mismo de la oración del creyente, es porque parece que cumple de forma distinta a la que esperamos. Dios esta con el sufrimiento del hombre de forma que no podemos comprender totalmente.
Del misterio del sufrimiento absurdo y cruel de Jesús... Dios desenterró de un mal un bien mayor... ¡Jesús a resucitado!
Siempre tenemos en cuenta que Dios es incomprensible en toda su esencia y no sólo en sus relaciones internas personales. Ni el "que" del Dios trino, ni su "qué" o ser íntimo, ni su "cómo" son accesibles a nuestro entendimiento".
Pero lo que sí sabemos querido Diego que su libertad exige opciones.
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"Un día al volver del trabajo vimos tres horcas levantadas en la plaza. Los SS nos rodeaban sus metralletas nos apuntaban. Tres condenados bien encadenados y entre ellos un pequeño, el ángel de los ojos tristes.
El jefe de campo lee el veredicto. Todas las miradas están clavadas en el niño. Está lívido, casi tranquilo, se muerde los labios.
"Viva la libertad" gritan los dos adultos condenados. El niño calla. ¿Dónde esta el buen Dios? ¿Dónde esta? Pregunta alguien de atrás.
A una señal del jefe de campo, los tres soportes se vienen abajo (...)
Detrás de mi, sigue oyéndose la pregunta del mismo hombre: ¿Dónde está ahora Dios?
Y yo sentía en mi una voz que le respondía: ¿Dónde esta? Míralo, esta ahí, colgado de la horca"
(Elie Wiessel, prisionero del campo de concentración Nazi de Birkenau).
>>>>Hay amores que matan... ¿No crees?.
Claro! Fíjate solamente en Jesús.
En la Red hay muy buenos artículos de filosofía sobre el problema del mal.
Es bueno echarle un vistazo a esos textos.
Un abrazo.
Ciertamente los agnósticos lo tenemos difícil. Queremos hechos, y nos dais aire como mucho. Pero cuando no podéis darnos ni siquiera aire nos regaláis con eso de que Dios es incomprensible a la mente humana. Esto último hace inútil este foro. ¿Para qué preguntar? ¿Qué queremos saber si Dios es incomprensible? Simplemente hay que leer la Biblia, despojados de la razón, porque la razón es molesta, incómoda para ciertas cosas, y creérsela o bien no discutirla. Es cuestión de fe. La fe es lo más maravilloso que se ha inventado, por cierto. Mueve montañas desde luego.
Yo estoy seguro que dialogando entre nosotros dos tú no me aceptarías que para defender mis posturas yo dijera que tienes que creer en ellas porque son en realidad incomprensibles para la mente humana. ¿Te imaginas la locura que se produciría? Todo argumento sería válido. Por eso no comprendo cómo hay gente que basa su creencia en Dios diciendo que es incomprensible y no se preocupa más en ahondar en ciertos temas.
Por eso, hablar con una persona creyente es lo más frustrante que hay en esta vida. No atienden literalmente a razones. La razón es algo molesto para el cristianismo, como puedo ver.
Si la razón de este universo es ajena a Dios, no puedo creer en Él. No puedo creer en algo que ni he visto y que ni siquiera es lógico. Mi cerebro se rebela, y dice que no: "no aceptes las cosas por el principio de autoridad", así me dice mi cerebro en las noches de penumbra racional.
Por eso, yo, Diego, ser humano de este vasto universo racional, afirmo que el ser humano es libre, en tanto que no existe nadie por encima de él, ni nadie prevé su futuro. No tengamos miedo a la libertad. La libertad es aceptarlo todo: cosas buenas y malas las cuales nos llegan todas de este mundo que nos rodea, este mundo maravilloso. Nosotros somos dueños de nuestros propios actos, pero tranquilos. Nadie nos juzgará por coger una manzana del árbol de la ciencia, del bien y del mal. Acerquémenos a este maravilloso árbol, al árbol de la ciencia, y pensemos profundamente. Rescatemos la razón como arma fundamental para nuestra supervivencia. Hagámoslo por aquellos primeros caídos que fueron Adán y Eva, quienes quisieron saber racionalmente y comieron del árbol de la ciencia. No os importe que os ataquen con la fe, que os destierren del paraíso, que tengáis hijos con dolor y que os ganéis el pan con el sudor de vuestra frente... Lo importante es que sabréis, que sabremos porque yo también me incluyo. Lo peor de este mundo es la ignorancia.
Haces referencia a la absurda muerte de Jesús, de su pasión y resurrección. Hay por supuesto argumentos de sobra para explicar todo esto, pero después de lo que me has respondido no sé si sirva de algo utilizar la razón y la historia con una persona que es cristiana y que basa su creencia en la irracionalidad, en el misterio.
Pero aún así, los espíritus como yo no nos cansamos de dialogar, aunque en este caso la otra persona utilice una racionalidad, un logos que no es de este mundo. Insisto en que es como si un mudo intentara hablar con un sordo, pero en fin...
¿Por qué murió Cristo por los pecados de la humanidad? La antropología y la historia, incluso la literatura de todos los tiempos nos da respuesta a esta cuestión. En antropología hay un término que se llama farmakós, de donde viene nuestra palabra farmacia. Significaría algo así como remedio. El farmakós es lo mismo que el chivo expiatorio, es decir, aquel ser o cosa sobre el que se cargan todos los pecados de una colectividad o sociedad. A este ser o cosa se le destruye y así queda limpia la sociedad de pecados. Jesús en la cruz reconoce que es el cordero que quita el pecado del mundo. Jesús es el farmakós, el chivo expiatorio, aquello que nos limpia de nuestras faltas, porque en época helenística hay una obsesión por sentirse limpio, sin mácula. Un ejemplo de farmakós es lo que se ha dado en llamar la fiesta de los toros, espectáculo denigrante que todavía hoy perdura. En su origen, las corridas de toros representaban esto mismo: la muerte del toro que cargaba con todos los pecados del pueblo.
Yo sé que todo esto para ti no significa nada. Que esto es pura racionalidad. También sé que muchas personas creyentes lo leerán y se quedarán tan panchas. Ni siquiera gastarán un segundo de su vida en pensar sobre ello: que la muerte de su Dios se basa en un rito antiquísimo que muchas veces antes se había producido con otros dioses que también por cierto resucitaron.
Pero en fin, aquí está la explicación más aceptada para la muerte de tu Dios, absurda como tú mismo reconoces.
Un abrazo desde Murcia, aunque seamos almas diametralmente opuestas.
Respuesta
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La libertad que Dios brindó al ser humano se conoce como el libre albedrío. Esta es la capacidad de elegir entre el bien y el mal. A pesar de la gran sabiduría de Dios este no llega a conocer quién le va a obedecer y quien no. Sin embargo, si conoce lo que sucederá en el caso de que escojamos el bien o en el caso contrario, en el caso que escojamos el mal. Dos ejemplos de esto son los ninivitas de los días de Jonás y el sabio rey Salomón. En el caso de los ninivitas Dios les dio la oportunidad de arrpentirse enviando a Jonás a profetizar una inminente destrucción. Dentro de lo que suponía Dios estos iban a seguir con su mal proceder y por lo tanto tendría que destruirlos. Sin embargo, se arrepintieron y consiguieron la salvación. En este caso vemos que Dios conocía los dos destinos que les esperaban a los ninivitas pero no conocía su elección esto solo lo sabían ellos. En el caso de Salomón sucede lo contrario. Este rey al principio de su vida solicitó sabiduría a Dios y este lo bendijo además de la sabiduría con riquezas y gloria. Fue fiel a Dios durante la mayor parte de su vida y por lo tanto todo lo que hacía tenía éxito. Su gobernación fue una de las más prósperas, sino la mejor, de la historia del pueblo de Israel. Sin embargo, al final de su vida dejó llevar su corazón por las esposas que había conseguido durante su vida y por lo tanto empezó a adorar a otros dioses por lo cual ya no llegó a contar con la aprobación divina y al parecer murió en esta condición. Lo que sigue como consecuencia en la historia del pueblo de Israel se resume en división sangre y desgracia. En este caso entonces sucede lo mismo. Dios conocía lo que sucedería si Salomón le obedecía: bendiciones y prosperidad pero al mismo tiempo conocía el desastroso porvenir que iban a tener si este escogía la desobediencia y deslealtad. Pero nuevamente no conocía la decisión que este iba a tomar. Incluso Dios pensaba que Salomón moriría fiel a Él. Sin embargo, no fue así. Hoy día entonces sucede lo mismo. Dios sabe lo que sucederá si escogemos hacer el bien o hacer el mal. Pero no conoce nuestra decisión. No, Él no nos maneja como títeres.
Espero que tu duda se aclare y si te puedo ayudar en algo más nada más pregunta.
Lo que dices me deja absorto. Dices que Dios sabe lo que le ocurrirá al ser humano tanto si coge el bien como el mal: si coge el bien será bienaventurado y si escoge el mal desgraciado... Para saber esto no hace falta ser Dios. Cualquiera con dos dedos de frente lo sabe, puesto que el judaísmo, después del destierro de Babilonia, funciona de esta manera: alegría para el bueno, desgracia para el malo. Esto no es saber el futuro. Es decir, Yavé no sabe esto porque sea omnisciente. Lo sabe porque sólo hay esas dos opciones. Por lo tanto no hace falta ser Dios para saber que si haces el bien serás afortunado y si haces el mal desgraciado.
El problema al que yo me refiero es algo que surge al crear el ser humano un ser presuntamente tan perfecto. Como tú describes a Yavéh no es perfecto, tal y como se describe en la biblia. Y no es perfecto porque no es omnisciente. La palabra omnisciente implica SABERLO TODO (scio: saber, omnis: todo). Si Dios desconoce, como tú dices, lo que vamos a elegir finalmente, entonces no lo sabe todo, no es omnisciente, luego no es perfecto como nos quiere dar a entender la Biblia. Ahí está el problema que no habéis podido solucionar en estos últimos dos mil años. Seguís perdidos dando argumentos poco convincentes. Decís que Dios es omnisciente pero al mismo tiempo afirmáis que no lo conoce todo (¡Desde luego Dios es un misterio!).
Reconoced al menos pues, oh cristianos, que estáis en un problema bastante gordo. Vuestro Dios, de ser perfecto lo sabe TODO. Y si lo sabe todo pues a la fuerza sabrá que vamos a elegir el bien unas personas y el mal otras. Luego si sabe lo que vamos a elegir, ¿por qué nos dio el tan cacareado libre albedrío? ¿Para qué unos vayamos al cielo y otros al infierno?
Para que esto que digo se comprenda mejor, hagamos una analogía con otro atributo que se supone que tiene vuestro Dios. Decís que es Todopoderoso. Pues bien, imagínate que vuestro Dios, a pesar de ser todopoderoso no puede, si quiere, mover montañas de más de quinientas mil toneladas. Puede mover montañas de menos tonelaje pero las que superan ese peso no. Pues entonces, amigo, no es Todopoderoso. Ya sé que es un ejemplo infantil, pero no se me ocurre otra cosa. Lo que quiero decir con esto es por qué Dios es omnisciente para unas cosas y para otras no. ¿Por qué sabe lo más recóndito de nuestra alma y no sabe lo que vamos a hacer dentro de cinco minutos? ¿Sabe qué al final de los tiempos habrá un juicio final, vendrá su hijo con majestad infinita y tralarí tralará, pero no sabe lo que voy a hacer mañana? Pues mira si esto es verdad, no creo en este dios que se ahoga en un vaso de agua siendo tan perfecto y tan poderoso.
Amigo, no seré yo el que os diga cómo salir de este atolladero, a no ser que te hagas calvinista, única solución honrosa para este caso... Ya sé que no te convenzo, que la razón es algo terrible para un cristiano, que las cosas de vuestro Dios no son de este mundo. Pero al menos reconoce que lo que dices no tiene sentido y que lo único de cierto que hay en el judeocristianismo es que Dios es un auténtico misterio.
Te pongo un regular no porque no hayas puesto interés sino porque tu respuesta no aporta nada, ni soluciona nada a mi cuestión. Respeto tu decisión, pero la respeto tanto como si alguien me dijera que dos y dos son cinco y no cuatro como indican mis dedos. Saludos desde Murcia.

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