Mantendremos el suelo alrededor del árbol, limpio de hierbas. Hay que quitarlas con cuidado, no profundizando más de unos 10 o 12cm para no destruir las raicillas superficiales, mejor a mano sin mover la tierra.
En febrero, añadiremos abonos orgánicos.
La deficiencia de nitrógeno puede causar la caída excesiva de flores y frutillos y una brotación poco vigorosa así como un follaje amarillento por lo que les suministraremos un abonado rico en nitrógeno ( nitrato amónico o sulfato amónico para suelos alcalinos o nitrato de cal para suelos ácidos) a finales de febrero y otro a finales de mayo o principios de junio.
A pesar de todos nuestros desvelos, los cítricos pueden presentar carencias muy típicas en ellos. Es bueno que conozcamos las señales o síntomas para poder ayudarles a superarlas:
- Carencia de hierro o clorosis férrica
El limbo de las hojas se vuelve amarillo mientras que los nervios permanecen de color verde. Causa: suelo muy alcalino Solución: difícil. Hacer aportaciones de sulfato de hierro o de quelatos de hierro ( mejor pero más caro) Se aplica a nivel preventivo al inicio de la brotación y a nivel curativo cuando se observen los primeros síntomas que veremos en sus hojas, que amarillean.
Se manifiesta con la progresiva desaparición de la clorofila de la hoja empezando por el ápice y siguiendo hacia la base. La hoja se va decolorando y amarilleando. Solución: una pulverización de sulfato de cinz diluido en agua en mayo-junio, después de la floración.
Durante el periodo de floración (abril-mayo) no se debe laborar el suelo ni siquiera a escasa profundidad.
Durante el cuajado y el crecimiento del fruto, evitar por todos los medios que pase sed.