Malmeter a niños menores de edad por su madre

Hola, soy un padre separado desde hace un tiempo con un niño de 5 años. Ahora tengo una relación con una mujer q mi ex mujer no acepta en absoluto, El Niño llega a casa diciendo barbaridades que le dice su madre sobre mi actual pareja. Le dice que no la quieran, que no les toque que es mala etc etc. Hay amenzas insultos por su parte delante del menor hacia mi pareja y hacia mi. En nuestro caso es totalmente diferente se habla de la mama naturalmente, se le quiere y El Niño esta loco con mi pareja. Ella está fuera de si y tenemos miedo de que El Niño no lo lleve bien todos estos conflictos y malmeteres que le están haciendo. Ante todo son niños y sufren no por la separacióin de los padres sino por la mierda q le están metiendo los adultos. Que consecuencias puede acarrear en el menor?Gracias. 

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Estimado anónimo respecto a las consecuencia en los nuños del divorcio tenga precente esta informacion.

SI USTED tuviese que creer todo lo que los “expertos” han escrito acerca del divorcio durante las últimas décadas, pudiera concluir que en los divorcios modernos no hay ni culpables ni perjudicados.
A muchos padres en trámites de divorcio se les ha tranquilizado con algunos tópicos muy vendidos como: el divorcio es mejor para los niños que un matrimonio desgraciado; esperen hasta que los niños tengan ‘la edad apropiada’, así evitarán que sufran; los niños se recuperan del trauma en solo un par de años.
Hay quienes han sostenido estas ideas optimistas. Por ejemplo, las autoras Susan Gettleman y Janet Markowitz desestiman “el mito del niño perjudicado” y afirman que el divorcio no tiene por qué traumatizar a los hijos siempre que los padres ‘lo traten con madurez’. Hasta sostienen que el divorcio de los padres puede ayudar a los hijos a que algún día hagan frente a su propio divorcio. Dicen: “Lo que en realidad debería reformarse es la institución del matrimonio y el mito de la vida casera”. (The Courage to Divorce [El valor de divorciarse].)
Sin embargo, ¿suenan veraces esas tajantes afirmaciones? En un mundo donde la cantidad de divorcios aumenta por momentos, ¿cuáles serían las repercusiones sobre los hijos? ¿Es cierto que nadie sale perjudicado?
Una terrible cantidad de víctimas
En 1971 las investigadoras estadounidenses Judith Wallerstein y Joan Berlin Kelly iniciaron un histórico estudio sobre los efectos a largo plazo que el divorcio producía en las familias. Escogieron a 60 familias en las que los padres estaban a punto de divorciarse. En conjunto, estas familias tenían 131 hijos con edades comprendidas entre los dos y los dieciocho años. Para sorpresa de las investigadoras, descubrieron que el divorcio casi nunca supuso un alivio para los hijos, ni siquiera en los casos en los que sus padres habían sido desgraciados en su matrimonio. Al contrario, el divorcio los dejó muy confusos.
¿Se trataba solo de un trauma pasajero? Lamentablemente no. Después de cinco años, el 37% de los niños padecía diversos grados de depresión que iba desde moderada hasta grave. La mayoría todavía abrigaba esperanzas de que sus padres se reconciliasen... ¡Aunque ya hubiesen contraído segundas nupcias! Después de diez o hasta quince años, casi la mitad de los hijos con los que se había llevado a cabo el estudio habían “llegado a la vida adulta siendo jóvenes preocupados, con un rendimiento inferior al normal, menospreciándose a sí mismos y a veces coléricos”.
Tales resultados chocaban con el punto de vista general. Como dijo la señora Wallerstein, “nuestros hallazgos contradecían por completo nuestras expectativas. A muchas personas no les agradó esta información y recibimos cartas de terapeutas, padres y abogados enojados que decían que estábamos totalmente equivocadas”.
Pero los niños no mentían, y otros estudios han confirmado la opinión de Wallerstein y Kelly. La publicación Journal of Social Issues (Revista de cuestiones sociales) indicó que la mayoría de los expertos, como los conductistas, “creen que la separación de los padres y la disolución del matrimonio influyen de forma muy negativa tanto en niños como en adolescentes”. La revista añadía que tales creencias “han sido confirmadas en buena medida” y para ello citaba resultados como estos: entre los hijos de padres divorciados hay niveles más elevados de delincuencia y comportamiento antisocial que entre los hijos de familias intactas; la cantidad de hijos de padres divorciados que son ingresados en hospitales psiquiátricos es posiblemente dos veces mayor que la de hijos de familias intactas; el divorcio puede que sea la principal causa de depresión infantil.
¿Y los hijos de más edad?
Los hijos de más edad no afrontan el divorcio de sus padres mucho mejor que los pequeños. Cuando los adolescentes viven el divorcio de sus padres, pueden sufrir una desilusión tan profunda que amargue la opinión que se forjan del matrimonio y otras instituciones como pudiera ser la escuela. Algunos llegan a la conclusión de que no se puede confiar en ninguna relación, que todas están condenadas a terminar algún día rotas por la traición y la infidelidad.
Cuando los padres se divorcian, algunos adolescentes pierden el equilibrio de tal forma que se van a extremos de desenfreno. Algunos se dan a las drogas, otros se sumen en la promiscuidad sexual y aún otros huyen de casa. Hay los que en un principio parece que se toman el divorcio de sus padres con calma, pero luego reaccionan. Quizás no sea coincidencia que, como indicó la revista The Washingtonian, el aumento en la cantidad de divorcios ha ido paralelo al aumento en la cantidad de trastornos del apetito y hasta de suicidios de adolescentes.
De modo que los padres que esperan la oportunidad para divorciarse hasta que sus hijos tengan ‘la edad apropiada’ antes de iniciar los trámites de divorcio, puede que tengan una larga espera por delante. No parece que haya una ‘edad apropiada’ mágica en la que los hijos puedan pasar por el divorcio de sus padres sin sufrir. En la revista Psychology Today el sociólogo Norval D. Glenn hasta indicó que los efectos negativos que los hijos pueden sufrir como consecuencia del divorcio “permanecen constantes durante toda su vida”. Llegó a la siguiente conclusión: “Uno debe considerar con seriedad la preocupante hipótesis de que el aumento en la cantidad de hijos de padres divorciados conducirá a una erosión lenta pero constante del nivel general de bienestar que tiene la población”.
Sin embargo, por terribles que sean estos hallazgos, estudios y datos no significan que todos los divorcios desencadenarán en lo mismo.

Le servira para comprender las consecuencias que puede tener en su hijo que es la victima mas perjudicada de este hecho.

Ahora quedan algunas preguntas como:

¿Que edad tienen su hijo, usted, su ex mujer, su pareja, por que motivo usted tiene la custodia.?

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Pues obviamente, y suponiendo que las cosas sean como comenta, las consecuencias para el menor no serán positivas, pues se están alterando sus patrones de percepción emocional y está recibiendo informaciones contradictorias, además de poco menos que forzarle a tomar decisiones sobre las pautas de comportamiento bajo un estado de chantaje emocional. Las consecuencias pueden ser diversas, como generarle frustración, agresividad, labilidad emocional...
Un divorcio en una pareja adulta no es necesariamente malo si los adultos se comportan como tales y buscan el bien del menor, de hecho puede ser más positivo que una convivencia tóxica. Pero si la pareja, o uno de los miembros utiliza al menor para hacer daño al otro miembro, la cosa se complica, y es obvio que quien más lo va a sufrir es el menor.
Si dicho comportamiento no cesa, lo mejor es recurrir a la vía judicial y que se ponga el asunto en manos de un psicólogo que valorará si la situación está repercutiendo en el menor de una forma perniciosa. Es difícil hacerlo por cuenta o decisión propia, porque para tratar al menor deben estar conformes los dos miembros de la pareja, y en ese ambiente parece difícil que los dos se pongan de acuerdo.

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Es casi evidente, que tu ex esta con mucho resentimiento, y lo vuelca de esa manera, aparentemente, vos tienes la tenencia, y ella recibe al chico de visita, pero no tiene derecho a hablar mal de tu actual pareja, sea esta, como sea. Si el asunto sigue, y no acepta que cambie de intentar, quizás te veas obligado a recurrir a un letrado, para que le ponga limites, es desagradable, pero es peor que esa situación se mantenga, el chico aun no tiene suficiente edad como para discernir del todo, y la influencia negativa, aunque luego el se de cuenta de que esta bien con tu actual puede influir algo .Aunque no sea del todo fácil probar, es mejor contar con ayuda profesional, tené en cuenta que los primero años de vida del chico, son cruciales para su futuro. Sds.

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