A veces, el flujo cambia de color y hasta puede tener un olor fuerte. En esos casos, debes prestar atención y consultar a un médico, ya que puede indicar la presencia de una infección. Si es blanco y pastoso, como el queso de cuajada, el requesón o el ricota, entonces es posible que se trate de una infección provocada por un hongo, o sea, una vaginitis por hongo, que generalmente se trata del hongo llamado Candida albicans.
Cuando el flujo es amarillo (a veces amarillo-verdoso), en cambio, es probable que se deba a una infección causada por un parásito, algo que se conoce como tricomoniasis. En este caso, se trata de una enfermedad de transmisión sexual que puede aparecer en los tejidos de la vagina o la uretra. En general, los signos y síntomas de esta enfermedad en las mujeres incluyen:
- Flujo acuoso y burbujeante, amarillento o verdoso.
- Olor desagradable.
- Dolor y comezón al orinar (más notorios después de los períodos).