Hola Estephanina Daza
Durante mucho tiempo los antibióticos fueron considerados los grandes villanos de las mujeres que tomaban pastillas anticonceptivas. La falta de estudios científicos desarrollados exclusivamente para pesquisar la interacción entre antibióticos y las pastillas, asociada a relatos puntuales de falla de anticonceptivos orales después del uso de determinados antibióticos, ayudó a crear, incluso dentro de la propia clase médica, el mito de que no se podía mezclar antibióticos y anticonceptivos hormonales.
Muchos médicos hasta hoy se sienten incómodos en prescribir algunos antibióticos para mujeres en edad fértil y en uso de contraceptivos hormonales.
Este riesgo hipotético nunca se basó en evidencias científicas robustas, pero en estudios no controlados y teorías no comprobadas. Por ejemplo, antibióticos como la ampicilina y la amoxicilina eran considerados peligrosos para quien tomaba la píldora anticonceptiva simplemente porque había un riesgo teórico de una alteración en la flora bacteriana intestinal que provocase una reducción en la absorción de las hormonas estrógeno y progesterona por los intestinos. Pese al riesgo teórico, ningún estudio había pesquisado lo que realmente ocurría con las mujeres que tomaban la pastilla y la amoxicilina juntas. Por más que una teoría presente sentido, es preciso probar en la práctica que ella está correcta.
En las últimas décadas esto ha cambiado pues la medicina basada en evidencias ganó espacio en relación al que podemos llamar “medicina basada en teorías”. Desde la década de 1990, el número de trabajos publicados sobre mujeres que usaban antibióticos junto con la píldora anticonceptivas aumentó exponencialmente, y, actualmente, tenemos mucho más seguridad para emitir opiniones sobre los riesgos de la asociación de antibióticos con los anticonceptivos hormonales, sean ellos bajo la forma de píldoras, implantes, adhesivos o inyecciones.
Basado en amplia literatura científica, solamente un tipo de antibiótico puede ser realmente considerado responsable de la reducción de la efectividad de los anticonceptivos hormonales: la Rifampicina (y su derivado Rifabutina). Salvo la Rifampicina, ninguno – sí, ninguno – otro antibiótico presentó, en los diferentes estudios, cualquier signo de que pudiese disminuir la efectividad de la pastilla anticonceptiva.
Por lo tanto, bajo el punto de vista estrictamente científico, no hay pruebas de que la gran mayoría de los antibióticos disminuya la efectividad de los anticonceptivos hormonales, incluyendo la PAE (Pastilla Anticonceptiva de Emergencia).
Esto significa que, actualmente, no hay base científica para indicar ningún tipo de cuidado adicional para las pacientes en uso de contraceptivos hormonales que precisan ser tratadas con los siguientes antibióticos (solo se enlistan los más comúnmente prescritos):
– Amoxicilina (con o sin ácido clavulánico).
– Azitromicina.
– Cefalexina.
– Cefazolina.
– Cefotaxima.
– Claritromicina.
– Clindamicina.
– Ciprofloxacina.
– Doxiciclina.
– Fosfomicina.
– Levofloxacina.
– Metronidazol.
– Minociclina.
– Moxifloxacina.
– Nitrofurantoína.
– Norfloxacina.
– Ofloxacina.
– Penicilina.
– Tetraciclinas.
– Trimetoprim-sulfametoxazol (Bactrim).