Antes de responderte, me gustaría aclarar que lo que te escribo es solo una opinión y no puede considerarse un diagnóstico o nada similar. Es solo mi perspectiva, desde la distancia y el desconocimiento de tu amigo.
Hay varios aspectos a tener en cuenta en la situación que describes:
- Puede ser que tu amigo esté pasando por alguna etapa o ciclo ligado a su edad: llegados los 30, o los 40, por ejemplo, suelen ser momentos en los que buena parte de los hombres entramos en una evaluación de logros alcanzados versus los deseados, lo cual suele afectarnos bastante, sobre todo cuando ese balance no da cuenta de ambos aspectos.
- También puedase que esté pasando por cuadro depresivo y, lo que creemos que es solo un mal rato, sea en verdad una situación que requiera de mayor atención, acompañamiento y orientación de un profesional, pues a veces por más que querramos lidiar solos con todas la presiones (internas y externas), es mejor el apoyo y la orientación (reconocer que necesitamos ayuda es un proceso que también suele ser difícil y muchas veces lo negamos).
- La autoestima de tu amigo también cuenta mucho. Es muy factible que esos comentarios en tono de broma y que parecen solo del momento, estén relacionados con un problema de autopercepción que minan su autoestima. En el caso que cuentas, la universidad y la competencia académica entre compañeros suelen ejercer mucha presión, afectando bastante la autoestima y la motivación personal.
También te sugiero prestar atención a comentarios que él haga como estos: "¿por qué me suceden estas cosas a mí?", o "a mí siempre me pasa la mismo", o ¿por qué el mundo/universo/Dios/destino me castiga - qué hice para merecer esto!" O similares, porque puede estar pasando también por un cuadro de victimización.
Tal vez a tu amigo le estén afectando alguna o varias de las anteriores, así como también puede que sea solo un mal rato.
Si lo quieres ayudar, la única forma de hacerlo, es que él mismo te y se permita la ayuda, porque si él no reconoce o permite que se le ayude, no hay forma de hacer algo al respecto. En ese caso, tendrás que ser paciente y persistir (sin presionar), pues puede que le tome algo de tiempo reconocerlo.
Una vez que él haya reconocido que tiene un problema, lo siguiente es tratar de identificar cuál es su posible causa, de manera que se puedan también identificar los tipos de culpas o presiones que las generan y trabajar en ellas. En tal caso, el apoyo de los amigos y los seres queridos es fundamental, pues se requiere de mucha comprensión, escucha y de brindarle ánimos y confianza, sin juzgarlo o acrecentar las culpas.
Para finalizar, vale la pena decir que redescubrir la motivación no suele ser fácil, porque muchas veces ésta está enfocada en cosas materiales (tener casa, carro, dinero) o con presiones ligadas al éxito social (prestigio académico, mujeres, fama).
Ánimo con tu amigo y qué bueno y bonito que te preocupes por él. Así son las amistades de oro.
Espero que mis palabras te sean útiles de algún modo.