Sufrí de dismorfofobia y ahora soy más exigente con mis fotos

Antes tomaba fotos con calma y no tenía problemas. Sin embargo...

En una época de mi vida pasé por un momento complicado, pues pasé por un trastorno dismorfofóbico corporal. Sobre todo me obsesionaba por como me veía en el espejo y las fotos. Con el tiempo eso se solucionó, sin embargo eso produjo una consecuencia a largo plazo. Ahora soy más exigente con mis fotos, porque a pesar de que me veo tal cual soy no puedo verme según unos ideales demasiado exigentes. Por ejemplo, quiero fotos en las que considero que me vería mejor, pero si una foto me demuestra que soy feo (en realidad que no salgo como quiero) me pongo muy ansioso y perfeccionista.

¿Qué puedo hacer?

2 respuestas

Respuesta
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Yo diría que dejes de hacerte selfies, pero a lo mejor es un problema médico. ¿Has probado de ir a un especialista?

Es que no es que me sienta mal conmigo mismo, sino que ese problema hizo que me vuelva más exigente 

No le veo nada de malo en esto. No te preocupes.

Respuesta

A mí, que me considero retratista, me toca lidiar con la imagen que cada uno tiene de sí mismo.

Normalmente nadie se conoce da lado, ya que es muy difícil verte desde un lateral tuyo, y habitualmente el conocimiento de nuestra propia imagen se limita a una visión frontal, es decir, a ese o esa, que se afeita o maquilla todos los días frente a nosotros.

Cuando en un retrato nos vemos en una pose en la que anteriormente no nos hemos visto, como por ejemplo un retrato a 45º o un escorzo, no nos reconocemos. Tampoco en algún gesto que siendo nuestro, no lo hacemos frente al espejo y por lo tanto nunca nos lo hemos visto, nos sucede que nos extramos hasta el punto de renegar de esa imagen al no parecerse a uno mismo.

Sin embargo, cuando esos retratos se los enseñas a tu circulo próximo de familia o amigos, se alegran de verte "tal cual eres" y consideran que se ha captado tu verdadera esencia en esa imagen.

Si dices que has padecido un episodio en el que se produce una distorsión de cómo ves tu propia imagen, es muy fácil achacar que esto que ahora ocurre sea una secuela de aquello, pero yo me atrevo a decir que no tiene porqué. He hecho muchos retratos en los que el retratado "no se veía" y al enseñárselo a su madre, se le "saltaban las lagrimas" de lo bien que estaba reflejada la personalidad o de lo bien que se había captado ese gesto que le caracteriza.

Enseña esas fotografías a los tuyos y preguntales que es lo que ven en ellas. Te sorprenderás.

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