Cuando se sufre un traumatismo, éste suelen ir acompañado de lesiones en partes blandas (adyacentes al diente), generalmente heridas en los labios y en el frenillo, lo que pueden provocar un sangrado abundante.
También pueden sufrir la extrusión del diente (que el diente salga) fuera del alveolo (del hueso). Otra de las consecuencias del golpe, puede ser fractura del diente, o un aumento de la movilidad de éste.
Tras el traumatismo, se recomienda ir al dentista, para que éste valore las consecuencias de la contusión (fractura, extrusión, intrusión, o pérdida del diente). Si el diente está fuera de boca tras el traumatismo, meter el diente en la boca, o suero e ir lo más rápido posible al dentista, para que pueda valorar la implantación y su ferulización a los dientes adyacente.
Por otro lado, si el diente se ha fracturado, en función de la forma y la altura de la fractura, se podrá dar soluciones diversas( desde la ferulización, reconstrucción, o extración y reposición de la pieza perdida).
El dentista tendrá que hacer un seguimiento exhaustivo del diente(ya que a corto, medio o largo plazo puede fracasar o dar sintomatología). Se recomienda, también, llevar una correcta higiene oral para una buena cicatrización durante la evolución del tratamiento. Para prevenir la acumulación de placa y restos alimenticios se sugiere cepillar los dientes después de cada comida y enjuagarse con clorhexidina dos veces al día durante 1 semana mínimo.