Las masturbaciones mutuas, no se consideran práctica de riesgo frente al VIH, salvo en el caso de que se utilice el semen de una de las personas, como lubricante para hacerlas.
Los besos, masajes, caricias, abrazos, rozamientos, frotamientos… tampoco tienen ningún riesgo frente al VIH.
Coito vaginal
Sin preservativo, se puede producir la transmisión tanto si la persona infectada es el hombre como si es la mujer. Si es el hombre el que está infectado, el semen va a estar en contacto con la mucosa vaginal durante un tiempo y aunque no haya eyaculación, debemos pensar en el líquido preseminal, que a veces arrastra algo de semen y si es infeccioso para otras ITS, lo que aumenta el riesgo para la mujer. En el caso de ser la mujer, el flujo vaginal y los restos de sangre de la menstruación, cuando existen, entrarán en contacto con la mucosa del glande y el orificio de la uretra. En ambas situaciones existe un elevado riesgo de transmisión. Tanto el semen como el flujo vaginal de personas infectadas contienen una elevada cantidad de virus (carga viral).
Las mujeres son muy vulnerables ante el VIH. Algunas situaciones especiales, por ejemplo, la menopausia, aumenta esta vulnerabilidad porque el epitelio vaginal ha perdido grosor y se lesiona más fácilmente. Además al no existir ya peligro de embarazo, puede bajar la percepción del riego y se tiende a usar menos el preservativo.