¿Es correcto pegar a un perro con el fin de educarle?
Hace una semana contacté con un adiestrador, que vino a mi casa a evaluar a mis dos perros. Mi perra, que es de mayor tamaño que mi perro, a veces se le lanza a morder. Creo que no son más que las típicas peleas de perros, aunque es algo que me gustaría vigilar de cerca. Total, el chico este, el adiestrador, vino a mi casa e interaccionó con ambos perros mientras yo le hacía saber cuál era el comportamiento de mis perros en casa. Cuando el adiestrador interaccionaba con mi perro pequeño, en un momento dado, ya que es muy asustadizo, le intentó morder al adiestrador, y mi perra grande, que domina, se le lanzó (a veces le pega toques de atención con las patas, o le somete de alguna manera). El adiestrador, a sabiendas de que a veces le mordía, alargó la mano y le pegó en el morro antes de que llegara. El golpe fue rápido y la perra se sorprendió. Fue efectivo, fue una torta que mi perra no se esperaba y enseguida reculó. Esta torta no me pareció del todo incorrecta, fue efectiva y evitó que mi perra grande, alterada, hiriera a mi perro pequeño. A continuación salimos a la calle, donde me dio consejos para que no tirara de la correa. Mi perra grande se pone muy nerviosa cuando ve otros perros, va directa donde ellos, con buenas intenciones, pero llorando y tirando mucho de la correa. El adiestrador le pegó un tirón y le pegó dos tortas en la cara. La perra captó el mensaje, funcionó, empezó a obedecer mucho más y mantuvo la calma la siguiente vez que se cruzó con otro perro. Además con el adiestrador nunca tiraba donde generalmente conmigo lo hace. Pero me quedé mal. Ciertamente mi perra es una perra muy enérgica y cuando se cruza con otro perro no responde a nada que yo le diga, pero me dio pena que le pegara, sobre todo cuando le golpeó en la cara, no tanto cuando lo hizo en el costado (el tercer golpe, la segunda vez que nos cruzamos con un perro), que pareció más un toque de atención que otra cosa. ¿Hasta qué punto esto podría ser correcto? Le pregunté si eso era normal, y él me respondió: "Sé que esto impacta, pero cuando hay dos perros y uno de ellos es tan nervioso, tan enérgico, a veces prefiero acojonarle un poco al principio, solo al principio, para que me preste atención. Trabajo mucho lo positivo, pero en este tipo de situaciones prefiero hacerlo, al principio, así". No tuve forma de decirle nada. Ciertamente aplicaba estímulos positivos cuando hacía las cosas bien, y mi perra aprendió al instante cómo iba el asunto. "Cuando se acerca a un perro de esa manera, es como si una persona se te acercara diciendo '¿Qué pasa, gilipollas?, te voy a reventar', aunque esa persona viniera con buena intención, pues sería, quizá, su forma de interaccionar con sus amiguetes, tú reaccionarías de mala manera, alejándote, enfrentándolo o como sea. Ahí es cuando se te puede liar." Mi perra tiene tres años, es un pitbull. Me ha dicho que no será necesario darle más tortas, pues aprende muy rápido, excepto momentos puntuales en los que haya que advertirle, sorprenderle, cuando se altere mucho. La verdad es que si le hubiera dado una torta más, yo hubiera reaccionado, pero ha sido una sesión corta, una evaluación simplemente. No entiendo del tema, así que no sé qué pensar. Aunque sí que es cierto que hay formas y formas de sorprender a la perra sin pegarle necesariamente. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Cambio de adiestrador o esto es algo acertado?
No te preocupes, probablemente esos golpes sean reflejo de la educación que le inculcaron, así que el trabajo está hecho. Me esforzaré por encontrar un buen etólogo. Gracias. - Axel Rivera