Como logro la transcendencia completa de lo vanal a lo espiritual

A menudo pienso en convertirme en taoista puro pero como puedo deshacerme de todo lo que no sea estrictamente necesario y de los deseos superfluos. Para lo cual he planificado que quizás en un futuro próximo podría irme a vivir a una cueva pero quiero tener calidad de vida y salud, no vivir de cualquier manera. Si lo piensas, cualquier necesidad es creada, excepto comer, dormir y respirar pero... ¿Debo fiarme de mi instinto para lograr la transcendencia y convertirme en un ser completamente puro? Quiero ser libre de todo deseo vanal y no depende de nada pero sin renunciar a la calidad de vida. Supongo que tener unos cuantos enseres y útiles que faciliten mi calidad de vida no esta reñido con el taoísmo, ¿o si lo está?

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El taoísmo no tiene ninguna regla a seguir. Se aleja de lo superficial en un sentido espiritual, no físico. Se puede ser taoísta viviendo una vida totalmente convencional e integrado en la sociedad. La idiosincrasia del taoísmo es la aceptación y el no juicio. Es más una actitud ante la vida que un estilo de vida concreto. Te dejo dos de mis artículos sobre el tema. Un saludo

"El taoísmo es jazz"

http://experienciascumbre.es/el-taoismo-es-jazz/ 

"Como el ying y el yang"

http://experienciascumbre.es/como-el-yin-y-el-yang/ 

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No conozco a fondo la filosofía taoista. Pero entiendo que si hablas de dejar atrás todo lo material, entonces para ti, el comer bien y el rener buena salud, interferirá con la puereza que desees lograr de tu filosofía, porque a final de cuentas, son vanidad y cosa material

El tener buenos deseos no cuenta si no se llevan a cabo y para realizarlos, no debes ver como sacrificio el dejar atrás todo lo que tenias y te había sentir feliz porque lo veías como objetos que satisfacían tu necesidad. Al cambiar tu pensamiento, tu necesidad ya no será la de tu cuerpo, (vestir, comer, beber, etc); sino la necesidad la tendrás en la satisfacción de tu espíritu, tu filosofía, tu forma de pensar, por esto, todas las cosas materiales pasaran, y automáticamente, dejaran de estar en tu interés.

Mientras tengas conflicto entre dejar o no dejar atrás las cosas que satisfagan el cuerpo, entonces no seras un verdadero creyente, y solo perderás el tiempo, afectando además tu vida social y tu salud.

Interesante reflexión pero no exacta, ya que no solo tengo un espíritu, también tengo un cuerpo... Claro que lograr la transcendencia total implicaría el abandono de mi cuerpo, luego lo que seria incorrecto es mi descripción de lo que pretendo lograr, quiero decir que quizás no me he expresado bien. Me refería a lograr mi máximo potencial espiritual sin abandonar mi cuerpo. (Aunque Lao Tse decía que ninguna filosofía es perfecta).

Pues en realidad son conceptos demasiado abstractos, conocidos solo por quienes han logrado esos "niveles". Para quienes no tenemos ese alcance, las explicaciones se basan en ideas o conceptos personales adquiridos con la experiencia cotidiana, la mayoría ni siquiera son conceptos meditados, sino simples inspecciones de causa y efecto.

La idea es presentar una opción, para que la analices y veas si vale la pena meditarla o no.

En todo caso, siempre tendrás la libertad de elegir. Aunque el libre albedrío, también sea causa de meditación.

Que estés bien, y por favor, no olvides calificar la respuesta, exacta o inexacta, tu eres el juez y yo solo el materialista que se conforma con una puntuación aun y que de esta no obtenga más que la vanidad de ver un numero, tan abstracto como la ideología que se pretendió conceptualizar.

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Si quieres conseguir la pureza tienes que tener un objetivo recto o puro, ya que no la conseguirías si el objetivo es una vanidad, la satisfacción de una supuesta perfección (que no sería tal ya que solo la caridad es vínculo de perfección).

No puedes conseguir la pureza si el objetivo, en definitiva, eres tú mismo, tu propia vanidad.

Para la pureza necesitas guiarte por el amor de verdad, por una rectitud de intención, obedecer a Dios.

Y no, no es suficiente el instinto.. Necesitas la gracia de Dios, que ilumine tu razón, y te dé fuerzas para lo auténtico y verdadero, para hacer Su Voluntad, que es con lo que podrás ser realmente libre.

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En primer lugar deberíamos hablar de lo superfluo y de lo necesario. Quizá lo superfluo sea necesario. Veo una incipiente necesidad de huir del mundo real para convertirse en algo que no pertenece al mundo real. No hay que olvidar que si venimos a este mundo no es para huir de él, sino para afrontarlo. La vida conlleva ciertos aspectos que están ahí por algún motivo. La pureza no es posible, de hecho es un concepto contrapuesto a la vida. Sin embargo, por contradictorio que parezca, la voluntad de mantenerse puro en un entorno de "mierda" tiene sentido. La pureza entendida como la liberación de todo lo que consideras banal por satisfacer a los sentidos, es una pureza propia del espíritu, no del ser humano como tal. El ser humano lo es gracias a que tiene vida y la vida como tal implica que se combinan un cuerpo y un espíritu. Hemos de aprender a vivir en la dualidad de lo que somos, que implica atender tanto a la parte física como a la espiritual. No vale renunciar a una en beneficio de la otra, sino que es la comunión de ambas lo que hay que buscar. La teoría es que esa comunión, puede ser perfecta, pero para que lo sea, hay que entender de que va esa perfección. La perfección y la pureza tal y como la planteas no es posible en este mundo, como decía por el hecho de la vida. Tal perfección pertenece al mundo del espíritu. Por eso, pretender vivir de acuerdo a una regla que no es de este mundo resulta impropio y por tanto imposible y en consecuencia cualquier intento en este sentido solo traerá el desequilibrio a la vida. Lo que perjudica en estos juicios, es la idea preconcebida de lo que es superfluo o necesario, que da lugar a que una parte de nosotros censure a la otra. El cuerpo y el espíritu siempre van a estar en conflicto y en armonía a la vez. Lo único que puede mantener nuestro equilibrio es precisamente, ser conscientes de esta realidad. Hay que tener una vida espiritual que no se oponga al cuerpo y una vida física que no se oponga a la espiritual. Si se intenta suprimir cualquiera de estas dos facetas de las que estamos hechos, se renuncia a una parte de lo que uno es. Creer que con ello hace el bien o se va a evitar el sufrimiento es un error. Irse a vivir a una cueva es lo último que un ser humano debería hacer. Huir, no es ni el deber ni la solución de esta vida. Tampoco lo es luchar contra todo en pro de una fe ciega. El templo sagrado habita en el interior de cada uno y es ahí donde hay que dirimir todas las cuestiones que la vida te va planteando. No hay un estado en el que dejen de plantearse esas cuestiones incómodas que nos evidencian nuestra imperfección. Buscar tal estado es negar la obligación más básica de la vida que es justamente afrontarlos. La comodidad de espíritu que persiguen quienes renuncian a la vida física es impropia de esta vida. Lo propio de esta vida es luchar día a día y experimentar los placeres y sufrimientos que derivan de nuestras decisiones. Hay que aprender a decidir, para lo cual, debes aprender quien eres y viceversa, aprenderás quien eres a partir de tus decisiones. Ellas harán que cambies o reafirmes tu conducta y de ello aceptarás las consecuencias de tus actos, que soportarás, porqué serán el fruto de tus decisiones. Esto nos lleva a la cuestión principal y es que uno ha de reconocerse como el único responsable de sus actos y por tanto de su vida. No culpar a los demás, ni al mundo, ni al sistema. Tú, eres la máxima expresión de ti mismo, no el producto de un sistema ni de una vida inmersa en circunstancias incontrolables. Hay que aceptar esa parte de nosotros que no nos gusta y de la que a menudo se quiere huir negando su existencia " la sombra". Ocultar la "mierda" o ignorarla, no funciona. La solución es reconocer que tenemos defectos incluso que no entendemos el porqué los tenemos pero ahí están. Afrontarlos como algo que existe y que está ahí y que no nos va a dominar, del mismo modo que no tropiezas con los muebles de tu casa porque sabes que están ahí, simplemente das un rodeo y así evitas hacerte daño. Si ignoras lo malo que hay en ti, eso te dominará. En cuanto empiezas a reconocer que no eres perfecto y que hay partes de ti impregnadas de "mierda", empiezas a ver a los demás como iguales y más importante aun, como compañeros de viaje, como la única fuente para saciar tus necesidades de placer, sosiego, comprensión, diversión y amor de esta vida. Se te pasaran esas ganas de querer acceder al paraíso de los perfectos porque entenderás que la única perfección está aquí, en el mundo real, rodeado de gente tan imperfecta como tú y que son lo único que hay y lo único que tienes. Evadirse de este mundo en busca de la perfección y la pureza, implica perder todo aquello que los seres imperfectos como tú, pueden darte. En efecto, lo mejor de esta vida, está entre la "mierda" y si renuncias a ella jamas lo descubrirás. La "mierda" está en todas partes, por lo que no puede uno librarse de ella; va enganchada a lo mejor que hay en nosotros. Por la misma razón, quien solo se centra en la "mierda" la ve en todas partes porque "mierda" nunca falta. Lo que hay que entender es que para ver lo bueno hay que aceptar lo potencialmente malo porque forman parte de lo mismo. Si esto resulta costoso quizá sea por la falsa idea de pureza que tenemos asumida que dice que en algo manchado es imposible hallar la pureza. Esa idea es FALSA. Precisamente en lo manchado, es en el único sitio en el que tiene sentido hallar algo puro. Piénsalo. Que mérito tendría ser bueno sin dificultades para serlo. Qué mérito tiene ser educado con quien es maleducado contigo. La principal ley de la vida y que no se quiere entender es que esta vida no se ha hecho para contentarnos y darnos la vida resuelta sino que si tiene sentido el que estemos aquí es precisamente porque vivir, tiene un propósito, que es posible alcanzar no sin dificultad. El propósito es vivir y no morir en el intento. Haciendo honor a lo que somos. Cuerpo y espíritu. No desperdiciando ni negando ninguna de estas dos partes.

Quien teme a la "mierda", teme las relaciones, teme luchar, teme perseguir sus sueños, solo ve "mierda" y solo piensa en la forma de librarse de ella. Así, rodeado de "mierda" se centra en buscar formas "puras" para salir de ella, como la religión, el retiro, la penitencia, el abandono, etc. Se cree que ir en busca de ese sueño de perfección es el camino de salida y se cree que por hacer eso, se está en un nivel más elevado que los demás, cuando en realidad se es un cretino.

Mi consejo es que no castigues a tu cuerpo por lo que quiera hacer tu espíritu y que no castigues a tu espíritu por lo que quiera hacer tu cuerpo. Halla la manera de que tus actos y tu conciencia den cumplimiento a las exigencias y necesidades de tu espíritu y de tu cuerpo. Esto por si solo, evitará que las sensaciones colapsen tu espíritu evitará también que llevado por un sueño de espiritualidad, no vivas lo que tu cuerpo y tu mente necesitan de este mundo.

Estar vivo, es ser consciente. Gracias a ello "somos" y hay que aceptarlo, para lo bueno y para lo malo. No hay panaceas ni evasión posible. El juego es vivir en la imperfección, no ver cómo te libras de vivir en la imperfección. El juego es lograr el equilibrio renunciando a veces a unas cosas y otras veces a otras, no es decantarse por tu cuerpo o por tu espíritu, eso es negar parte de lo que eres y sea cual sea la que niegues, te destruye. Por lo tanto, no hay más opción que vivir en la dualidad. Otro concepto a desechar es que "No hemos venido a sufrir" Quien cree esto es que no acepta su papel en la vida. Hemos venido a este mundo a aprender a vivir, no a aprender la forma de renunciar a vivir. La vida espiritual, no es vida, porque la vida no es espiritual, es física. Por tanto, la vida es en parte espiritual y en parte física.

Ahora bien, la vida humana, se basa en el sentido. El sentido es lo que permite la acción. Sin un sentido, la acción no se justifica y el cuerpo no responde. Que el sentido se conozca o no, es otro tema. El sentido vive en el subconsciente y para actuar no siempre debe pasar al consciente. La mayoría de nuestras acciones vienen por lo que tenemos aprendido o decidido a nivel subconsciente así que las causas no siempre precisan hacerse visibles. Basta con que el consciente observe lo que el cuerpo hace en cada momento, para darse cuenta de si lo aprueba o no. En cierta manera el consciente ratifica lo que hace el subconsciente aunque en el proceso, el subconsciente también vierte información que puede entrar en conflicto con los deseos del consciente, lo que revelará la existencia de un conflicto. Si nuestro subconsciente nos "traiciona" es porque a nivel consciente aun no hemos aceptado ciertos aspectos de nosotros. Es decir, el ser humano viene "de serie", equipado con una serie de "funciones" que puede o no querer desarrollar pero eso no niega su capacidad para hacerlo. Las "funciones" que resultan impensables, o desechables, o inaceptables, son la funciones que más probablemente seremos propensos a negar que tenemos, sin embargo, las tenemos. ¿Por qué mucha gente se pregunta cómo es posible que ciertas personas hagan ciertas cosas? Porque obviamente no conciben todo lo que el ser humano es capaz de hacer y la razón es que no entienden el motivo por el que se es capaz de hacerlo.

El problema entiendo es ¿Cómo lograr el equilibrio entre espíritu y cuerpo? Viviendo bajo cierta moral. ¿Se puede escoger la moral? No. La moral social sí es variable según el lugar y la época. El individuo, por contra, descubre su propia moral a medida que vive. Lo que significa que en su interior vive el modelo que le proporciona las respuestas que necesita. Conócete a ti mismo. Pero no desde un cueva, sino viviendo. No entregando tu voluntad a la voluntad de otros, sino ejerciendo y soportando las consecuencias de tu propia voluntad. No sucumbiendo a la moral de otros, sino viviendo bajo tu propia moral. No renuncies a ser quien puedes ser por creer que el mundo es un lugar demasiado desastroso, injusto o contradictorio. A pesar de que todo ello es cierto, hay tras esa apariencia, otro mundo maravilloso que hay que descubrir.

No, yo no hablaba de perfeccionismo, el cual se que es inalcanzable, hablaba de perfectibilidad. No busco ser perfecto pero si estar más cerca de la perfección.

Una mariposa no es perfecta, antes de la metamorfosis era un gusano, pero cuando se transforma en mariposa, puede volar.

Lo que planteas es que la sociedad es parte de mi mismo, sin embargo, de lo que he aprendido del taoísmo, yo interpreto lo contrario: La sociedad me aleja de mi mismo.

Entiendo que el mundo es uno, yo no lo quiero cambiar, acepto que la vida no es perfecto y que yo nunca lo seré pero al mismo tiempo, la influencia de la sociedad es una barrera para el espíritu. Tienes razón en que no se puede alcanzar una pureza completa si tienes un cuerpo físico pero... Si puedo deshacerme de deseos banales escogiendo no desearlos y eso a mi entender es una liberación, por tanto, si pudiese desprenderme de todo deseo material, lo cual es imposible al 100%, alcanzaría la pureza.

En cualquier caso, has puesto mucha información útil que me proporcionara horas de meditación y lo voy a tener muy presente para reflexionar.

Quizás el simple deseo de ser más puro, me este alejando de la pureza, pero Lao Tse ya dijo que ninguna filosofía es totalmente correcta.

Y con tanta mierda, me han entrado ganas de ir al baño.

Gracias por tu sincera reflexión.

Tal como dices, el mundo no te acerca a ti mismo, sino que te aleja de ti mismo. Podría interpretarse como una prueba de que cada uno es dueño y capaz de mantenerse cerca o lejos de un mismo. El mundo no va a velar por ese acercamiento, ya que eso significaría que estaríamos en un mundo espiritual o perfecto, en cuyo caso, tal preocupación ya no tendría objeto. ¿Ves por dónde voy?

El Taoísmo no enseña nada que no puedas practicar a diario, mediante tu propio entendimiento. La verdadera inspiración está el propio entendimiento. Resulta positivo conocer, estudiar de todo, pero a la hora de la verdad, soy partidario de no ser "nada". Yo soy yo y soy libre de cambiar en cualquier momento en función de mis circunstancias y de mi mismo. Los matrimonios intelectuales o morales no me van. Acaban en divorcio.

La vida es larga o corta según se mire pero es propia. La gente entrega su existencia con suma facilidad, creyendo que fuera van a encontrar soluciones a los problemas que se encuentran dentro. Mi opinión es que en la medida en que te entregues a la moral o a la mentalidad de otro, estas anulando tu propia iniciativa de raciocinio y de libertad. Sin embargo, la gente adora que le digan lo que ha de hacer para librarse de las penas de este mundo, hasta el punto que se hacen portadores y transmisores de esas ideas. Mi fe, es mía, porque deriva de mi entendimiento, y más me vale que sea así, porque jamás aceptaría pagar las consecuencias por seguir la fe de otro.

La única idea que te va a liberar ya la tienes dentro y ninguna doctrina la va sustituir por otra mejor. La idea que salvará al mundo, no está en ningún libro ni religión, está en lo que sencillamente cada uno decida y sea capaz de entender y hacer con su vida. Cuantos más adeptos hay a cualquier ideología o religión tanto peor para el mundo porque siempre habrá detractores, que son la consecuencia natural a quienes pretenden ser más que los demás.

* * * * en cuanto a lo banal

Hablar de lo banal es delicado porque yo puedo decir una cosa pensando de una manera y tu lo puedes entender pensando en eso mismo desde otro ángulo, pero en definitiva diría que de lo que se trata es de ser lo más libre posible, llegando a poder prescindir de todo llegado el momento, si eso se interpone entre lo que yo soy según mi juicio moral.

Si uno es muy sensible al dinero, por ejemplo, siempre será vulnerable a ser manipulado o seducido o dominado por el dinero. Lo mismo ocurre con todo, el placer, el lujo, el poder, etc. Entiendo que prescindir de lo banal, se refiere a prescindir en un momento dado de aquello con lo que los demás o uno mismo, te puedan dominar.

Para mi, banal sería lo que de alguna manera pudiera interferir en mi conciencia si llegado el momento me viera obligado a escoger. Así pues, lo banal es todo. Todo excepto yo mismo, es banal y no porque me de importancia, sino porque entiendo el valor que hay en mi que por su puesto no he puesto yo. Yo estoy aquí solo para vivir el regalo de la vida y pasar por las penurias precisas para aprender lo que debo. Y cada día aprendo cosas.

Creo y disculpa mi lenguaje, que el dilema se centra en la moralidad. Parece que en este mundo, para ser digno haya que renunciar a lo material o centrarse en una vida más espiritual. FALSO. Esa es la mayor hipocresía y perjuicio que se puede ocasionar al mundo. Es como ir a misa los domingos y el resto de la semana "joder" al prójimo.

Quieras o no, espiritual o no, te guste o no, recluido o no, sigues formando parte del problema, solo que no te alimentas de él. La solución moral, pasa por tener una vida activa, cargada de problemas y a pesar de eso, ser capaz de salir adelante, subsistiendo, obteniendo lo que necesitas del mundo, aceptando tu papel y tratando de hacer que sean mejores segundo a segundo. El domingo vete al campo.

La moral se puede manipular, especialmente cuando hay temas vitales por medio, así que no es difícil creer que uno hace lo correcto porque es necesario. Lo que hace falta preguntarse realmente es cómo quiere uno vivir y a continuación la vida te da la respuesta. Y esto es cada día, no hay fórmulas perpetuas. Solo uno mismo con el paso del tiempo puede inducir quien es en base a lo que ha hecho.

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