En general por puro instinto de supervivencia.
Somos animales y estamos diseñados para luchar por vivir, para rechazar la muerte.
Solo cuando dominamos el instinto, cuando razonamos, asumimos que es inevitable y que no sabemos que hay después. Entonces sí uno piensa que hay algo más, que no solo somos materia, es más facil aceptar la muerte como un cambio en la forma de vida.
Si la persona fallecida es además un ser querido el dolor es por nosotros mismos, por egoismo, porque sabemos que mientras vivamos no la vamos a poder ver. Aunque pensemos que viven de otra manera, incluso mejor que está, o que han vuelto al origen de la vida, a Dios o que se han reencarnado, que cuidan de nosotros... etc .