Por un lado te sugeriría tomar durante una temporada, uno o dos dientes de ajo crudos al día (puedes tomar el primero que tomes entero, masticándolo, y luego, los demás, picados en trozos pequeños y echados en cualquier comida); eso por si pudiera haber infección.
Y por otro lado, hablas de ansiedad, y la das como una reacción secundaria que consideras normal; también puede ser previa y hacer que estés pendiente de estos síntomas; en concreto con respecto a los acúfenos que refieres, para lo que no hay un tratamiento muy eficaz por un lado, y también es habitual el que estén factores de ansiedad implicados; por un lado te recomendaría que una vez que hayas hecho, al respecto, lo que consideres razonable, intentes olvidarte del asunto, sin estar pendiente del mismo; el cerebro se puede acostumbrar y dejar de percibirlo, cosa que no ocurrirá si estás pendiente, y con mucha carga emocional al respecto.
También te recomiendo evitar la ansiedad en general, y para ello afrontar de la mejor manera tanto la vida, como los acontecimientos; no vivas para ti mismo, sino que piensa en el bien de verdad que puedas aportar, con la gracia de Dios; y a la hora de afrontar los acontecimientos, o las circunstancias aparentemente adversas o que te causen molestias, como esos síntomas que refieres, no los enfoques desde el mero prisma de tus intereses particulares, o desde la mera comodidad o no, sino que enfócalos pensando en el bien de verdad que puedes hacer con ellos, e incluso gracias a ellos. El no estar centrado en ti mismo, te ayudará a no darle más importancia a los síntomas de la que tienen, a ponerlo todo en su sitio, y también colaborará con tu salud, ordinariamente.