I. Hola Eva, ¿Ya se efectuó el divorcio? Puede que esta información ayude.
¿Es el divorcio la solución?
EN Gran Bretaña, un ministro religioso da la bienvenida a los presentes en una ceremonia. Delante de él se encuentra una pareja con un grupo de amigos íntimos y algunos niños. ¿Una boda feliz? Todo lo contrario. Con esta celebración se reconoce el final de su matrimonio. En efecto, el divorcio se ha vuelto tan frecuente que algunas iglesias han incluido ceremonias de divorcio en su liturgia.
¿Está usted pensando en divorciarse? Si así es, ¿Llevará una vida más feliz después de romper su matrimonio? ¿Qué consejos prácticos pueden ayudarle a conseguir la felicidad junto a su cónyuge?
“Tienen que llegar a ser una sola carne”
Cuando Dios casó a la primera pareja humana, indicó que el hombre “tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne” (Génesis 2:24). Por lo tanto, el matrimonio sería una unión permanente. Jesús más tarde declaró que la “fornicación” es, según las Escrituras, el único motivo para divorciarse y poder contraer nuevas nupcias (Mateo 19:3-9). *
Esto recalca la importancia de que exista un sentido de compromiso en el matrimonio. Pero ¿y si usted considera que sus problemas maritales son muy graves?
¿Es el divorcio el proceder más sabio?
Jesús estableció un principio por el que podemos evaluar nuestras acciones cuando dijo: “La sabiduría queda probada justa por sus obras” (Mateo 11:19). ¿Qué indican los resultados de la abundancia de divorcios precipitados que se producen hoy día?
“Las ventajas del divorcio se han sobrestimado”, afirma Linda Waite, profesora de Sociología de la Universidad de Chicago, quien dirigió un equipo de investigación sobre matrimonios desdichados. Asimismo, después de pasar once años analizando las respuestas de miles de personas, el profesor de la Universidad de Oxford Michael Argyle descubrió que “los menos felices en la sociedad son los divorciados y los separados”. ¿Cuál puede ser la razón?
Aunque el divorcio logre eliminar algunos problemas, también puede desencadenar una serie de sucesos traumáticos sobre los que se tenga poco control. Además, las investigaciones demuestran que el divorcio normalmente no reduce los síntomas de depresión ni aumenta la autoestima.
Aun cuando no se tenga “el matrimonio perfecto”, permanecer junto al cónyuge quizás reporte beneficios. Muchos que han tomado esa resolución han hallado la felicidad. La profesora Waite asegura: “Con el tiempo, muchas dificultades se resuelven, y las personas casadas tienden a ser más felices”. De hecho, un estudio revela que casi 8 de cada 10 personas que en un momento se sintieron “muy infelices” en su matrimonio pero que no se divorciaron, afirmaron estar “felizmente casadas” cinco años más tarde. Por tanto, las parejas hacen bien en no divorciarse de forma apresurada, incluso cuando hay problemas graves.
Consejos prácticos
Los que están pensando en el divorcio se deben preguntar si sus expectativas del matrimonio son realistas. Los medios de comunicación han vendido la imagen de la relación romántica que culmina en una boda muy lujosa con un final de cuento de hadas. Después de la boda, si las elevadas expectativas no se cumplen, la decepción puede generar conflictos. Cuando las tensiones se acumulan, llega un momento en que los sentimientos heridos dominan las emociones. El amor se desvanece, y con el tiempo, lo sustituyen la ira y el odio. En esas circunstancias hay quienes piensan que la única salida es el divorcio (Proverbios 13:12).
Si ese fuera su caso, en lugar de permitir que los sentimientos negativos influyan en su punto de vista, frecuente la compañía de quienes tienen un firme sentido de compromiso en el matrimonio. A los cristianos se nos insta a ‘seguir consolándonos unos a otros y edificándonos unos a otros’ (1 Tesalonicenses 5:11). De seguro las parejas con problemas necesitan ánimo de sus hermanos en la fe.
La importancia de las cualidades piadosas
“Vístanse de los tiernos cariños de la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y la gran paciencia”, exhortó el apóstol Pablo (Colosenses 3:12). Las cualidades piadosas pueden salvar el matrimonio en tiempos de crisis.
Por ejemplo, Pablo escribió: “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro” (Colosenses 3:13). Christopher Peterson, psicólogo de la Universidad de Michigan, dice: “El perdón es la característica más ligada a la felicidad”.
La bondad, la ternura y el perdón llevan al amor, que es “un vínculo perfecto de unión” (Colosenses 3:14). Lo más seguro es que usted estuvo felizmente enamorado en algún momento. ¿Puede recuperar el amor que sintió? Sin importar lo difíciles que sean sus circunstancias, no se desanime. Todavía hay esperanza. Permanecer juntos y aplicar los principios bíblicos quizá produzca más felicidad de lo que usted imaginó. Además, sus esfuerzos en ese sentido sin duda regocijarán a Jehová Dios, el Creador del matrimonio (Proverbios 15:20).