Es normal que no quiera tener pareja
Tengo 29 años nunca he tenido pareja solo me dedico a trabajar y me pasa que me importa una verdadera mierda lo mismo que el amor solo me refugio en el trabajo en ahorrar lograr metas debido a trancas del pasado también me gusta estar solo ya cuando uno esta dañado no hay vuelta eso asi
2 Respuestas
Si esta mal, ya que somos, seres sociables. Y como persona tienes necesidades fisiológicas . que debes satisfacer (de buena manera). Necesitas cambiar tu rutina. Y vas a ver que hay más cosas que te pueden causar satisfacción. Hace deporte, salí de paseo a un pueblo, etc. ROMPE la Rutina. Y veras la vida diferente.. y anda donde el PSIQUIATRA. A veces tenemos malos niveles de hormonas, y con medicamentos específicos los niveles de estas sustancias mejoran y vemos la vida mejor
De partida si hago deporte pero no me interesa tener pareja yo ya quede dañado mentalmente por culpa del pasado por culpa de gente de la gran mierda así que trabajar me protege
Basta leer como te expresas. Anda, te va a servir mucho. Por lo general cuando estamos mal con algo, todos lo vemos menos el que esta pasándolo mal.. Todos pasamos por eso.
No es obligatorio; y de hecho, podría significar un don de Dios, si lo decidieses por el Reino de los Cielos. En tu caso, no parece que sea exactamente no querer, al menos no de momento (quizá Dios se valga de esas circunstancias para sus altos fines); parece que estás furioso por lo que crees que te ha tocado vivir; yo te recomendaría primero hacer crecer tu personalidad, aceptando tus circunstancias, y para ello, nada mejor que una buena dirección en la vida; no vivas para ti mismo, pensando en tu mero enriquecimiento, o agrado, sino que piensa en todo el bien de verdad, según Dios, que puedas hacer en la vida. Te recomiendo frecuentar los Sacramentos; y también en la oración podrás ir viendo las motivaciones por las que te mueves, para poder ir depurándolo todo, pidiéndole a Dios luz y fuerza para amar de verdad.
Piensa que para hacer el bien sirve todo, ya sean limitaciones o circunstancias aparentemente incómodas o adversas. Dale gracias a Dios por todo, ya que quizá esas circunstancias que te han parecido dolorosas, o incómodas, de las que te quejas, te facilitan tu salvación eterna.