Israfel es el titulo de un poema de Edgar Alan Poe (protagonista, a su vez, de la obra teatral): Israfel Por Edgar Allan Poe Vive en el Edén un alma, "de su corazón las cuerdas un laúd entrelazaron". Cantar más bello no existe Que el del ángel Israfel. Dice el mito que los astros Acallan su estelar himno Ante su voz y su hechizo. En el cielo, temblorosa, La luna embelesada De amor se sonroja. Para escuchar su lira El relámpago (Con las siete Pléyades) Su fuego demora. Todos ellos dicen (el coro de estrellas y los otros que escuchan): Que arde de Israfel la lira Y al pulsar las vivas cuerdas Un trémulo canto brota. Pero es en las alturas Que el ángel Pasa sus días, Donde las ideas Sólo pueden ser puras Y el Dios Amor ha crecido, Donde el mirar de las huríes Se embarga del esplendor Que adoramos en los astros. Israfel, aciertas tu arte Al despreciar ese canto Entonado sin pasión. Tuyos son los laureles: ¡Eres el más grande sabio! ¡Vive eterno y plenamente! Tus dones brillan perfectos En el éxtasis supremo. Tu pena, tu honda dicha, Tu amor, tu desesperanza En tu laúd resplandecen, ¡Cómo no han de callar los astros! Son, sí, tuyos los cielos. Pero la Tierra está hecha De pesares y alegrías. Nuestras flores se marchitan Y de tu encanto la sombra Es el sol que nos cobija. Si donde Israfel yo fuese Y él mi morada habitara, tal vez no sería tan bella Su terrenal melodía. Tal vez mi lira tocase Desde los sagrados cielos, Oda más audaz que ésta. ----------- Israfel, o Israfil, es un ángel, el ángel de la música. Su nombre significa en la tradición árabe "El Ardiente". Es el ángel de la resurrección y el canto. Según dicha tradición, Israfel allanó el camino a Gabriel, sirviendo de guía acompañante a Mahoma durante tres años, a quien inició en el trabajo de ser profeta. En una variante islámica del relato del Génesis sobre la creación de Adán, Alá envía a Israfel, Gabriel, Miguel y Asrael (el ángel de la muerte), en busca de siete puñados de polvo, necesarios para hacer el progenitor de la humanidad. Según la leyenda, solo Asrael regresó triunfante. Por eso Edgar Alan Poe hace mención de él diciendo "ángel Israfel, las cuerdas de cuyo corazón son un laúd, y el que tiene la más dulce voz entre todas las criaturas de Dios". Otras descripciones lo presentan como un ángel de cuatro alas que, "teniendo a sus pies bajo la Séptima Tierra, su cabeza llega a las columnas del trono divino". También se dice que será el ángel que deberá tocar la trompeta en el día del Juicio Final.