Sobre la tonalidad

Hola. Soy un gran aficionado a la música clásica pero sin grandes conocimientos teóricos (algo así como segundo de solfeo). Mi pregunta es la siguiente: asumiendo que el oído absoluto es una cualidad de la que la inmensa mayoría de las persona carecemos (incluidos muchos y muy ilustres compositores), ¿por qué se le da tanta importancia a la tonalidad de una composición? Es decir, ¿no sonaría igual, por ejemplo, la segunda sinfonía de Schumann (en Do mayor), si se ejecutase en Re mayor? Intuyo que en una composición orquestal, esto puede tener que ver con las diferentes texturas que se obtienen en función del rango tonal de cada instrumento, aunque si es así, no sé cuál podría ser la razón para composiciones para un solo instrumento. Bueno, gracias por tu respuesta y un saludo.
Agustín
Respuesta
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Opino que el sonido es infinito, al igual que los números. Podemos encontrar sonidos de frecuencia muy baja o alta hasta el infinito. A pesar de eso, el oído humano solo es sensible a las frecuencias de onda situadas entre los 20 y los 20.000 Hz, aunque a un adulto ya le cuesta oír por encima de los 12.000 hz.
Para mí, los nombres de las notas, do re mi..., solo tienen un valor nominal, puesto que al largo de los siglos su altura oficial ha ido cambiando, desvirtuando su identificación con un numero determinado de frecuencias, el do de hoy en día no es el mismo do que oia Bach, pues a lo largo de la historia y de las culturas han habido muchos tipos de afinaciones, escalas y temperamentos, con muchas variaciones y desviaciones, es ciertamente un tema complejo.
El temperamento de cuarto de comma es apropiado para la música del renacimiento, el de sexto de comma para el barroco y el clásico, y el temperamento igual para el periodo romántico y actual, que serian difíciles de explicar pero que vienen a ser distintos tipos de temperamento de una escala.
Asi que quiza la sinfonia en do de schumann la escuchemos igual ahora que en su epoca pero un concierto de bach ya no, a no ser que se cuiden de afinar en la frecuencia original del barroco que era el la a 438 hz, creo recordar, y ahora es a 440, y hay grupos instrumentales que lo hacen.
El oido absoluto es la capacidad de reconocer el nombre de una nota al escucharla aisladamente, sin ningun contexto musical. Es una rara cualidad que solo se da en una persona cada 10.000. Mozart y otros musicos tenian oido absoluto pero eso no es condicion esencial para hacer musica. El tema ha sido estudiado y parece que tiene que haber cierto grado de aprendizaje, quiza en una epoca critica de la infancia.
Eso es la definición académica, pero yo no estoy de acuerdo porque hablar de reconocer el nombre de las notas para mi es muy subjetivo, lo exacto seria decir,... mira, ese sonido tiene una frecuencia de 560 hz... Es cierto que Mozart de niño era muy sensible a las disonancias, que le hacían llorar, y que pudo distinguir un sol sostenido en el gruñido de un cerdo, y fueron corriendo al piano a comprobarlo y efectivamente, así fue, pero yo discrepo en que ese sol sostenido puede variar según las afinaciones y temperamentos y que lo correcto seria definir el numero de frecuencias de ese sonido de manera científica.
Asimismo, creo personalmente que las predilecciones de algunos compositores por ciertas tonalidades corresponden más a un hecho físico de identificación de la escala en el piano o en un instrumento por su facilidad o dificultad de ejecución que en el sonido mismo, y que dijeran en el clasicismo que el tono de sol menor era trágico y tal y cual, creo que no tiene mucho fundamento, pues yo cuando compongo en sol menor, pienso más en la intentar de las notas en el piano que en sonido del sol, que si no lo tengo a mano no lo recuerdo. A Schumann, se ve que le molaba la tonalidad de la bemol, también Mozart dijo que la tonalidad de Mi mayor daba una sonoridad mágica, también pensar que las tonalidades cargadas de bemoles suenan más tristes (no se si lo dijo chopin, no estoy seguro)... esto es muy bonito, lo reconozco, pero no creo que sea exacto científicamente el relacionar tonos con estados de animo (y si frecuencias).
De hecho la musicoterapia si que afirma eso, que ciertos intervalos y notas son beneficiosos para determinados males, por ejemplo Ted Andrews dice que el intervalo de séptima menor despierta sensaciones de discordia y dramatismo y estimula la sensación de roce, o que la nota re esta relacionada con los pulmones y los brazos, y habla de las relaciones con los colores, signos del zodiaco, etc. Si que hay un autor que relaciono todos estos conceptos de modo científico, pero ahora no recuerdo el nombre, ya lo diré.
Y es más, en nuestro sistema occidental con doce notas y tal estamos muy acostumbrados, pero hay escalas indias con veintipico semitonos, y en realidad, podrían haber infinitos, pues pienso, si entre el 2 y el 3, que representan un intervalo finito, hay infinitos decimales, ¿por qué no pueden haber infinitas variaciones de tono entre un sonido de 440 vibraciones y uno de 441?, aunque no las podamos distinguir humanamente, creo que por medio de ordenadores si que se podría llegar a crear y percibir, quizá he dicho una barbaridad, pero, ¿por qué no podría ser posible? Puede parecer una paradoja, pero las matemáticas parecen justificarlo, de momento. La prueba es que hay sonidos que el hombre no puede escuchar por ser muy altos o muy bajos, los ultrasonidos, que los gatos y los perros si que captan, o el mismo movimiento de la tierra al rotar, que es tan grave que no lo podemos percibir, pero esta. Con la música electrónica se ha podido experimentar en ese aspecto, y también ha habido compositores clásicos como Wyschnegradsky que experimento con pianos afinados en cuartos de tono y historias raras de estas, creando unas disonancias muy peculiares y personales, para mi deliciosas.
Bien, pues yo diría que más que los nombres de las notas, son el numero de frecuencias lo que nos ha de guiar, puesto que todos los nombres son siempre subjetivos. Las ondas sonoras son vibraciones que transportan energía, del mismo modo que el ser humano es energía, al igual que todo el universo es energía en diferentes estados. Verdad que si tocamos un la en la guitarra (en una cuerda que no sea el la) veremos vibrar la cuerda la, o si bajamos el pedal de resonancia del piano y emitimos una nota con la voz, esa nota resonara en la caja del piano, creando una maravillosa mezcla de sonidos, armónicos, etc. Pues bien, de ese mismo modo que eso pasa con los instrumentos, la vibración por simpatía se puede producir de la música con el cuerpo, el entorno o lo que sea, ya que todo es energía y opino que si que se puede llegar a una sintonía entre frecuencias y estados de animo, incluso de un modo científico, y de hecho eso se ha practicado desde los inicios de la humanidad, desde grecia, que tenia sus modos musicales para cada ocasión: para levantar el animo guerrero, para funerales, para bodas, banquetes etc., hasta la musicoterapia moderna.
Por tanto, a un nivel sutil, creo que escuchar una música en un tono o en otro, o mejor dicho, a una altura de vibración u otra, si que puede tener alguna repercusión diferente, aunque por nuestra naturaleza humana, no seamos capaces de captarla, a no ser que entrenemos nuestra percepción y sensibilidad. Quizá si variásemos unos pocos semitonos no se notase, pero imaginate una sinfonía de mozart en una altura muy aguda y estridente, dos octavas más arriba, por ejemplo, seria espantoso, por supuesto, y nos causaría una impresión más desagradable por muy bella que fuera la melodía, demostrando claramente que ciertos sonidos nos agradan más que otros y probando la eficacia de la música y los sonidos para crear diferentes estados de animo. Se podría comparar con los colores y sus diferentes tonalidades, también pienso que son infinitos y que una variación de color o de tono ya es suficiente como para que un cuadro parezca otro, ¿no? Pues lo mismo seria con la música, digo yo.
A parte de todo esto, también se encuentran por supuesto las limitaciones de los instrumentos y la practicabilidad o impracticabilidad de ciertas escalas en algunos de ellos, que si los de viento conviene que tengan más bien bemoles que sostenidos en la armadura, que si la tesitura, el transporte, etc. Pero para mi realmente eso es un aspecto que no importa puesto que esta limitado por unas condiciones físicas y técnicas que en si mismas no significan nada y solo demuestran la imperfección de lo terrenal: los instrumentos, la música y la escritura musicales están ciertamente muy limitados aun hoy en día, pero eso pasará siempre, porque así es la naturaleza humana, imperfecta y limitada: la autentica música solo se siente en el espíritu.
Aunque en cierto modo, aun siendo limitados estos procedimientos, se puede decir que el compositor busca el tono más apropiado para esa música y para que tal instrumento pueda destacar de tal manera, o sea, ya se busca la perfección, eso es lo que hace el compositor, aunque sea dentro de un sistema imperfecto. Es decir, la lucha del compositor es traducir la música que siente dentro de su interior, en su mente, a papel pautado, símbolos y instrumentos limitados, puede conseguir una perfección técnica elevada, aunque nunca podrá ser tal como sintió en su espíritu, puesto que la ha tenido que traducir a medios limitados.
Resumiendo,
Escalas, tonos, instrumentos, transportes, bemoles, sostenidos, semicorcheas, etc. = sistema limitado, terrenal y imperfecto
Frecuencias, vibraciones, energías, ondas = nos acercamos a la idea de infinito y a la verdadera música
Aquí he puesto mucho de opinión personal, quien este de acuerdo vale y quien no pues no, son opiniones.
De todas maneras, a pesar de que me he enrollado mucho (es que cuando me pongo a hablar de estas cosas, no pararía) espero haber respondido a tu pregunta y te pido que puntúes y finalices la respuesta para poder seguir respondiendo a todos y que todos puedan participar, es frustrante matarse a responder y que luego no te puntúen, y por eso a veces hay quien pasa de seguir respondiendo.
Y para quien le interese la vertiente más filosófica o espiritual de la música, puedo recomendar el libro Armonías del cielo y la tierra, de Joscelyn Godwin (paidos orientalia), la música y la mente, de anthony storr (paidos de música), De lo espiritual en el arte, de Kandisky, Nuestra vida con el sr. Gurdjieff, de T. de Hartmann ( Hachette), y para quien le interese la parte más acústica recomiendo Acústica musical, de Gandara y Lorente (ICCMU) y El sonido, de Michel Chion (paidos comunicación).
Gracias por tu respuesta, que tras una primera lectura me reafirma en la idea que yo tengo sobre el asunto. Haré una segunda lectura más detenida y tal vez surjan nuevas dudas. Y no, no te has enrollado mucho. Creo que es un éxito resumir en tan poco espacio tanta información. Un saludo.

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