Quiero poner rosas en el macetero de mi balcón y quiero aprender a cuidarlas

Para obtener flores hermosas y una planta vigorosa en la primavera es necesario podar el rosal en esta época del año. Sepa cómo debe hacerlo y cuáles son las opciones de poda.
Para que los rosales se mantengan vistosos y tengan una buena floración es necesario podarlos en esta época del año.
La poda se realiza para darle a la planta una forma especial y para regular el crecimiento. También se mantienen las ramas más vigorosas, suprimiendo las secas, débiles y enfermas, para que produzcan flores más sanas y hermosas.
Consejos para la poda
Se deben utilizar tijeras de podar bien afiladas y desinfectadas, de modo que hagan un corte limpio, sin desgarraduras ni bordes dentados. El corte de las ramas debe ser neto y al sesgo.
Los primeros rosales que se poden entre el otoño y el invierno serán los primeros en florecer en la primavera.
Si hay muchos rosales, lo ideal sería podarlos en forma escalonada para tener flores hasta el otoño, comenzando la poda en julio y terminando a fines de agosto.
Hay que recordar que no se deben podar las ramas de un año, porque son las ramas donde florecen los rosales y sí podar las de dos años.
Existen tres formas generales de poda y la elección depende únicamente del resultado que se quiera obtener.
1) Poda corta: se realiza dejando solamente 3 a 4 yemas por rama. Esto favorece el desarrollo de nuevas ramitas y disminuye el número de flores, pero permite que su tamaño sea más grande.
Con este sistema de poda se adelanta la época de floración.
2) Poda larga: se dejan de 5 a 6 yemas por rama. Esto favorece la obtención de un mayor número de flores, pero de menor tamaño. Con este sistema de poda se logra retrasar la época de floración.
3) Poda especial para trepadoras: consiste en podar, en los rosales trepadores, sólo las ramas secas, débiles, enfermas y que sobresalgan demasiado e impidan el paso de las personas en los caminos o senderos. También se podan las ramas apoyadas en la pared de una casa que oculten la visión desde una ventana.
La forma del rosal
Según la poda que se realice se pueden obtener distintos tipos de formas. Entre ellas:
Tipo arbolito: se deja un tronco o fuste de 40 a 60 cm de altura y de ahí nacen las ramas que formarán la copa.
Tipo arbusto: varias ramas nacen desde la base formando un arbusto de 1 m de altura. La forma arbustiva se adapta muy bien al cultivo en recipientes.
Tipo trepador: son variedades de rosales de crecimiento rápido que superan los 2 a 4 m de altura. Son ideales para muros, cercos y paredes, apoyándose en espalderas.
El tema de las plagas es muy extensa, por lo tanto cuando tengas un problema lo mejor es coger una rama y llevársela a un profesional que seguro te lo resolverá, sin problemas.