Esos recalentamientos de neutro son producidos casi con toda seguridad por problemas de armónicos. Cuando hay un equilibrio perfecto entre fases la intensidad del neutro es 0 y en el peor caso de desequilibrio la corriente de neutro sería igual a la de la fase con más consumo. En este caso el problema sobreviene cuando el neutro tiene menor sección que las fases, sin embargo el reglamento actual (2002) obliga en las instalaciones interiores a que sea de igual sección.
En el caso de tener armónicos en la línea la intensidad en el neutro no se suma vectorialmente como cuando hay desequilibrio, sino aritméticamente produciéndose un aumento considerable de dicha intensidad.
El peligro mayor suele estar en que el polo del automático de protección correspondiente al neutro normalmente no está protegido por lo que se recalienta y puede llegar a quemarse sin que el automático dispare.
Si la tasa de armónicos es importante puede afectar también al transformador (si lo hay) produciendo también sobrecalentamientos y en casos extremos incendios.