Podemos resumirlo en tres:
El sistema operativo está compuesto por un conjunto
de paquetes de software que pueden utilizarse para gestionar las
interacciones con el hardware. Estos elementos se incluyen por lo
general en este conjunto de software:
El núcleo, que representa las funciones básicas del sistema
operativo, como por ejemplo, la gestión de la memoria, de los procesos,
de los archivos, de las entradas/salidas principales y de las funciones
de comunicación.
El intérprete de comandos, que posibilita la
comunicación con el sistema operativo a través de un lenguaje de
control, permitiendo al usuario controlar los periféricos sin conocer
las características del hardware utilizado, la gestión de las
direcciones físicas, etcétera.
El sistema de archivos, que permite que los archivos se registren en una estructura arbórea