Te cuento que, durante el desarrollo, el organismo realiza ajustes hormonales, que provocan cambios en varias partes del cuerpo, incluida la voz.
Cuando respiras, tus cuerdas vocales se relajan contra las paredes de la laringe y se abren totalmente para permitir que el aire ingrese en tus pulmones y salga de ellos. Cuando hablas, sin embargo, tus cuerdas vocales se juntan y se estiran atravesando la laringe. El aire proveniente de los pulmones pasa por entre tus cuerdas vocales y las hace vibrar, lo que produce el tono de tu voz. Cuando tu voz es más grave, las cuerdas vocales están elongadas y relajadas. Cuando el tono de tu voz es más agudo, las cuerdas vocales se acortan y se tensan. (Notarás esta diferencia en cómo se sienten cuando regulas tu forma de hablar).
A medida que tu laringe crece, las cuerdas vocales se alargan y ensanchan. Además, los huesos de la cara comienzan a crecer. Las cavidades de los senos paranasales, la nariz y la parte posterior de la garganta se agrandan. Esto genera un espacio mayor en la cara, por lo que la voz tiene más lugar para resonar. Todos estos factores hacen que tu voz se pueda volver más grave.
Piensa en una guitarra. Cuando se puntea una cuerda, ésta vibra y produce un tono altisonante. Cuando se puntea una cuerda más gruesa, suena más grave cuando vibra. Algo similar es lo que ocurre con tu voz.
A medida que los huesos, los cartílagos y las cuerdas vocales crecen, tu voz comienza a sonar distinta.
¿Has experimentado otros cambios recientemente (en el último año) en tu cuerpo o sólo ha sido la voz?
Ha cambiado el tono, pero ... ¿el volumen es el mismo?
¿Has tenido alguna infección recientemente?
Quizás no lo has notado y tu cuerpo ha experimentado otros cambios.
Aunque probablemente no sea mas lo que te he descrito, para quedarte tranquila y descartar cualquier anomalía te recomiendo que visites a tu médico que podrá realizarte pruebas físicas y descartar cualquier alteración orgánica de tipo patológico que pudiese haber causado ese cambio.