¿Qué le sucedió a mi gato persa? Un día dejó de comer, el veterinario no detectó ninguna anomalía
El pasado día 13, tuvimos que dormir un gato que tenía que era mezclado de persa, una preciosidad. Tenía 11 años y medio, y estaba perfecto. Jamás había tenido ningún problema de salud, no le ponía vacunas porque al no salir de casa creí que no eran necesarias. Unicamente vomitaba alguna vez, pero de vez en cuando, alguna vez líquido y como caca en el medio, otras veces como amarillento, pero como seguía con buen apetito, ganas de jugar etc. Pues no le di importancia, porque me decían que los gatos era normal que vomitaran alguna vez, más los que tienen el pelo largo. Comía pienso seco y también latitas húmedas que le encantaban.
Pues un día dejo de comer de repente, se escondía debajo de la cama y buscaba el frio de las baldosas del baño. Lo llevé al veterinario. Lo revisó y dijo que eran síntomas inespecíficos, le puso una inyección de antibiótico y otra de antiinflamatorio. Cuando volvimos a casa, estaba más animado comió y todo. Pero a la mañana siguiente su cuadro empeoró, siguió sin comer ni beber y lo volví a llevar. Le hizo una radiografía, y me dijo que tenia un hígado enorme, tenía anemia 18 hematocrito, y bilirrubina. Ya no se sostenía en pie apenas. Me comentó que con ese cuadro no lo superaría y me aconsejó la eutanasia.
Ahora, lo echo mucho de menos, y no paro de pensar si hice lo correcto. En realidad no entiendo, como el día anterior todavía saltaba dentro de los armarios, ronroneaba... Total que en unos 3 días, de tener un gato que rebosaba vida a estar muerto.
Me pregunto si podría haber hecho algo más por él y no puedo evitar sentirme culpable.
Pues un día dejo de comer de repente, se escondía debajo de la cama y buscaba el frio de las baldosas del baño. Lo llevé al veterinario. Lo revisó y dijo que eran síntomas inespecíficos, le puso una inyección de antibiótico y otra de antiinflamatorio. Cuando volvimos a casa, estaba más animado comió y todo. Pero a la mañana siguiente su cuadro empeoró, siguió sin comer ni beber y lo volví a llevar. Le hizo una radiografía, y me dijo que tenia un hígado enorme, tenía anemia 18 hematocrito, y bilirrubina. Ya no se sostenía en pie apenas. Me comentó que con ese cuadro no lo superaría y me aconsejó la eutanasia.
Ahora, lo echo mucho de menos, y no paro de pensar si hice lo correcto. En realidad no entiendo, como el día anterior todavía saltaba dentro de los armarios, ronroneaba... Total que en unos 3 días, de tener un gato que rebosaba vida a estar muerto.
Me pregunto si podría haber hecho algo más por él y no puedo evitar sentirme culpable.
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