. Consultar previamente los datos de la historia literaria que se relacionan con el texto (época, autor, obra.) . Evitar parafrasear el texto, es decir, repetir las mismas ideas a las que éste se refiere, pero de forma ampliada. . Leer despacio, sin ideas prefijadas, intentando descubrir lo que el autor quiso expresar. . Delimitar con precisión lo que el texto dice. . Intentar descubrir cómo lo dice. . Concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado; buscar todas las relaciones posibles entre el fondo y la forma del texto. . Seguir un orden preciso en la explicación que no olvide ninguno de los aspectos esenciales. . Expresarse con claridad, evitar los comentarios superfluos o excesivamente subjetivos. . Ceñirse al texto: no usarlo como pretexto para referirse a otros temas ajenos a él. . Ser sincero en el juicio crítico. No temer expresar la propia opinión sobre el texto, fundamentada en los aspectos parciales que se hayan ido descubriendo.