Gato mañanero

Lo primero de todo es que con los animales en general y con los gatos en particular, el castigo no es efectivo 100%, y sin embargo, sí que sirve para que los animales tengan miedo a quien castiga. Por eso, no castiguéis físicamente nunca al gato.
El problema que tenéis es que la cachorrita quiere jugar, comer, salir de donde la tenéis, estar con vosotros... lo que sea. Quiere algo y ha aprendido que maullando le prestáis atención. Que le tiréis agua, o la encerréis no le gusta, así que si os acercáis a ella enfadados, se nota en vuestra expresión facial, y ella sabe que estáis enfadados y que en ese estado a continuación viene algo malo para ella (o un chorro de agua, o encerrarla...), así que se esconde para evitar el castigo, y cuando ha pasado la amenaza, vuelve a empezar.
Por lo que decís el problema no es la comida, así que será que quiere pasearse por la casa o quiere estar con vosotros. En realidad el motivo por el que lo hace da lo mismo, porque lo sigue haciendo porque de alguna manera, obtiene lo que busca: atención.
Para eliminar esa conducta, lo único que se puede hacer es ignorar por completo. Hay que ignorar los maullidos y sólo prestarle atención o acercarse a donde está cuando ya esté tranquila, lleve un ratito callada y no esté haciendo nada. En ese momento se le puede abrir, llamar, jugar... pero no mientras esté maullando.
Los animales aprenden por asociación directa. Si cuando ella maúlla, vosotros le prestáis atención, aprende que maullando consigue lo que quiere. Si ella maúlla y no pasa absolutamente nada, con el tiempo, dejará de hacer eso que no le sirve para nada.
El problema es que ya lleva un tiempo instaurada esa conducta, así que vais a tardar un poco más en extinguirla. Además, al principio, al ver que lo que antes funcionaba (maullar) ahora ya no funciona, va a hacerlo con más intensidad (igual que cuando no nos funciona un botón del mando a distancia, lo apretamos varias veces y más fuerte, hasta que nos damos cuenta de que no funciona). Los animales tardan más en entender las acciones que les son útiles y las que no, así que hay que tener paciencia y constancia para conseguirlo.
Si un día, ya hartos de los maullidos, os levantáis y le regañáis desde la puerta, o la sacáis... reforzaríais la conducta mucho, así que hay que mantenerse firme e ignorarlo todo, por mucho ruido que haga.
Si tenéis alguna duda, preguntadme.