Las aves se orientan utilizando varios métodos, quizás el más común de ellos sea sencillamente la vista: las aves reconocen señales terrestres topográficas y siguen rutas migratorias familiares, muy útiles por ejemplo en la migración en bandos. También se dice que las aves poseen un sentido innato del tiempo y de la dirección. Por supuesto existe una explicación fisiológica de esto y no es otra que la capacidad de detectar el campo magnético terrestre debido a que poseen magnetita (Fe3O4) en la musculatura cervical. Esto ocurre por ejemplo en palomas y gorriones migradores. Otro método para orientarse sería la orientación celeste: el sol de día y las estrellas de noche. En realidad, lo más probable es que las aves utilicen una combinación de mecanismos ambientales e innatos para migrar.