¿Cómo manejar los celos de las hijas de mi esposo?

Mi esposo es un caballero geneoroso, dulce y muy amable. Ha vivido en un entorno femenino intenso, por lo que prácticamente es el hijo mayor y más cercano a su madre. Tiene laburo y estudia desde joven. Es padre desde los 17 años, de una nena, ahora madre de familia muy dulce, muy parecida a él. Posteriormente, tuvo otras dos hijas, de una relación diferente. Tanto la madre de estas chicas, que ahora son adultas (18 y 21 años) como ellas mismas han sido buenas amigas desde que nosotros nos casamos. AL principio hubo algunos momentos de celos de las chicas, que al parecer se habían ido disipando. Sin embargo, a veces nos toman por sorpresa algunas reacciones inesperadas. Al menor movimiento o acción de mi parte, cuando estamos en familia (abuelos, tíos, primos, etc.) surgen escenas de llanto y enojo, por cosas que jamás podría imaginar que fueran a crear conflicto (servir un plato de comida de un lado de la mesa y no del otro; elegir un sabor de helado; abrir primero una caja de pizza y no la otra... Esto simplemente con intención operativa, pues si ellas estuvieran allí para opinar o comentar algo, por supuesto que sus comentarios serían considerados...) El problema es que las nenas, hermanas muy unidas, lloran sin explicar muy bien por qué, salen del lugar, se desahogan con su madre y manifiestan después haber sido agredidas.. Maltratadas por algo que yo hice. Si mi esposo intenta intervenir para aclarar las cosas inmediatamente se dispara una respuesta con tintes de rivalidad, "Mirá vos, él está de parte de ella... Y a nosotros bien que nos ignora". Con el antecedente aquí mencionado, es decir, el amor y la dulzura de él para con todos, este tipo de situaciones nos desconciertan y nos dejan muy preocupados... Nos gustaría escuchar la opinión de los expertos...
Respuesta
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Es normal que os sintáis desconcertados e incluso un poco molestos ante el comportamiento de ellas. Esa actitud lo que denota es inmadurez por su parte y una conducta muy infantil, posiblemente basada en "celillos". Aún están en una edad en la que te pueden ver como una rival en referencia al amor y las atenciones de su padre, aunque no lo digan ni muestren directamente. Ante estos casos lo mejor es hacer oídos sordos de esos "berrinches", cuando se pongan mal o te critiquen, no hacer ni caso. Si ven que no dan los resultados que esperan, lo más seguro es que dejen de hacerlo. Sé tú más lista que ellas, que vean que no es una guerra ni entras en sus juegos ni tú ni tu marido. Ganatelás, se comprensiva, muéstrate amigable e incluso cuando hagan algo bien aprovecha para halagarlas. Siempre siendo natural, nada forzado. Si ellas ven tu buen comportamiento y que no te desestabilizan, vas a ser tú quien las desconcierte y les hará reflexionar. Sin que te afecte ni a ti ni a tu marido lo que puedan decir o hacer para dañarte. Es importante que cuando surgen conflictos familiares y más si son con hijas de algunos de los dos, la pareja se mantenga unida y centrada en ellos. Sin permitir que terceras personas puedan influir en su felicidad ni bienestar en ningún momento. Espero que te haya servido mi opinión. Para lo que necesites ya sabes dónde encontrarme. Un abrazo.
Muchísimas gracias por tomarse el tiempo para dedicarme estas líneas. Me parece muy sensato su juicio y recomendaciones.
Creo que en lo inmediato tenemos otro problema, y es que una de las hijas, que apenas la semana pasada salió molesta de una reunión familiar, en las circunstancias expuestas (un arranque de celos sin aparente motivo), se ha encargado de informar a las personas en su entorno que su padre la sacó de su vida, y que nunca volverá a tener contacto con él. Por supuesto, él estaba esperando que ella se tranquilizara un poco... justamente haciendo lo que usted sugería, ignorar "el berrinche", pero ella le patentiza su distanciamiento con acciones como borrarlo de sus contactos en el mail, y comentarios a terceros, diciendo que no desea volverlo a ver... Todo esto lo hace sufrir a él y nos preocupa. Supongo que en estos casos, ya que ella no se manifiesta como él esperaba, tendrá que ser él quien la busque para aclarar las cosas...
Siendo optimistas, si la situación vuelve a cierta normalidad, por supuesto que nos queda una tarea de acercamiento, atendiendo detalles como los que usted sugería, de ganar la confianza y dejar claro que no hay ninguna guerra.
Nuevamente, apelo a sus consejos y le reitero el agradecimiento. Sincero. Un abrazo.

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