Citomegalovirus
Las mujeres que contraen la infección de CMV (citomegalovirus) por primera vez durante el embarazo tienen un riesgo del 30 al 40 por ciento de transmitirlo al feto. Las mujeres infectadas por primera vez en el tercer trimestre tienen más probabilidades de transmitir la infección a su bebé que las mujeres infectadas en una etapa anterior del embarazo. Cerca del 90 por ciento de los bebés infectados con CMV no presenta síntomas al nacer. No obstante, ¿hasta un 15 por ciento de ellos desarrolla una o más anomalías neurológicas? ¿Cómo retraso mental, problemas de aprendizaje, o pérdida auditiva o de la vista? Por lo general durante los primeros uno o dos años de vida. La infección congénita de CMV es una de las causas principales de la pérdida auditiva en los niños.
Estos síntomas pueden incluir un bazo o hígado más grandes de lo normal, ictericia (color amarillento en la piel y en los ojos) y una erupción cutánea característica de la infección. Hasta un 20 por ciento de estos bebés muere y cerca del 90 por ciento de los que sobreviven sufre defectos neurológicos graves, como el retraso mental.
Actualmente, no existe ningún tratamiento que permita detener ni revertir los efectos del CMV congénito.
Si a una mujer embarazada se le diagnostica CMV, puede detectarse la infección en el feto mediante una amniocentesis. En la amniocentesis, el médico introduce una aguja delgada en el abdomen de la mujer embarazada para extraer una pequeña cantidad de líquido amniótico en el que pueda detectarse el virus. Esta prueba tiene una precisión de más del 80 por ciento para determinar si el feto está infectado o no con CMV. No obstante, no puede determinar la presencia de síntomas graves de la enfermedad. Por esta razón, también se recomienda realizar un ultrasonido para buscar anomalías cerebrales y otros síntomas que indiquen que un feto pueda estar gravemente infectado.
En el caso de la mujer gestante se utiliza la detección de IgG frente a CMVH. Otro problema diferente es el caso de la demostración de la infección en el recién nacido, en el que la muestra de suero se puede obtener a partir de la vigésima semana de gestación. Los niños infectados sintetizan anticuerpos desde el tercer mes de gestación. Si se trata la infección se puede retrasar la síntesis, si bien rara vez se logra la supresión completa de la misma. Así, un resultado negativo en los ensayos de avidez no descarta la infección del feto.
Usted contrajo el virus antes del embarazo por lo que la probabilidad de transmisión disminuye. De todas formas la probabilidad de que tenga esos síntomas es pequeña. Así que este tranquila. De todas formas pida una amniocentesis una vez más avanzado el embarazo, pasada la semana 20. La IgM no suele ser muy determinante y se usa para poco.
Estos síntomas pueden incluir un bazo o hígado más grandes de lo normal, ictericia (color amarillento en la piel y en los ojos) y una erupción cutánea característica de la infección. Hasta un 20 por ciento de estos bebés muere y cerca del 90 por ciento de los que sobreviven sufre defectos neurológicos graves, como el retraso mental.
Actualmente, no existe ningún tratamiento que permita detener ni revertir los efectos del CMV congénito.
Si a una mujer embarazada se le diagnostica CMV, puede detectarse la infección en el feto mediante una amniocentesis. En la amniocentesis, el médico introduce una aguja delgada en el abdomen de la mujer embarazada para extraer una pequeña cantidad de líquido amniótico en el que pueda detectarse el virus. Esta prueba tiene una precisión de más del 80 por ciento para determinar si el feto está infectado o no con CMV. No obstante, no puede determinar la presencia de síntomas graves de la enfermedad. Por esta razón, también se recomienda realizar un ultrasonido para buscar anomalías cerebrales y otros síntomas que indiquen que un feto pueda estar gravemente infectado.
En el caso de la mujer gestante se utiliza la detección de IgG frente a CMVH. Otro problema diferente es el caso de la demostración de la infección en el recién nacido, en el que la muestra de suero se puede obtener a partir de la vigésima semana de gestación. Los niños infectados sintetizan anticuerpos desde el tercer mes de gestación. Si se trata la infección se puede retrasar la síntesis, si bien rara vez se logra la supresión completa de la misma. Así, un resultado negativo en los ensayos de avidez no descarta la infección del feto.
Usted contrajo el virus antes del embarazo por lo que la probabilidad de transmisión disminuye. De todas formas la probabilidad de que tenga esos síntomas es pequeña. Así que este tranquila. De todas formas pida una amniocentesis una vez más avanzado el embarazo, pasada la semana 20. La IgM no suele ser muy determinante y se usa para poco.
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