Nunca he sentido un orgasmo

Empecé a tener relaciones a los 23 años, llevo 10 años de casada y nunca he sentido un orgasmo, cuando tengo relaciones con mi esposo el me hace el sexo oral y siento un cosquilleo tan horrible e inmediatamente lo retiro por que no aguanto el medice que porque lo hago. Me encanta mucho cuando el me chupa los seno aveces mi cuerpo quiere sentir algo pero al final no siento nada cuando llega a la penetración y se desarrolla quedo iniciada como sino hubiera hecho nada, creo que mima cuándo estaba pequeña me echaba ancanfor en los calzones por favor ayude quiero sentir un orgasmo

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Partiendo de que a nivel ginecológico no tengas ningún tastorno o desajuste, físico u hormonal, ni ninguna infección, tu dificultad para llegar al orgasmo puede ser una mezcla de factores psicológicos propios, y de factores externos como la calidad de la convivencia con tu compañero sentimental, así como su habilidad en la cama. Lo primero, no debes buscarlo ansiosamente, como si fuera "el objetivo en sí", pues éste es el mejor modo de que no ocurra.
Lo segundo, debe existir una fuerte 'química sexual', lo que significa una gran conexión emocional y de confianza con su pareja, sin sentimientos ambiguos de fondo como hastío, rencor, etc.; ¿Cómo vais de intimidad? Si los hijos o las obligaciones domésticas, familiares, laborales, etc. os dejan poco tiempo, haced un esfuerzo por conseguirlo de donde sea, cread vuestras propias 'minivacaciones' sensuales (pero no planifiquéis demasiado el sexo, el cual debe ser espontáneo por naturaleza, eso podría ser un condicionante negativo).
Lo tercero, es básica la actitud hacia una misma, poseer un 'sano egoísmo', es decir hacerse totalmente responsable y merecedora del placer propio, permitírselo una misma, lo que implica conocer el propio cuerpo y sus respuestas y necesidades sensuales y sexuales, así como no estar todo el rato pendiente de la satisfacción de la pareja; es básica también la sensación de que ya tienes un control suficiente sobre las propias acciones y que, cuando quieras, puedes darte permiso para abandonarte a ti misma y delegar temporalmente en él la responsabilidad por tu placer (ahí la confianza en el otro es fundamental); siguiendo con la actitud, ser expresivos cuenta también mucho: no dejar de comunicarse verbalmente, guiar explícitamente al compañero cuando no acaba de estimularte de forma adecuada (él no ha nacido con el don de la telepatía), y mostrar que gozas cuando eso ocurre; también si lo sientes exigirle más a él y tomar más la iniciativa, tanto en lo sexual como en otros aspectos, por ejemplo propón explorar nuevas posturas o hacerlo en sitios diferentes, o intenta llevar tú el ritmo, o aprende a estimularte el clítoris con la mano durante la penetración -o pídeselo a él- Lo cuarto es prolongar y dotar de calidad, con juegos, creación de ambiente sensual, etc., los preliminares eróticos, no centrados sólo en la genitalidad, en los cuales debe darse un crescendo importante de la excitación, de otro modo el orgasmo será imposible.
Finalmente, en general será mucho más probable obtenerlo por masturbación (que además te ayudará a explorar y sensibilizar tu propio cuerpo y sus zonas sensibles), o por sexo or. Al, que por coito, es decir más por estimulación del clítoris que por estimulación vaginal, así que quizá ha llegado el momento de explorar juntos este terreno; en la web . Una vez obtenido de este modo, en la penetración es necesaria una previa elevada excitación y la mencionada estimulación clitorial, previa y a veces también simultánea. Por cierto, mirarse a los ojos durante el acto sexual favorece el encuentro emocional que a su vez puede acelerar la obtención del orgasmo. Mucho más puede decirse, pero éstas son quizá unas guías fundamentales.
El re-conocimiento y autoexploración del propio cuerpo y de sus zonas erógenas suele ser clave, por lo que decidir dedicarse algunas sesiones relajadas en solitario, con un baño relajante o creando un ambiente sensual, será de gran ayuda para conseguirlo. Muchas mujeres no están seguras de que sienten 'lo que deberían sentir', y ahí está parte del problema: desde la pubertad, y por condicionantes educativos y del entorno, se han aislado tanto de la vivencia de cualquier expresión de su propia sexualidad física, que incluso no la advierten cuando están sexualmente excitadas, de algún modo llegan a negárselo a sí mismas, a responder negativamente o a confundirlo por ejemplo con estar enamorada. Estas 'restricciones sexuales' impuestas a la mujer por la educación y el entorno la llevan a percibir el orgasmo más de forma mental que física. La paradoja digamos "esquizoide" es que, después, resulta que existe a la vez una presión social para que tenga orgasmos y goce con ellos.
Pueden existir también otras inhibiciones mentales, como miedo a sentir dolor, a perder el control o a quedarte embarazada -¿Cómo vais de métodos anticonceptivos?-, que pueden provocar tanto la inhibición del reflejo orgásmico como la contracción involuntaria de los músculos de la entrada de la vagina, lo que a su vez provoca incomodidad o dolor. Hablad abiertamente sobre estas posibles preocupaciones. Y aprende a relajarte, mejor aún si lo consigues con la complicidad y confianza de tu compañero, los masajes son una buena ayuda, y aleja la idea de que las relaciones sexuales tienen que ser algo violento, doloroso, probatorio o conducente a un objetivo.
Un intento de definir el orgasmo femenino: es una sensación muy placentera e intensa que, como una oleada que dura unos segundos, suele empezar en el clítoris para difundirse rápidamente a toda la pelvis, o sacude todo el cuerpo, hace palpitar los genitales con varios espasmos seguidos (que se notarán más si hay un pene u objeto llenando la vagina), de más a menos intensos, produce tensión muscular (en el pico del orgasmo todo el cuerpo puede ponerse rígido momentáneamente) y provoca a menudo la emisión de jadeos y gemidos involuntarios. También algunos signos posteriores al orgasmo en la mujer pueden servir para reconocerlo: senos, labios vulvares, clítoris y útero retornan a su tamaño (en la fase de máxima excitación se habían agrandado, hinchado o abierto, y los labios cambiado de color), posición y color normales, y pueden estar tan sensibles que cualquier nuevo estímulo resulte incómodo, la respiración se vuelve más profunda, el corazón puede latir rápidamente, y a veces hay sensación de pesadez e incomodidad pélvica. Por lo que se refiere a tipos de orgasmos, fisiológicamente, neuronalmente, sólo existe una forma de desencadenarse, sin embargo técnica y psicológicamente hay muchas maneras de provocarlo y de vivirlo

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