Invitación de boda en castellano antiguo

Cuando hablamos de castellano antiguo realmente no decimos nada. Quiero decir que tan antiguo es el primer documento en algo parecido al castellano, las Glosas Emilianenses, en la Edad Media, como el lenguaje del siglo XVII, o el que los sefarditas se llevaron al exilio en el siglo XV. Así pues, ¿a qué nos referimos cuando decimos "castellano antiguo"? Por otra parte, las modificaciones internas de la lengua española desde el siglo XVI no son muy significativas, de modo que podemos decir que Cervantes tenía ya un castellano moderno, así como los escritores barrocos, y quitando la grafía, es un castellano asequible para cualquier hablante culto. El problema para comprenderlos no está en la lengua en sí, sino en el lenguaje literario.
Bien, ahora a las bodas. No se invitaba a una boda, sino a las bodas. Este plural era porque viene del latín "vota" (los votos, las promesas) que es el plural de la palabra neutra "votum" (voto, promesa). En un matrimonio no se hacía una sola promesa sino muchas, de ahí el plural y el recuerdo de la palabra plural latina.
No se repartían invitaciones escritas para una boda, simplemente porque la imprenta, en los tiempos en que ya existía a partir del siglo XVI, no era común en su uso, sino que sólo se imprimían cosas muy importantes. Tampoco se enviaba una invitación escrita a mano, como no fuera en forma de carta para comunicar el evento a familiares que estuvieran lejos, pero en forma de carta, no como las invitaciones que actualmente enviamos a los invitados.
Si quieres asistir a la más hermosa boda del siglo XVI recogida en nuestra literatura, puedes leer el capítulo XIX y subsiguientes de la Segunda Parte del Quijote, donde se cuentan las bodas del rico Camacho. Incluso hay una invitación informal oral.
Si lo que quieres es invitar a tu boda con el estilo del siglo XVI, entonces me lo dices e inventamos un arreglo que parezca antiguo. Nunca lo será, desde luego, porque estará escrita ahora mismo, pero lo parecerá.