Superar infidelidad
Acabo de descubrir una serie de infidelidades de mi pareja, con quien compartimos una vida juntos desde hace 15 años.
Obviamente el dolor es más que grande, no obstante, he intentado ser lo suficientemente racional como para encararlo y hablar del tema con lujo de detalles.
Sé que estoy frente a 2 salidas: el proceso de perdón o el distanciamiento definitivo.
Y nutriéndome de información, sinceramente no he podido descubrir los motivos. Nunca falló la comunicación (al menos de mi parte, que la fomenté en todo momento), ni caímos en la rutina, ni escuché jamás quejas de su parte por nuestro sexo, aunque mil veces le dí pie a que me expusiera sus anhelos y fantasías. Puedo decir, sin agorrancia, que me siento con faltas de herramientas para luchar, porque todo lo que se propone para superarlo, era práctica cotidiana. Yo me sentía completa y saber qué le ocurría a él, fue tema de numerosas conversacions.-
El punto es que jamás me pidió nada, ni me sugirió malestar alguno que me diera la posibilidad de cambiar las cosas.
Hoy me jura que me ama, y que se siente arrepentido. Pero cómo puedo creerlo si no fue una inidelidad, sino varias ininterrumpidamente con muchísimas mujeres. Estuvo haciendo un vida paralela, ¿y no sé si es posible superar eso?
Cómo saberlo, si tal vez es un patrón de su conducta que reproducirá constantemente en cualquier relación que encare...
Gracias
Obviamente el dolor es más que grande, no obstante, he intentado ser lo suficientemente racional como para encararlo y hablar del tema con lujo de detalles.
Sé que estoy frente a 2 salidas: el proceso de perdón o el distanciamiento definitivo.
Y nutriéndome de información, sinceramente no he podido descubrir los motivos. Nunca falló la comunicación (al menos de mi parte, que la fomenté en todo momento), ni caímos en la rutina, ni escuché jamás quejas de su parte por nuestro sexo, aunque mil veces le dí pie a que me expusiera sus anhelos y fantasías. Puedo decir, sin agorrancia, que me siento con faltas de herramientas para luchar, porque todo lo que se propone para superarlo, era práctica cotidiana. Yo me sentía completa y saber qué le ocurría a él, fue tema de numerosas conversacions.-
El punto es que jamás me pidió nada, ni me sugirió malestar alguno que me diera la posibilidad de cambiar las cosas.
Hoy me jura que me ama, y que se siente arrepentido. Pero cómo puedo creerlo si no fue una inidelidad, sino varias ininterrumpidamente con muchísimas mujeres. Estuvo haciendo un vida paralela, ¿y no sé si es posible superar eso?
Cómo saberlo, si tal vez es un patrón de su conducta que reproducirá constantemente en cualquier relación que encare...
Gracias
1 Respuesta
Respuesta de ariasa
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ariasa, Ingeniero Industrial, con amplia Experiencia en Gerencia del...
¡¿Cómo estas?, permíteme felicitarte por tener el valor de encarar el problema y buscar la mejor manera de enfrentarlo, tu caso es un tanto complicado, al menos en aceptación, al conocer que de cierto se desconoce que propició esa vida paralela de tu pareja, y como dices tu, existen siempre 2 soluciones: Abandonar o perdonar y continuar; en este caso, debe existir un sentimiento, una costumbre, un algo que aun lo une a ti, pues en la mayoría de los casos, la novedad (la pareja nueva) termina por desplazar a lo anterior, pero como ves, él, expresa un deseo de continuar contigo, desde aquí en adelante debes revisarte tu misma en cuanto a si aun existe amor y si ese amor es tan grande que sea capaz de perdonar o si ese amor es propio y tu ego decide que apartarse sea lo mejor, en el caso de que decidas continuar, voy a darte unas recomendaciones.
Toda infidelidad es el síntoma inequívoco de alguna anomalía previa, consciente o inconsciente, en la relación de pareja. Constituye, por ello, un verdadero detector de problemas amorosos ocultos y una oportunidad de concienciarlos y resolverlos, es decir, un punto de partida para mejorar la relación. De ahí que las infidelidades sólo destruyen las malas relaciones (demasiado débiles, o desgastadas, o neuróticas, etc.), pero refuerzan los lazos basados en el amor y la madurez psicológica.
No obstante, cuando una persona es engañada por su pareja, sufre inmediatamente tres heridas: 1) dolor por el abandono (celos); 2) humillación (narcisismo y autoestima heridos); 3) rabia (odio, rencor, deseos de venganza). La progresiva cicatrización de estas heridas exige vivenciar el siguiente proceso:
Expresar, desfogar las emociones ocasionadas (dolor, despecho, rabia) no sólo ante la propia pareja, sino también con otros familiares, amigos, etc., que acompañarán y compartirán el dolor de la persona y le darán ánimo y consejo.
La persona engañada y su pareja infiel deberán afrontar con coraje el suceso e investigarán conjuntamente por qué se ha producido, es decir, cuál fue el significado de la infidelidad: ¿Una huida? ¿Una sustitución? ¿Un narcótico? ¿Un castigo o venganza? ¿Una muestra de soledad o desamor? ¿Un síntoma de aburrimiento? Etc. Es indispensable responder a estas preguntas no sólo como parte del proceso curativo del engañado/a, sino también para prevenir futuras repeticiones de la infidelidad u otros síntomas indeseables.
Resolver a fondo, si se quiere y se puede, todos los problemas descubiertos (p. Ej., falta de amistad, comunicación o edipo; aburrimiento, desconfianza, rencores ocultos, problemas sexuales, problemas con los hijos, problemas emocionales en alguno o ambos miembros de la pareja [narcisismo, depresión, ansiedad, agresividad, falta de autoestima, dependencia, posesividad, rigidez moral, etc.], u otros).
Si ambos miembros de la pareja se aman y son lo suficientemente lúcidos y valientes para recorrer juntos, con o sin ayuda profesional, todas estas etapas, las heridas del engañado y el sentimiento de culpa del infiel tenderán a desaparecer gradualmente, la confianza del primero regresará espontáneamente, y la calidad de la relación tenderá a ser incluso mejor que antes de la infidelidad. Si, por el contrario, estos procesos no se dan u ocurren muy defectuosamente, entonces el conflicto mutuo seguirá abierto durante mucho tiempo y podrá llevar incluso a la ruptura definitiva.
Naturalmente, la persona engañada puede optar desde el comienzo por el deseo de salvar el amor o por la separación. Pero cuando queda indefinidamente atrapada en un intenso amor-odio que la atormenta, paraliza y deteriora cada vez más la relación, entonces es muy aconsejable una psicoterapia.
Muchas personas, con frecuencia mujeres, sufren terriblemente por una antigua infidelidad de su pareja. Es un dolor agudo, interminable, que dura meses e incluso años después de dicha infidelidad, y que llena el corazón de estas personas de rabia, celos retrospectivos, inseguridad, desconfianza, resentimiento. Estos engañados/as quieren dejar de sufrir como sea, pero no pueden. Y se preguntan angustiados: "¿cómo lograrlo?".
La herida crónica de estos engañados/as reside claramente en su propio orgullo personal, en la autoestima, en lo más hondo del yo. Se trata de una herida infligida en la capa narcisista de la personalidad. Todos tenemos un estrato más o menos grande de ese narcisismo inconsciente; cuanto mayor es, más nos duele cualquier espina clavada en él. Ahora bien, ¿qué es el narcisismo?
El narcisismo es ese típico egocentrismo y egoísmo infantiles por el que los niños más pequeños dominan a veces exageradamente a los demás (comenzando por la madre), se aferran a lo suyo ("¡mío, mío, mío!"), pegan a otros niños, etc., y, cuando son reñidos o frustrados, escenifican grandes rabietas. Sólo más adelante, con el amor paciente de los padres, el niño descubre que, además de él mismo, las demás personas también necesitan respeto, comprensión y afecto, alcanzando así la fase amorosa. Pero ésta no borra la fase narcisista, sino que se superpone a ella como los anillos de crecimiento de un árbol, de modo que en cada persona el "grosor" de los respectivos anillos es diferente. Cuando predomina el anillo narcisista, la persona es especialmente egocéntrica y egoísta, con todas sus secuelas (vanidad, orgullo, exhibicionismo, dominio, rivalidad, celos, envidia, impaciencia, seducción, insensibilidad, frialdad emocional, etc.). Y siempre que se sienta frustrado o herido su dolor será particularmente agudo y rabioso: sufrirá el gran berrinche narcisista.
Volvemos así al tema de la infidelidad. El prolongado dolor del engañado constituye precisamente una gran pataleta infantil, proporcional al grado narcisista de su personalidad. El sujeto, más que abandonado, se siente ofendido, burlado, frustrado en su vanidad porque ejercía secretamente un dominio egocéntrico sobre su pareja, se creía "dueño" o "propietario" de ésta, la cual -ahora- se ha liberado inesperadamente y sin su "permiso" de él. Además, como el engañado siente a veces unos terribles deseos ocultos de infidelidad y, por otro lado, se cree "mejor" o "superior" al otro/a, no cesará de despreciarlo y agredirlo por envidia. La cual, para colmo, sopla continuamente al oído sin autoestima del ofendido: "Tú no vales lo suficiente, tu rival fue mejor, te quitó el poder, ojalá tú fueses como él, ojalá él estuviese muerto para que no te hiciera sombra". Y con todo esto el engañado odia y se atormenta sin descanso (y más aún cuando, por añadidura, sufre rasgos paranoides).
El despechado no "puede" perdonar -es decir, no quiere hacerlo-, porque necesita el odio para seguir sintiéndose importante y superior; para seguir conservando su ficticio "control" sobre las cosas. En realidad, éste fue siempre su afán básico -controlar a su pareja-, y su rencor inagotable es una prueba de que su amor nunca fue, después de todo, demasiado fuerte (los narcisistas no pueden amar, y en parte por eso mismo su pareja se alejó de ellos). Por eso, en fin, las mil súplicas y arrepentimientos del infiel, o incluso su definitivo regreso a casa, no consuelan, ni conmueven, ni apaciguan el rencor del narcisista ofendido (1).
¿Cómo curar esta herida? ¿Cómo salir de la trampa? Las personas más inmaduras nunca perdonarán, sino que elegirán el castigo, la venganza, la ruptura definitiva. Las más evolucionadas preferirán el amor recuperado (y la solución de los motivos que produjeron la infidelidad) a la humillación pasada, y alcanzarán pronto la paz. El problema se halla en las personas que sufren un dilema interior entre sus fuertes tendencias egocéntricas y sus igualmente fuertes disposiciones amorosas. ¿Qué hacer? ¿En qué dirección avanzar? En mi opinión, sólo en la medida que estas personas consigan elegir, resolver su dilema, ya sea tocando fondo en su dolor, ya sea mediante un crecimiento personal (a menudo con ayuda de una psicoterapia), podrán curar definitivamente su dolor.
Para superar una infidelidad hay tres grandes pasos que se deben tomar, que suelen ser muy difíciles pero que pueden funcionar dadas las circunstancias adecuadas.
El primer paso, luego de la primera impresión, es calmarse y tratar de discutir los sentimientos y emociones de ambas personas en un espacio en donde no se juzguen ninguna de las partes y que se pueda hablar con libertad. Normalmente, la terapia de pareja sirve para poder discutir estos puntos.
El siguiente paso para superar una infidelidad es entender si ambas personas quieren intentarlo de nuevo, y como seria el plan de acción para recuperar la relación herida. Algunas personas utilizan un acuerdo post matrimonial en donde la pareja infiel pone todos sus bienes a nombre de la pareja afectada como medida para recuperar su confianza; aunque esta forma debe ser utilizada con mucho cuidado ya que es un arma de doble filo. El trabajo de recuperar la confianza de la persona afectada es sumamente difícil y debe haber un compromiso total para recuperar la relación.
Se debe comprender el motivo de la infidelidad para así evitar que vuelva a pasar; esto normalmente es muy difícil ya que la mayoría de las personas no tienen el conocimiento interno apropiado para entender las razones de su propio comportamiento.
En conclusión, una relación en donde haya compromiso y amor podría sobrevivir una infidelidad con una gran cantidad de trabajo y esfuerzo.
Si la decisión ha sido salvar la relación hay que seguir una serie de pautas para poder superar la situación y se necesita la participación por parte de los dos integrantes de la pareja.
El engañado deberá:
Al momento de descubrir el comportamiento de su pareja, hablar abiertamente buscando las respuestas a todas sus interrogantes, detalles de cómo sucedió, cuanto tiempo, cuantas personas, lugares, conversaciones, entre otras. Al parecer suena ilógico pero es muy efectivo cuando lo que se quiere es acallar la mente que estará creando situaciones que quizás ni ocurrieron, mientras más detalles se obtengan menos chance tendrá la mente de jugar una mala pasada atormentándote más de lo que ya se está. Cuando nos quedan cabos sueltos no logramos desconectarnos del tema y no podemos empezar a olvidar.
Expresa los sentimientos al momento que sientas que tienes que hacerlo, no lo vayas acumulando porque se producirá una explosión. Si sientes tristeza, rabia, ganas de un abrazo o ganas de gritar para dejar salir todo ese dolor de tu pecho, dilo a tu pareja porque por si no lo sabes los demás no pueden leer la mente.
Busca en tu pareja el arrepentimiento y la sinceridad en sus actos y en sus gestos. Observa si realmente busca reconquistarte. Busca la sinceridad en sus ojos cuando hable contigo.
Valora los actos que realice para recuperarte, una salida o un ramo de rosas no son la solución final pero contribuyen bastante.
El infiel deberá:
Sincérate con tu pareja. Responde sinceramente a todas las preguntas que te hace, recuerda que ella está tan desconcertada que es como si fuera ciega y no puede ver nada, entonces debes tú señalarle el camino. Hazle saber cuales fueron los posibles motivos para actuar como lo hiciste, si acaso crees que hubo algún comportamiento en ella que te arrojo a comportarte así, díselo y traten de corregirlo. Si pasabas un mal momento exprésalo la soledad, la incomprensión, el mal humor, el apoyo de la otra persona, etc.
Intenta por sobre todos lo medios de reconquistar a tu pareja, recurre a las cosas que sabes que a ella le gustan. Vuelve a empezar desde el principio, en la fase del enamoramiento, ¿recuerdas cómo las enamoraste aquella vez?
Procura estar con ella en todo momento, dándole apoyo y dejándole su espacio cuando así lo requiera.
Hazle saber lo arrepentido que estás y que deseas volverlo a intentar. Hazle saber que juntos lo pueden superar.
Intenta observarte a ti mismo y has una retrospección de tu comportamiento, que fue lo que te llevo a caer en esa situación, ¿por qué? Busca esa respuesta y fíjate si fue por inseguridad o baja autoestima y necesitabas la aprobación de otra persona para sentirte mejor. Si la razón tiene que ver con baja autoestima entonces dedícate a cultivarla y a elevar el valor que tienes como persona para que situaciones como estas no se repitan más adelante.
Trabajando juntos:
Comunicar todo acerca del tema, los errores cometidos por ambos y acerca de la monotonía en la relación.
Buscar resaltar las virtudes de la pareja lo más frecuentemente posible. Valorar a la otra persona y hacérselo saber.
Decir TE AMO con el corazón, cada vez que se sientan ganas de hacerlo.
Tratar de buscar actividades a realizar juntos, algo que guste a los dos.
Fortalecer el vínculo que los ha unido siempre, elegir un día a la semana para los dos solos. A veces la agenda está siempre copada y no hay un momento a solas, ya sea por los hijos o porque simplemente no se busca un tiempo para los dos.
Establecer metas comunes a futuro, esto los ayudará a mantenerse enfocados en algo juntos.
Espero haber podido ayudarte, y quiero decirte que no estas sola en esto, para lo que necesites, no dudes en escribirme, mente positiva y un corazón abierto, que estoy seguro que lograras superarlo todo.
Toda infidelidad es el síntoma inequívoco de alguna anomalía previa, consciente o inconsciente, en la relación de pareja. Constituye, por ello, un verdadero detector de problemas amorosos ocultos y una oportunidad de concienciarlos y resolverlos, es decir, un punto de partida para mejorar la relación. De ahí que las infidelidades sólo destruyen las malas relaciones (demasiado débiles, o desgastadas, o neuróticas, etc.), pero refuerzan los lazos basados en el amor y la madurez psicológica.
No obstante, cuando una persona es engañada por su pareja, sufre inmediatamente tres heridas: 1) dolor por el abandono (celos); 2) humillación (narcisismo y autoestima heridos); 3) rabia (odio, rencor, deseos de venganza). La progresiva cicatrización de estas heridas exige vivenciar el siguiente proceso:
Expresar, desfogar las emociones ocasionadas (dolor, despecho, rabia) no sólo ante la propia pareja, sino también con otros familiares, amigos, etc., que acompañarán y compartirán el dolor de la persona y le darán ánimo y consejo.
La persona engañada y su pareja infiel deberán afrontar con coraje el suceso e investigarán conjuntamente por qué se ha producido, es decir, cuál fue el significado de la infidelidad: ¿Una huida? ¿Una sustitución? ¿Un narcótico? ¿Un castigo o venganza? ¿Una muestra de soledad o desamor? ¿Un síntoma de aburrimiento? Etc. Es indispensable responder a estas preguntas no sólo como parte del proceso curativo del engañado/a, sino también para prevenir futuras repeticiones de la infidelidad u otros síntomas indeseables.
Resolver a fondo, si se quiere y se puede, todos los problemas descubiertos (p. Ej., falta de amistad, comunicación o edipo; aburrimiento, desconfianza, rencores ocultos, problemas sexuales, problemas con los hijos, problemas emocionales en alguno o ambos miembros de la pareja [narcisismo, depresión, ansiedad, agresividad, falta de autoestima, dependencia, posesividad, rigidez moral, etc.], u otros).
Si ambos miembros de la pareja se aman y son lo suficientemente lúcidos y valientes para recorrer juntos, con o sin ayuda profesional, todas estas etapas, las heridas del engañado y el sentimiento de culpa del infiel tenderán a desaparecer gradualmente, la confianza del primero regresará espontáneamente, y la calidad de la relación tenderá a ser incluso mejor que antes de la infidelidad. Si, por el contrario, estos procesos no se dan u ocurren muy defectuosamente, entonces el conflicto mutuo seguirá abierto durante mucho tiempo y podrá llevar incluso a la ruptura definitiva.
Naturalmente, la persona engañada puede optar desde el comienzo por el deseo de salvar el amor o por la separación. Pero cuando queda indefinidamente atrapada en un intenso amor-odio que la atormenta, paraliza y deteriora cada vez más la relación, entonces es muy aconsejable una psicoterapia.
Muchas personas, con frecuencia mujeres, sufren terriblemente por una antigua infidelidad de su pareja. Es un dolor agudo, interminable, que dura meses e incluso años después de dicha infidelidad, y que llena el corazón de estas personas de rabia, celos retrospectivos, inseguridad, desconfianza, resentimiento. Estos engañados/as quieren dejar de sufrir como sea, pero no pueden. Y se preguntan angustiados: "¿cómo lograrlo?".
La herida crónica de estos engañados/as reside claramente en su propio orgullo personal, en la autoestima, en lo más hondo del yo. Se trata de una herida infligida en la capa narcisista de la personalidad. Todos tenemos un estrato más o menos grande de ese narcisismo inconsciente; cuanto mayor es, más nos duele cualquier espina clavada en él. Ahora bien, ¿qué es el narcisismo?
El narcisismo es ese típico egocentrismo y egoísmo infantiles por el que los niños más pequeños dominan a veces exageradamente a los demás (comenzando por la madre), se aferran a lo suyo ("¡mío, mío, mío!"), pegan a otros niños, etc., y, cuando son reñidos o frustrados, escenifican grandes rabietas. Sólo más adelante, con el amor paciente de los padres, el niño descubre que, además de él mismo, las demás personas también necesitan respeto, comprensión y afecto, alcanzando así la fase amorosa. Pero ésta no borra la fase narcisista, sino que se superpone a ella como los anillos de crecimiento de un árbol, de modo que en cada persona el "grosor" de los respectivos anillos es diferente. Cuando predomina el anillo narcisista, la persona es especialmente egocéntrica y egoísta, con todas sus secuelas (vanidad, orgullo, exhibicionismo, dominio, rivalidad, celos, envidia, impaciencia, seducción, insensibilidad, frialdad emocional, etc.). Y siempre que se sienta frustrado o herido su dolor será particularmente agudo y rabioso: sufrirá el gran berrinche narcisista.
Volvemos así al tema de la infidelidad. El prolongado dolor del engañado constituye precisamente una gran pataleta infantil, proporcional al grado narcisista de su personalidad. El sujeto, más que abandonado, se siente ofendido, burlado, frustrado en su vanidad porque ejercía secretamente un dominio egocéntrico sobre su pareja, se creía "dueño" o "propietario" de ésta, la cual -ahora- se ha liberado inesperadamente y sin su "permiso" de él. Además, como el engañado siente a veces unos terribles deseos ocultos de infidelidad y, por otro lado, se cree "mejor" o "superior" al otro/a, no cesará de despreciarlo y agredirlo por envidia. La cual, para colmo, sopla continuamente al oído sin autoestima del ofendido: "Tú no vales lo suficiente, tu rival fue mejor, te quitó el poder, ojalá tú fueses como él, ojalá él estuviese muerto para que no te hiciera sombra". Y con todo esto el engañado odia y se atormenta sin descanso (y más aún cuando, por añadidura, sufre rasgos paranoides).
El despechado no "puede" perdonar -es decir, no quiere hacerlo-, porque necesita el odio para seguir sintiéndose importante y superior; para seguir conservando su ficticio "control" sobre las cosas. En realidad, éste fue siempre su afán básico -controlar a su pareja-, y su rencor inagotable es una prueba de que su amor nunca fue, después de todo, demasiado fuerte (los narcisistas no pueden amar, y en parte por eso mismo su pareja se alejó de ellos). Por eso, en fin, las mil súplicas y arrepentimientos del infiel, o incluso su definitivo regreso a casa, no consuelan, ni conmueven, ni apaciguan el rencor del narcisista ofendido (1).
¿Cómo curar esta herida? ¿Cómo salir de la trampa? Las personas más inmaduras nunca perdonarán, sino que elegirán el castigo, la venganza, la ruptura definitiva. Las más evolucionadas preferirán el amor recuperado (y la solución de los motivos que produjeron la infidelidad) a la humillación pasada, y alcanzarán pronto la paz. El problema se halla en las personas que sufren un dilema interior entre sus fuertes tendencias egocéntricas y sus igualmente fuertes disposiciones amorosas. ¿Qué hacer? ¿En qué dirección avanzar? En mi opinión, sólo en la medida que estas personas consigan elegir, resolver su dilema, ya sea tocando fondo en su dolor, ya sea mediante un crecimiento personal (a menudo con ayuda de una psicoterapia), podrán curar definitivamente su dolor.
Para superar una infidelidad hay tres grandes pasos que se deben tomar, que suelen ser muy difíciles pero que pueden funcionar dadas las circunstancias adecuadas.
El primer paso, luego de la primera impresión, es calmarse y tratar de discutir los sentimientos y emociones de ambas personas en un espacio en donde no se juzguen ninguna de las partes y que se pueda hablar con libertad. Normalmente, la terapia de pareja sirve para poder discutir estos puntos.
El siguiente paso para superar una infidelidad es entender si ambas personas quieren intentarlo de nuevo, y como seria el plan de acción para recuperar la relación herida. Algunas personas utilizan un acuerdo post matrimonial en donde la pareja infiel pone todos sus bienes a nombre de la pareja afectada como medida para recuperar su confianza; aunque esta forma debe ser utilizada con mucho cuidado ya que es un arma de doble filo. El trabajo de recuperar la confianza de la persona afectada es sumamente difícil y debe haber un compromiso total para recuperar la relación.
Se debe comprender el motivo de la infidelidad para así evitar que vuelva a pasar; esto normalmente es muy difícil ya que la mayoría de las personas no tienen el conocimiento interno apropiado para entender las razones de su propio comportamiento.
En conclusión, una relación en donde haya compromiso y amor podría sobrevivir una infidelidad con una gran cantidad de trabajo y esfuerzo.
Si la decisión ha sido salvar la relación hay que seguir una serie de pautas para poder superar la situación y se necesita la participación por parte de los dos integrantes de la pareja.
El engañado deberá:
Al momento de descubrir el comportamiento de su pareja, hablar abiertamente buscando las respuestas a todas sus interrogantes, detalles de cómo sucedió, cuanto tiempo, cuantas personas, lugares, conversaciones, entre otras. Al parecer suena ilógico pero es muy efectivo cuando lo que se quiere es acallar la mente que estará creando situaciones que quizás ni ocurrieron, mientras más detalles se obtengan menos chance tendrá la mente de jugar una mala pasada atormentándote más de lo que ya se está. Cuando nos quedan cabos sueltos no logramos desconectarnos del tema y no podemos empezar a olvidar.
Expresa los sentimientos al momento que sientas que tienes que hacerlo, no lo vayas acumulando porque se producirá una explosión. Si sientes tristeza, rabia, ganas de un abrazo o ganas de gritar para dejar salir todo ese dolor de tu pecho, dilo a tu pareja porque por si no lo sabes los demás no pueden leer la mente.
Busca en tu pareja el arrepentimiento y la sinceridad en sus actos y en sus gestos. Observa si realmente busca reconquistarte. Busca la sinceridad en sus ojos cuando hable contigo.
Valora los actos que realice para recuperarte, una salida o un ramo de rosas no son la solución final pero contribuyen bastante.
El infiel deberá:
Sincérate con tu pareja. Responde sinceramente a todas las preguntas que te hace, recuerda que ella está tan desconcertada que es como si fuera ciega y no puede ver nada, entonces debes tú señalarle el camino. Hazle saber cuales fueron los posibles motivos para actuar como lo hiciste, si acaso crees que hubo algún comportamiento en ella que te arrojo a comportarte así, díselo y traten de corregirlo. Si pasabas un mal momento exprésalo la soledad, la incomprensión, el mal humor, el apoyo de la otra persona, etc.
Intenta por sobre todos lo medios de reconquistar a tu pareja, recurre a las cosas que sabes que a ella le gustan. Vuelve a empezar desde el principio, en la fase del enamoramiento, ¿recuerdas cómo las enamoraste aquella vez?
Procura estar con ella en todo momento, dándole apoyo y dejándole su espacio cuando así lo requiera.
Hazle saber lo arrepentido que estás y que deseas volverlo a intentar. Hazle saber que juntos lo pueden superar.
Intenta observarte a ti mismo y has una retrospección de tu comportamiento, que fue lo que te llevo a caer en esa situación, ¿por qué? Busca esa respuesta y fíjate si fue por inseguridad o baja autoestima y necesitabas la aprobación de otra persona para sentirte mejor. Si la razón tiene que ver con baja autoestima entonces dedícate a cultivarla y a elevar el valor que tienes como persona para que situaciones como estas no se repitan más adelante.
Trabajando juntos:
Comunicar todo acerca del tema, los errores cometidos por ambos y acerca de la monotonía en la relación.
Buscar resaltar las virtudes de la pareja lo más frecuentemente posible. Valorar a la otra persona y hacérselo saber.
Decir TE AMO con el corazón, cada vez que se sientan ganas de hacerlo.
Tratar de buscar actividades a realizar juntos, algo que guste a los dos.
Fortalecer el vínculo que los ha unido siempre, elegir un día a la semana para los dos solos. A veces la agenda está siempre copada y no hay un momento a solas, ya sea por los hijos o porque simplemente no se busca un tiempo para los dos.
Establecer metas comunes a futuro, esto los ayudará a mantenerse enfocados en algo juntos.
Espero haber podido ayudarte, y quiero decirte que no estas sola en esto, para lo que necesites, no dudes en escribirme, mente positiva y un corazón abierto, que estoy seguro que lograras superarlo todo.
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